Capitulo IV: Mi verdadero yo

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Unas notas a lo lejos ¿Recuerdos?

Sonámbulo oyendo una música lejana.

La noche es fresca aquí, junto al calor.

Puedo oler la luna y el color rosado de las flores...

- Oh, tuve el mismo sueño otra vez - susurré casi para mí mismo cuando desperté entre los brazos de Etsu.

- ¿Un sueño? - pregunto jugando con un mechón de mi cabello.

- Si... - entrecerré los ojos acurrucándome en su pecho - Uno muy bonito donde salíamos tú y yo - sonreí en busca de sus ojos - Dime... ¿Quién soy yo? - le pregunte.

Etsu mantuvo su mirada fija en mí, en silencio, pensativo.

- Eres una de las tantas reencarnaciones de Hakuryou - dijo finalmente - Hijo del dios dragón - explico mientras acariciaba mi cabello hasta llegar a mi mejilla.

- ¿Dios... dragón? - dije un poco nervioso haciendo de mi mano un puño estrujando la ropa suavemente en su pecho.

Etsu al verme así tomo mi mano y planto un dulce beso en ella.

- Si - sonrió cálidamente y eso me tranquilizo un poco - Hasta ahora tus reencarnaciones han sido siempre fruto entre dios y humano, en otras palabras eres un semidiós - explico - Voy a contarte una historia ¿Me escucharas?

Yo asentí con la cabeza y prosiguió

- En su origen, el dios dragón Seiryuu [1] tuvo como esposa a una poderosa mujer quien, después de muchos intentos, no podía engendrar un hijo. El dios poco a poco fue perdiendo el cariño que le tenía a su esposa, después de un tiempo el dios se enamoró perdidamente de una humana. Todos estaban en contra de la relación entre ellos, sobre todo su primera esposa, que se sentía traicionada - Etsu se detuvo para tomar aire.

Luego continúo.

- La mortal dios a luz un hermoso niño de cabello blanco y ojos azules llamado Hakuryuu que significa "Dragón blanco". El semidiós fue creciendo con el amor de sus padres convirtiéndose en la criatura más hermosa jamás vista - Etsu sonrió dándome un pequeño beso en los labios - El semidiós luego conoció a un demonio que al principio no se llevaban muy bien - rió y yo sonreí - Pero con el tiempo creció un sentimiento entre ellos que jamás habían sentido antes, el amor entre ellos se fue intensificando poco a poco, pero ante los ojos de los dioses la relación entre un demonio y un dios es considerada tabú, por lo que tuvimos que mantener nuestra relación en secreto. Pero la primera esposa del Dios se dio cuenta de lo que ocultábamos y, por el rencor que tenía hacia la humana y su hijo, ideo un plan para acabar con los problemas que la atormentaban - fue perdiendo la sonrisa suplantándola por un rostro triste, yo le acaricie la mejilla y Etsu sonrió tristemente.

- ¿Y qué sucedió con ellos? - pregunte temerosamente, estaba recuperando mis recuerdos perdidos a medida que escuchaba una historia triste y bella a la vez.

- Yo... dije que te protegería - tomo mi mano dulcemente entrelazando nuestros dedos - ¿Recuerdas? - yo asentí levemente con lágrimas en los ojos - Perdóname... perdóname... - se disculpaba con una expresión de dolor - Fue mi culpa - sollozaba.

- Ssh... - le calle tomando su rostro entre mis manos - Esta bien, lo hiciste bien, no te culpes mi amor - le di un pequeño beso en los labios para calmarlo - ¿Recuerdas nuestra promesa? - le pregunte mientras lágrimas caían por mis mejillas y él asintió levemente.

Recitamos al unísono cada palabra de nuestra promesa:


"Seré el sol que te ilumine.

La luna que irradie en noches de pasión.

La estrella que te guíe en tiempos de tristeza.

La brisa que seque tus lágrimas.

El beso de amor de cada día.

Te amare por cada latido de mi corazón,

por cada respiro de mi vida,

jamás te traicionare.

Esta es mi promesa.

Te amo"


Seguido nos hundimos en un apasionante beso.

- Ahora tu nombre es Ryutaro - susurro dulcemente uniendo nuestros labios una y otra vez - Mi Ryutaro...

- Etsu, Etsu - decía una y otra vez su nombre mientras le correspondía apasionadamente los besos sollozando de felicidad.

- Le doy gracias a la diosa Kannon [2] por permitir estar de nuevo juntos - dijo Etsu entre besos.

Bajo nuestro árbol de cerezo, Etsu me acariciaba el cabello, mi mejilla, posaba su mano en mi cintura bajando hasta la cadera atrayendo nuestros cuerpos, en cambio yo no podía parar de besarle constantemente en todo el rostro, en los labios y en el cuello.

Una noche mágica.

҉

Llego la mañana y nos teníamos que marchar.

- ¿Por qué no puedo verle? - pregunte tristemente.

Quería despedirme de mi papá pero Etsu no me lo permitió, me dijo que le había dado un poco de su sangre para que viviera un poco más y lo había hecho olvidar todo respecto a mí para que no sufriera tanto.

- Todo será más fácil así, tanto para él como para ti - dijo Etsu decidido.

- De acuerdo - dije bajando mi cabeza con ojos llorosos.

- Es para mejor - me rodeo con sus brazos y poso sus labios en mi frente - Por favor, no me odies - rogó.

- Jamás podría odiarte - dije restregando mi cara en su pecho - Te quiero - levante la cabeza para encontrar sus ojos plateados.

- Yo también - dijo sonriente.

"Por siempre, mi amor" – dijimos ambos, finalizando con un corto pero cariñoso beso.



[1] En la mitología japonesa es uno de los cuatro monstruos divinos. Un dragón de color azul representante del este y simboliza el elemento agua.

[2] Diosa del amor, la compasión y la misericordia en la mitología japonesa.


Hakuryuu (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora