Por el bien de todos

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—¡Maldito maestro! ¡Ven rápido!—

La voz rezonó en la cabeza de Zed. Era la guadaña sin dudas, su tono era desesperado, algo muy fuera de lo normal.

Se vistió y fue su búsqueda, sabía que ese maldito demonio milenario estaba con Kayn.

Buscó por todo el templo sin éxito, preguntándole a cada uno de sus discípulos si había visto el mejor de sus armas.

—¡El lago! — Dijo para sí

Salió en su encuentro, con una fuerte corazonada. Al llegar no se encontró con nadie ni nada, la preocupación comenzó a comerlo por dentro.

—¿Dónde estás Kayn?— Dijo entre dientes.

Si la guadaña había pedido auxilio era porque realmente algo grave había pasado. Se sentó a la orilla del sause y comenzó a meditar ¿Cuales eran las posibilidades?

Lo más probable era un secuestro ¿Pero quien se atrevería? Shen no podría ser tan idiota, o al menos eso quería pensar. Las otras posibilidades era el gobierno joniano o los mismos noxianos intentando recuperar lo que les pertenecía.

Teniendo las ideas comenzó a buscar pistas. Llamó a algunos discípulos rápidamente para que lo ayudaran a investigar. Incluso hizo que algunos revisaran el fondo del lago, no habia que descartar ni una posibilidad.

—¡Maestro!— Exclamó un discípulo. —¡Encontramos una pista!—

Zed lo hizo a un lado bruscamente para dejarlo ver. Aquello era un pañuelo blanco. Lo olió cuidadosamente, y concluyó: definitivamente habían drogado a Kayn. Fue un secuestro.

¿Quién se atrevería?

¿Cómo?

¿Por qué él?

Había mantenido a Kayn bastante escondido.

Quién hubiera sido, pagaría por ello.

.

Kayn despertó, aún estaba en la carroza. Su vista estaba nublada, veía doble.

—¿Qué? —

—Silencio.—

Al frente de él, la joven mujer de cabello negro estaba sentada de brazos cruzados. Su expresión revelaba el descontento de estar en el mismo transporte que el prisionero.

—Tú... Maldita seas...—

Su voz era débil, intentaba soltarse sin éxito.

—Silencio dije. —

Una patada hizo que Kayn se sobresaltara. Aunque no había sido un golpe feróz, que se atreviera a lastimarlo bajo esas condiciones hizo que se enfadara de inmediato.

—Puerca, te atreves a dañar a alguien que no puede defenderse ¡Cobarde! ¡Enfréntame en un duelo!—

Irelia rió divertida.

—¿En verdad crees que me tomaría la molestia de gastar energía con un noxiano tan patético? Si te llevo conmigo, es porque tu conexión con el darkin es peligrosa, no porque tu lo seas. Tememos que el demonio tome tu cuerpo para destruir pueblos enteros.—

—Veo que ustedes tampoco tiene fé en mi.— Regañó.

—Eres un crio ¿Cómo vas a derrotar a un demonio milenario tu solo? Su maldición ya tomó tu cuerpo como un parásito. Si no encontramos la forma de detenerlo nosotros ¿Quién más lo hará con éxito? Te hacemos un favor.—

Kayn habló entre dientes.

—Maldita Akali. No pudo soportar mi rechazo y me condenó de esta forma.—

[Temporada 2] Odio lo que me haces hacer. ~ Zed x KaynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora