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El aire se volvió demasiado y las emociones conjuntas se detonaron, haciendo a Louis colapsar en el piso con un ataque de pánico apenas se encontró en la seguridad de aquella habitación.

Harry en ningún momento dejó su lado, ayudándole también a quitar toda la suciedad y manchas de sangre de su cuerpo mientras el ojiazul estaba apoyado contra la pared de mármol de la pequeña ducha, mirando un punto fijo. Era como si nada existiera en aquel momento, como si los toques de las suaves manos del rizado enjabonándolo fuera el contacto con el aire.

-Lou

- No quiero hablar.

- No te iba a pedir que lo hagas después de lo que pasó. Solo iba a decirte que ya terminé, que debes levantarte.

-No quiero, es seguro – Susurró abrazando su pecho, el cual sus piernas cubrían a cada momento.

-Ya no estamos allí, estamos bajo otros nombres. Estaremos bien amor – Habló en voz baja, acomodando el cabello húmedo del mayor hacia atrás, despejando su cara y secando sus lágrimas - Vamos – El ojiazul rompió en llanto pero asintió, aun cubriendo su torso.

Algo andaba mal, pero no comentaría al respecto por ahora. Lo tomó la toalla que Zahir les había dado del lavamanos y lo envolvió con delicadeza, besando su mejilla y masajeando su nuca.

- ¿Me darías un momento para cambiarme? – El rizado asintió, dedicándole una triste sonrisa.

Cuando salió del pequeño baño, Louis se quitó la toalla de los hombros y secó su cabello. Miró con amargura las marcas en sus caderas, en sus muslos, y pensó si Harry le perdonaría alguna vez haber permitido lo que le sucedió en el laboratorio.

Quería arrancarse la piel, quería borrar cualquier rastro de lo que había pasado, quería sentir las manos de Harry sobre su piel y sentir aquellas cosquillas de nerviosismo como si fuese la primera vez que lo tocaba.

Pero ya no sentía nada, solo asco hacia sí mismo, ganas de vomitar y la necesidad de quitar los rastros.

¿Y si cuando Harry se enterase lo odiaba?


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El reloj de la pared marcaba la una de la mañana, y Louis se encontraba acurrucado bajo las mantas buscando calor y comodidad. Ya nada se sentía suave, nada se sentía bien.

-Lou – llamó la voz de Harry en un susurro. No quería voltearse, pues tenía miedo de que se notara la tristeza de sus ojos.

Fingió no escuchar.

-Louis – Esta vez era Zahir quien hablaba, por lo que se removió fingiendo despertar.

Se sentía mal, todo su cuerpo le dolía.

- ¿Qué sucede? – Preguntó refregándose los ojos, incorporándose.

- Feliz cumpleaños Lou – Felicitó el rizado mientras acariciaba sus nudillos.

Vermisst : The Colorado Project | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora