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Los días pasaron, y Harry no se cruzaba con Louis, el rizado sin saber que Louis solo lo visitaba mientras dormía para verificar que estuviese bien y sin nuevos golpes.

Finn le explicó que era común que no quisiese salir de aquella habitación si no era necesario porque los primeros días de pruebas solían ser los más toscos, aun cuando los suyos no habían escalado de varios pinchazos dado que no rechistaba ni se oponía a ningún procedimiento para que, justamente, le dieran los privilegios que tan prometidos eran.

Fue cerca del onceavo día que le dieron permiso para visitar todas las habitaciones para su acceso que quisiese, lo cual significó preguntarle a Sydney donde estaba Louis para intentar hablar con él; Lo habían cambiado hace apenas un día al pasillo de nuevos.

La puerta se abrió, por lo que la debía haber dejado sin cerrojo por parte del staff.

Louis no estaba allí, pero su cama estaba desordenada y aquel aparato que controlaba sus signos vitales estaba apagado.

Era una habitación del mismo tamaño que la de él solo que había algunas pequeñas marcas de rasguños en la pared a unos centímetros del suelo.

Sintió una extraña angustia que lo hizo voltearse, notando que el ojiazul se acercaba cabizbajo a su habitación, un hilillo de sangre recorriendo su mano desde el centro de esta.

El mayor levantó la vista al notar que había alguien parado frente a su puerta, y el pánico se percibió en sus ojos al notar que estaba frente a Harry, haciendo que intentara volverse por donde vino.

Estaba muy ojeroso, con los ojos irritados por llorar y diferentes matices en sus brazos con razones de fuertes agarres y algunos golpes desmedidos.

- Louis – Gimoteó al verlo así; Tan pequeño, tan vulnerable y destrozado.

Lo tomó del brazo, volteándolo e inspeccionando su rostro con sus pulgares.

- Estoy bien – Siseó cuando Harry tocó una lastimadura de piel pero que ardía como el infierno, abrazándolo lentamente mientras reposaba su mentón en el hombro del más alto.

Harry no quiso responder a aquella mentira, porque si lo hacía sería cruel, por lo que solo se limitó a hacerlo entrar y sentarse en su cama para cubrirlo con una manta.

Este no levantó en ningún momento la mirada desde que se sentó. Solo se limitó a recostar su cabeza en el hombro del rizado y apoyar su mano sobre la de este.

- Lo siento tanto amor, realmente lo siento – Murmuró con voz rasposa. Harry, con su mano libre, acarició su barbilla.

- Lou – Suspiró, besando su cabello - ¿Por qué no me dijiste antes?

- Lamento haberte ocultado todo, estaba aterrado. Me dijeron que si te decía te pondría en la mira, y había investigado. No quería someterte a algo que no tenías nada que ver.

- Tiene que ver conmigo porque eres mi novio, Louis. Vivimos juntos, pasamos la mayor parte del día juntos, ¿No pensaste que sí me involucraba? Si te esfumabas iba a buscarte, pero al menos no habría ido a la policía.

- Realmente lo siento – Sollozó, tomando la mano del rizado. Este cerró los ojos y apoyó su mejilla en la cabeza del mayor – No sabía que hacer, por favor, Harry, perdóname, se me fue de las manos.

- Dios Louis – Suspiró, pasándose una mano por el rostro y luego a su cabello.

La frustración lo carcomía como termitas a la madera, porque realmente una parte de él culpaba a Louis de todo lo que estaba sucediendo, pero al mismo tiempo sabía que era demasiado abrumador para que él lo hubiese pensado de manera coherente.

Vermisst : The Colorado Project | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora