xxɪɪɪ

69 6 0
                                    

Cuando Solsticio tuvo que desinfectar sus puntadas fue la peor mierda del mundo. 

Era horrible cómo el alcohol quemaba y ardía cuando se escurría por debajo de su piel, ¿Pero la terapia intravenosa para las vitaminas? Joder, no podía decir cuál era peor.

El tiempo era borroso y una incógnita que nadie podía resolver, pero se estimaron cerca de tres meses de desaparición. 

Habían estado cerca de sesenta días sin alimentación apropiada fuera de tubos por donde te alimentaban en el laboratorio, ya que los cubiertos podrían usarse a modo de arma o algo así, más esos suplementos extraños que les daban, junto a un mes con restricciones de comida debido a que ninguno realmente se encontraba en la voluntad mental de llevarse a comer al estar en constante modo de supervivencia, por lo que la mayoría, inconscientemente, había dejado de alimentarse.

En el caso de Harry, el mes que estuvo sin Louis intentando encontrarlo, su dieta era a base de caldos precalentados con sabor a pollo viejo, ya que no tenía la energía ni siquiera de cocinar o comer nada que requiriera cortar, pinchar y tragar.

Pero ahora es marzo, y gracias a Solsticio estaban en Poznam, siendo Estocolmo la última parada. Era un mes bastante frío allí, por lo que debían alimentarse bien para no sufrir tanto aquella estación, debido a que en aquel tipo de pichiciera donde escapaban de la violencia y la crueldad, solo había mantas para combatir el frío.

La luna estaba en el punto más alto del cielo, brillando como ella sola junto a pequeñas y multitudinarias estrellas que podían apreciarse gracias a la poca contaminación lumínica de aquel pueblecillo. Los fugitivos pernoctaban bajo efectos de pastillas para dormir, escapando de sus ansiosas mentes y el frío de grados bajo cero.

Uno de los organizadores del lugar, Skyler, cuyo don incluía la telequinesis y ESP, les había comentado que a pesar de lo pequeña que parecía, la bebé tenía cuatro meses al día de la fecha y que su nacimiento había sido el veinticuatro de noviembre.

El día anterior – Es decir, horas atrás – Solsticio había completado del esquema de vacunación de Aaliyah y otra niña más del lugar, razón por la cual la bebé en aquel momento tenía un leve mal humor que pagaban estando despiertos tan tarde.

- Vamos pequeña, intenta dormir – Rogó en un susurro mientras la acunaba en sus brazos, ésta observándolo mientras pataleaba en silencio con un semblante molesto que llegaba a ser divertido. Se encontraba sentado en el suelo contra la cama, sus rodillas flexionadas debido a que aquella habitación era demasiado estrecha para siquiera estirar sus largas extremidades.

Sí, les habían pedido que durmieran allí debido a que Aaliyah lloraba si estaba sola, y allí era la única habitación con una cuna aparte, por lo que ahora estaban en aquel lugar.

Louis miraba al techo, masajeando las articulaciones adoloridas de su mano derecha. Lucía como si estuviese nadando en una piscina de pensamientos, siendo esto preocupante para Harry. 

La bebé comenzó a quejarse y mover sus manos hasta los dedos de sus pequeños pies, tomándolos como si estuviese estirando, solo meciéndose en su cuerpo.

- ¿Alguien está gruñona? – Suspiró el mayor, incorporándose en la cama con cierto cansancio - ¿Quieres que intente hacerla dormir?

- Tu brazo aún no se recupera del todo, no – Respondió – Intenta dormir.

- No puedo, el agotamiento mental no da sueño – Bufó, sentándose en el borde de la cama junto al rizado, quien pasó su brazo por sus hombros delicadamente y lo atrajo hacia su cuerpo.

- ¿Por qué no te tomaste la pastilla para dormir? – Hubo un suspiro como respuesta, luego sintiendo el mentón de Louis en su hombro.

- Cuando te las tomas, eres más propenso a tener pesadillas y a no poder despertar de ellas. Solían dármelas, y debido a eso tuve varias parálisis del sueño – El mayor comentó mientras jugaba con los rizos de Harry, formándolos en su dedo índice y luego desarmándolos – Si voy a dormir, será de forma natural.

Harry suspiró, entendiendo a su pareja más no sabiendo cómo responder más allá de rascar el cabello de la nuca de este, antes de fruncir el ceño en confusión. Pasó su pulgar entre las cejas de la pequeña y susurrar un canto que recordaba, pero no conocía ni tampoco entendía pero ¿Qué podía perder?

Inclinó su cuerpo un poco hacia el de la pequeña, haciendo que Louis se incorporara, éste mirándolo sin entender qué estaba por hacer.

- Malak jamil, la taqlaqi, sa'akun fi aljanat, abnati – Aaliyah se quedó quieta y sonrió, llevándose la mano a la boca. Harry sonrió en respuesta – Sa'akun hamiatan lak, ya hamamat alsaghirat – La pequeña comenzó a adormecerse, con sus dedos llenos de baba reposando sobre su barriguita sin dejar de sonreír – Sawf yaetanuwn bik wayaelamunak alzuhfa – Louis quedó maravillado, sus ojos desbordando de amor ante la escena – Fatati alrashiqat walqawiata.

El ojiazul ayudó como pudo al menor a levantarse para acomodar a la bebé en su cuna, la cual solo tenía frazadas bastante acolchadas a los costados sobre las barandas para que no se lastimara al removerse.

- ¿Cómo hiciste eso? – Susurró.

- Lo recuerdo de Mathangi. Supongo que es una canción que su madre había hecho para ella, no lo sé.

- Nunca dejas de sorprenderme – Murmuró con coquetería, rodeando su cintura con cuidado de no causarse dolor en el brazo – Todo lo que haces es pura magia.

- Podría cambiar mi apellido a Potter, ¿No? – Bromeó.

- Preferiría que lo cambies a Thompson, pero como tú quieras – Suspiró, dejando un beso en la comisura de sus labios. 

Louis ya no se sentía tan incómodo ante el afecto, su cuerpo volvió a aprender la unicidad que Harry era. }

Podía decir que era él porque sus manos eran suaves y sus uñas no rasguñaban aunque sí se sentían al tacto, sus labios eran afelpados incluso si no usaba hidratante para los crueles días fríos y porque había algo en él, en su ser, que no le daba ganas de desgarrarse la garganta con los dedos y desinfectarse con lejía.

De todos modos, la intrusiva ansiedad, el tortuoso pasado y los dolorosos recuerdos podían volver en cualquier ni siquiera minuto, sino que segundo, a generar reacciones que ninguno de los dos quería que aparecieran; Harry jamás quería ser la razón por la cual Louis tuviese miedo.

- Te amo más de lo que tú puedes llegar a imaginar – Murmuró, dejando caricias con su nariz en su mejilla. Louis suspiró con felicidad, recostandose junto a Harry.

Besó su frente mientras dejaba caricias en su hombro, reconfortando, recibiendo como respuesta una dulce sonrisa y ojos cansados que lo acercaban para abrazarlo como un niño a su peluche favorito.


ملاك جميل ، لا تقلقي ، سأكون في الجنة ، ابنتي ، سأكون حامية لك ، يا حمامة الصغيرة ، سوف يعتنون بك ويعلمونك الزحف. فتاتي الرشيقة والقوية

- أمايا


Vermisst : The Colorado Project | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora