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En los terrenos de una isla lejos de la humanidad, no se encuentra lo que uno desea pensar. La lluvia y el frío son unos solemnes y tristes dadores de vida, pero juntos caen como nieve sobre unos ojos esmeralda inconscientes

Aunque, al abrir los ojos Harry no se encontró con un ambiente helado y triste como esperaba, si no que fue recibido a la conciencia con dulces y melodiosos cantos de bonitas y pequeñas aves, así como también por pétalos de coloridas flores que atravesaban elegantemente el lugar, guiadas por una brisa que clamaba orgullosamente tener secretos que no contaría.

Era una bella isla lo que se presentaba ante sus ojos y la confusión se apoderó de aquel muchacho en medio de la ¿nada?

Sintió una mano temblorosa sostenerle el hombro, y una voz agitada dijo:

-Harry – Era una voz frágil que parecía ser capaz de romperse en cualquier momento. Se volteó, temeroso, para quedar frente a aquellos ojos azules como el cielo sobre ellos que le habían robado la atención desde el primer momento.

-Louis – Su voz tembló y se acercó, con miedo a que todo se desvaneciera en sus manos. El nombrado sonrió, con aquella hermosa sonrisa perfectamente imperfecta que formaba líneas alrededor de sus ojos. Ya sin dudarlo ni un segundo, envolvió en un rápido movimiento al mayor entre sus brazos, a lo que este correspondió rápidamente – Te extrañé

-Yo aún más

-Mmm no, eso no es posible – Suspiró, cerrando los ojos y relajando sus músculos al sentir las suaves inhalaciones y exhalaciones de Louis en su cuello. Su aroma era dulce, pero no sabría describir como qué y algo no se sentía correcto – Qué es este lugar? – Preguntó al abrir los ojos y notar que ya no estaban en medio de la isla, si no en la ensenada de esta.

El agua era cristalina con algunas algas flotando en ella, y estaba rodeada por tierra y césped. Sierras decoraban el fondo, tapándose entre ellas y algunas asomándose con timidez.

-Ven – Una reconfortante mano se entrelazó con las suyas, llevándolo hacia el agua. Sentía como si ese gesto fuese el unir dos piezas de un reloj, dos piezas que hacían que ambos funcionasen correctamente.

Notó que las manos de Louis también estaban frías como las suyas, quizá más, pero no dijo nada al respecto.

Se adentraron en aquel agua transparente tibia y agradable, y notó que sobre el agua había niebla. No había notado que realmente hacía frío fuera del agua, y que esta estaba casi a la misma temperatura que su cuerpo.

Ambos contemplaron un hermoso atardecer que anunciaba la cercana llegada de la noche, pintando su cielo de tonos cálidos que lentamente se volvían fríos.

-Eres real? – Preguntó Harry, dudoso y con miedo a la respuesta, la cual ansiaba que fuese ''Sí''

- Quería verte – Louis asintió a la pregunta de Harry, quien estaba sumamente confundido.

- ¿Cómo? Estaba en el hospital hace un rato y tú...¡Tú desapareciste!

-  Lamento haberme ido así. Ni siquiera pude llegar a entrar al edificio, que vi aquel auto rojo. ¿Ahora me crees lo que te dije antes de irme? – Sonrió con suavidad, no había enojo ni sarcasmo en su voz – Sé que sonaba loco, lo sé, tuve que explicarte mejor.

- Louis, dime como encontrarte allá, por favor.

- Solo puedo decirte que no confíes en nadie, ni en la policía ni en Joanna, y sé que ella es tu amiga pero...-

-No confío en ella, Lou – Interrumpió el rizado, admitiendo su desconfianza luego de lo de hace rato – Fue por una estupidez pero sentía algo, que algo andaba mal... pero no sabía qué. Había un anillo junto a tu billetera... Lou ¿Qué haré sin ti en este tiempo?, ¿Cómo haré para encontrarte si no puedo confiar en nadie?

Vermisst : The Colorado Project | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora