Hyojung.

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Flashback:

-Aaaah... Jiho... Te amo.

-No tanto como yo te amo a ti.

Jiho se acomodó entre las sábanas, se cubrió su bello cuerpo desnudo depositando besos en el cuerpo de la contraria.

-Jiho, me gustaría ir de viaje a Alemania.

-¿No has ido?

-Si, pero quiero ir contigo.

-Algun día...

-¿Lo prometes?

-Lo prometo.

Fin del Flashback.

Arin fue reprimida por estar desconcentrada en clases, ya le había llamado a su padre para que no fuera por ella ya que tenía el auto de Kim.

Se regaño así misma diciéndose que debia pensar menos en Kim Jiho, pero no entendía.

Ahora tenía el permiso de Kim para llamarla por su nombre.

-Jiho, Jiho... -sonreía mientras conducía.

Para ella no era solo un nombre, era más que eso. Era todo. Todo eso que ella comenzaría a adorar, amar, respetar y sobretodo anhelar.

Así comenzaría algo nuevo para ella y para su directora Kim, nuevos retos, nuevas ideas, nuevas formas de vida...

Porque son tan diferentes:

Jiho es una perfeccionista, gruñona, estricta, que cree en la idea de que la única cosa que importa es el maldito trabajo. Creció creyendo en eso por culpa de su padre.

Y Arin es optimista, sonriente y muy fuerte. No por el hecho de que sea musculosa, porque no. Fuerte en el sentido de que ella jamás dejaría que por un obstáculo su vida se viniera abajo.

Son diferentes, como el agua y el aceite... Polos opuestos que siempre se atraen.

.

Arin llego a casa, ceno gustosamente con su familia y les comento que Jiho había terminado tarde el trabajo y le prestó el auto para que pudiera trasladarse a la universidad.

Comenzaban a ver mucho mejor a Kim, pues no cualquier jefe te presta el auto para que puedas transportarte de un lado a otro.

Se dio una ducha e hizo un corto adelante a su tesis, ya llevaba tiempo haciéndola y esta vez sí estaba concentrada.

Cuando se harto, cerró su computadora y acomodo sus libros sobre un pequeño y maltratado librero, camino hasta la cama y se acomodó de forma fetal, estaba apunto de quedarse dormida pero una llamada no lo permitió.

Ni siquiera había mirado la pantalla para saber de quién se trataba.

-¿Bueno?

-¿Sigues despierta?

-Directora Kim. -se sentó en la cama de golpe.

-Ahora son cuatro.

-¿Cuatro que?

-Besos... -la voz de Jiho sonaba tranquila.

-Mañana sin falta, Jiho.

-Me gusta cuando dices mi nombre.

-A ti todo te gusta.

-¿Sueles ser así?

-¿Así como?

Mi Secretaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora