Cena.

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El tiempo corrió, habían pasado un par de días desde que Arin y Jiho comenzaron con su relación, al parecer nadie sospechaba y menos por las faltas de cariños que ellas se daban con anterioridad. Su relación era más como: "Te ves linda" y la otra le decía "Tu más" y cosas así.

Se preguntaban si tenían planes o cosas así, pero al final, no salían a ningún lado. Eso comenzaba a fastidiar a Jiho, se había dado cuenta de la indiferencia de Arin y no le gustaba para nada.

Era jueves por la tarde, Jiho acababa de hacer uno de sus planos y se sentía mareada por tener que mirar tan cerca cada línea del plano. Le había pedido a Arin que le llevará un té y una pastilla para el dolor de cabeza, el que por cierto había perdido cierta dulzura. Pasaban de las seis, por lo que era el horario de salida de Arin. Tocaron a la puerta.

-Adelante. -Arin entró- Pasa.

Arin entró sin decir nada, estaba más distante que otras veces y ese día ni siquiera le había dicho cuan hermosa se veía.

-Su té y la pastilla que me pidió.

-Gracias. -no puso gesto alguno, pasaron un par de minutos hasta que Arin se animó a hablar.

-Estoy fuera de horario ¿Verdad? -Jiho la miro con sorpresa y miro teléfono.

-Si ¿Porque?

-Jiho...

-¿Si?

-Mis padres... Me... Pidieron que... -estaba cabizbaja, jugaba con sus dedos y se mordía el labio por los nervios- Saliera con Mark a cenar.

Jiho aunque no lo demostraba estaba más que sorprendida, había pasado casi una semana desde que comenzaron su noviazgo ¿Y ella simplemente saldría con su ex novio que apareció de la nada? Eso no era lo que le dolía. Jiho realmente se estaba enamorando o quizá ya lo estaba, pero le dolía recordar que Arin es de una actitud fuerte, no dejaría que cualquiera tome decisiones por ella. Como el primer día que se conocieron.

Bebió un poco de su té y sin mirar a Arin comenzó a guardar sus cosas, los planos en sus respectivos tubos y algunos folders en su maletín.

-Deberías ir... -Arin se sorprendió- Solo así tomarás una decisión.

-¿Que decisión?

-Sabes a cual me refiero. -la miró- Mi mamá se va hoy a Corea. Quiere apoyar a Eunseo en un proyecto y quiero acompañarla al aeropuerto, así que... Nos vemos mañana.

-Jiho.

-¿Si?

-Perdoname...

Jiho solo la miro por unos segundos, dudosa, salió de su oficina dejando a Arin un poco triste y llena de culpa.

Ella solo tomo su mochila y se fue a su casa, donde Mark ya la esperaba.

-Hola Arin.

-Hola Mark.

-Gracias por aceptar ir a cenar conmigo.

-Ire a cambiarme para ir a la universidad y nos vamos.

-Te espero linda.

Arin subió a su cuarto y se cambió, uso una blusa blanca de tirantes, unos jeans ajustados color azul y una sudadera rosa. Ya la habían cansado los tacones por lo que se puso unos tenis blancos. Se sentó frente al pequeño tocador y se quitó sus aretes.

Cuando los guardo en un estuche vio la pulsera que Jiho le dió, la tomó entre sus manos y se preguntaba si estaba haciendo lo correcto.

-No quiero lastimarte...

"Yo no quiero estar lejos de ti... Otra vez"

Recordó.

Dejo la pulsera sobre el tocador y salió. Aviso a sus padres que saldría con Mark a cenar y casi se ponen felices por la decisión de Arin.

Ya afuera, caminaban juntos. El cargaba la mochila de Arin y noto que Arin estaba muy distraída en otras cosas.

-Recuerdo cuando éramos niños. -sonrio y logró llamar la atención de Arin- Cuando te conocí en este parqué pensé que serías una niña mala...

-Siempre pareció eso.

-Pero aún así te guste. -la miro- Y me perseguias por todos lados, así que fue como "no podré escapar de esta niña".

-Y aún así te fuiste.

-Arin... ¿En serio sigues con eso? -la detuvo del brazo y se miraron- Entiende que fue por mi futuro, porque si me iba y me esforzaba mucho podría darte todo lo que te mereces.

-¿Sabes? Cuando te fuiste estaba muy molesta. Hasta hace un par de meses aún lo estaba y ahora que te veo, casi graduado y con un futuro asegurado... Me alegro. No sentí más que felicidad al ver que casi cumples tus metas.

-Solo me faltas tú, y te juro que mi vida será maravillosa.

-Hace cuatro años te dije lo mismo Mark. -sonrio de lado- Ha pasado mucho tiempo ¿No?

-Pero el amor es para siempre.

-¿Cómo?

-Siempre hay que aprovechar cuando alguien te quiere en su vida, si lo dejas ir por un enojó de hace un par de años... Puede que lo pierdas para siempre. Y tú me quieres desde que teníamos uso de memoria.

-Llegue a Nueva York cuando tenía siete, así que mi uso de razón se quedó en Corea.

-¿Y que? ¿Solo por eso no me quisiste? Arin... Dame una oportunidad. Prometo que sanare cada una de las heridas que te hice. Así como Mercuri curo las heridas de Martha, o como un amor que puede ser más hermoso que el de Jack y Rose, uno que si pueda tener frutos y un final feliz...

Nota: Martha & Mercuri es la historia de una pareja que alguna vez llegué a leer en una biblioteca.

-Mercuri apareció en la vida de Martha cuando ella estaba dolida. Martha había perdido a su primer amor en una guerra... Mercuri solo se encargó de...

"Tengo una hermana"

Volvió a recordar. Se quedo callada y siguió caminando.

-¿Pasa algo?

-Tengo hambre.

"-Tengo hambre.

  -Tu siempre tienes hambre."

Se comenzaba a sentir mal ¡Demonios Kim! ¿Que le has hecho?

Fueron a cenar sushi, a Arin le gustaba mucho el sushi y el ramen. Le hacían recordar un poco a su país natal, tuvieron una plática de lo que fue la vida de Mark durante su estadía en Los Ángeles aunque esta no le prestará mucha atención por ver a una pareja de mujeres actuando como si nada, viendo como se regalaban besos y caricias, sonrisas sinceras que le recordaban las primeras sonrisas que Jiho le comenzaba a regalar. O la sonrisa que había puesto cuando ella le dijo que si quería ser su novia, ninguna sonrisa se compara con esa.

En el lugar las paredes eran blancas, con algunas frases escritas y cuando ella volteo a uno de sus costados había una frase que sin duda, la haría tomar la decisión final...


"El primer beso, nunca se olvida"







Aún no se acaba la historia, creo que este será un poco más largo que MEDMG. ¡Espero les esté gustando!

Mi Secretaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora