Mi Secretaria.

¿KIM? Nuevos problemas, un nuevo inicio.

Jiho se fue conduciendo hasta la casa de la playa, no quería ver, ni escuchar a alguien. Eunseo le llamo incluso.

-¿Hola?

-Unnie ¿Como estás? Te hecho de menos. -Jiho tomó aire para poder fingir que nada pasaba con ella, cosa que le resultó fácil.

-Ire a verlas pronto. Lo prometo.

-Unnie...

-¿Si?

-Me encontré con alguien. -la voz de Eunseo sonaba muy nerviosa- Seungmin...

-¡Ah, ese polluelo! ¿Te hizo algo?

-No... Es solo que... Debería ser el momento de... Convivir con el y con Cha... Con... Oppa...

-... Sabes que oppa está desaparecido.

-Sé que lo estás buscando. Mamá me lo dijo.

-La última vez que vi a Wooseok me dijo que él estaba en Nueva York... Pero aún está intentando dar con su paradero. Espero que... Mantengamos una bonita convivencia.

-Unnie...

-¿Uhm?

-Me di cuenta que... Seungmin y Chahyung nunca tuvieron la culpa de lo que hizo papá...

-Así como nosotras arreglamos nuestras diferencias... -suspiro- También puedes arreglarlas con ellos.

-¿Como son ellos? Cuéntame un poco de cómo son...

-Pues... Oppa... Es un chico admirable. Es bondadoso, increíble, es inteligente y muy carismático. Cuando tenía problemas el me escuchaba y siempre estaba para mí. -sonrío con nostalgia- Seungmin es más... Alegre que los tres juntos, es como una chispa en medio de una noche oscura. Le apasiona mucho bailar y tomar fotos, quería dedicarse a eso...

-Ah... Suena tan lindo. Creo que haré un esfuerzo por convivir con ellos más adelante.

-Estoy segura de que se llevarán bien.

-Eso espero. Te dejo, Wooyoung me invitó a salir y quiero verme bien para el.

-Siempre te ves bien, hermanita.

-No más que tú... Bye, te quiero.

-Yo más... Adiós. -colgo.

Entre toda su tristeza, por lo menos eso la animo un poco. Había dejado de llorar, se fue a cenar a un lugar cercano y bebió un poco sin la intención de embriagarse.

Cuando regreso a su casa, se durmió en el sofá, pues en su habitación estaba el recuerdo de la mujer que tanto ama, a la que quizá, más adelante ya no apreciaría.

Y no se arrepentía de darlo todo. Tanto con Hyojung, su ex novia que había sido cruel en el pasado, como Arin... Habían dejado grandes enseñanzas en su vida. Y era lo que más le quedaba ¿Para que llorar todas las noches? Quizá el día de mañana aparecería alguien que la llenase tanto como para querer detener el mundo y mirarla lo que le reste de vida. Así le gustaba amar a Jiho, pura, sencilla, sin oprimir, dándolo todo... Aunque no recibiera lo mismo...

Pronto se quedó dormida, gracias al alcohol que había ingerido.

.

El fin de semana había apagado el celular y se había propuesto a pensar en cómo debía terminar el plano que aún le faltaba. Trato de mil y un maneras de no pensar en Arin, pero le era casi imposible.

Había regresado a su departamento el domingo por la noche, se dio una buena ducha y antes que nada preparo un café cargado antes de ir a dormir. De su hermosa cabeza no salía la idea de seguir adelante.