Luto

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Las trece horas con quince minutos
marcaba el reloj
en pleno uno de enero.

Y la vida,
la puta vida
ya nos había golpeado
fuertisimo.

Yo no supe cuando
quebrarme en llanto
hasta que vi a los más pequeños
llorar por padre
y yo les abrazaba fuerte
sollozando junto a ellos
"todo va estar bien"
como si fuese a aliviarles
el alma.

Que jodida es la vida
el día uno del calendario
y ya nos había dado
el primer puñetazo.

Cuando ves a los más fuertes
de la familia romperse en llanto
gritar y ser incrédulos
ante la fatal noticia,
el corazón
-mi corazón-
se rompió de manera irreparable.

Memorias Para ContarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora