Wolves [H.S] [Terminada]

"Quiero que te mueras"

      

10

Audrey movía impaciente sus pies, así como se quejaba cada vez que movía sus manos, las cuales se encontraban con esposas amarradas a un tubo que estaba colocado en la mesa de aquel cuarto de "visitas". No entendía por que ese trato, cuando antes ni siquiera la habían tenido que esposar.

Miraba a un lado y al otro, dándole la espalda a la puerta. Frente a ella solo se encontraba un policía, que no le daba la más mínima mirada. Lucia cansado, un hombre que solo esperaba que llegara su hora de salida para poder respirar aire fresco y ver los colores del atardecer. Los mismo que ella no ha podido ver desde su estadía en ese frio lugar.

—¿Podría decirme que hago aquí? —pregunto con la garganta un poco lastimada de tanto llorar

El policía no comento nada, y volvió a hacer como si no estuviese ella ahí.

—¿Al menos podría quitarme las esposas? ¡no es necesario! —comenzó a mover sus manos logrando que el metal chocara e hiciera aquel típico sonido

El sonido y la espera la estaban desesperando.

Mas se desesperó en el momento en que la puerta se abrió y cerro, pero no hubo mas ruido en la sala. Intento girar su cabeza, pero las esposas no permitían mucho ese movimiento.

El oficial camino hacia la puerta sin comentar nada

—Pedí que te esposaran—escucho tras ella tras algunos segundos

Cerro los ojos, procurando al mismo tiempo cuidar su respiración.

—¿Por qué lo hiciste? —pregunto aun sin poder ver al hombre que tanto había amado....y seguía amando

Harry apareció en su campo de visión, de nueva cuenta luciendo tan elegante y profesional como nunca. Sonrió al imaginarse al antiguo Harry del que se enamoró. Ese que usaba Jens ajustados y camisetas rota de diferentes colores cada día de la semana para asistir a clase. Ni mencionar sus botines negros. Todos esos días ya estaban en el pasado. Ya no había rastro alguno de ese chico con amplia sonrisa y brillante luz en su mirada cada vez que se encontraban en la universidad. Ahora, Harry vestía sin colores, ya no había luz en su mirar, ni mucho menos estaba aquella sonrisa de la que se enamoró. Ese no era su Harry, pero tal vez si era el que ella había obligado a que fuera.

—No quería que me fueras a lastimar. Aunque siempre terminas haciéndolo....—negó con una pequeña sonrisa para después tomar asiento frente a ella—Venia a mostrarte esto

Le aventó un papel. Cruzo sus brazos y espero a que ella leyera lo más importante.

—No entiendo—murmuro confusa. No tenia idea de leyes. No era lo que había estudiado

—Dice que seré yo el que se encargara de que tu te pudras en una cárcel. ¿Lo entiendes? —sonrió amargamente

Audrey no quería llorar, no volvería a darle ese gusto

—Harry, por favor no lo hagas—le rogo tragándose sus lágrimas y el orgullo

—¿Por qué? ¿Acaso tienes miedo de terminar presa? —enarco una ceja acercándose más a ella

—Lo digo por tu hermano. ¡No pueden enfrentarse en un juicio!

—Y ¿Por qué no? Será muy divertido, ¿no lo crees?. Ambos Styles peleando por la justicia. ¡A mí me agrada!

—No quiero mas problemas entre ustedes, por favor—volvió a implorar ahora con lágrimas en los ojos

—Bonita, ¿no has entendido que tus lagrimas de cocodrilo no me afectan en nada? —soltó una gran carcajada

—¡Eres un maldito! —se puso de pie e intento golpearlo, pero claramente no podía

Harry solo gozaba ver como Audrey se revolcaba de rabia al no poder lograr su cometido.

—Justo por esa razón pedí que te esposaran. Sabia que iba a ocurrir. ¡Estas loca! —grito

—¡Dios, Harry! —sollozo deteniéndose—No lo hagas, no quiero ver como se matan por mi

—¿Por ti? —aplaudió fuertemente para después acercarse a ella y susurrarle al oído—Antes pude haber matado por ti.... pero ahora solo quiero que te mueras.

Audrey quedo paralizada por las palabras de Harry. Estaban cargadas de rencor puro. Mismo que sabía que se merecía, pero que no por ello no dejaba de clavársele en el pecho.

¿Cómo habían llegado a esto?

Harry abandono la pequeña habitación conteniéndose las ganas de vomitar por sus palabras. No planeaba decirlas de esa manera, pero solo habían fluido. Esas palabras no eran del todo ciertas. No quería que ella muriera. Por mucho que la odiara, su amor era aun mas fuerte que todo. Y eso justamente era lo que le provocaba el vómito. Sentirse tan vulnerable ante esa mujer que tanto daño le había causado.