Cuando terminamos de comer, nos dimos los números de teléfono para estar contactados en todo momento. Habíamos pensado en ir el día siguiente al salir del gimnasio hacia un parque en el que nunca había nadie, por si nos seguía. Luego allí nos esconderíamos detrás de un arbusto y esperaríamos a que llegara. Ojalá todo saliera bien, quería averiguar quién era aquella persona.
El jueves por la mañana el gimnasio estuvo tranquilo. Todos se habían limitado a entrenar y no hubo ninguna competición. Bat se comportó bien, habló con Zayn y Gus como si fueran amigos de toda la vida y nunca hubiera habido roces entre ellos. Como si no pasara nada. También me pidió perdón unas diez veces y en todas ellas le respondía que no pasaba nada, que sabía que no lo había hecho a propósito y que era una tonta por meterme en una pelea con boxeadores de por medio.
Zayn y Gus estuvieron entrenando juntos formas de ataque y defensa, Bat peleaba contra un saco de boxeo y el entrenador los vigilaba a todos para que no hicieran ninguna tontería.
—Dice que no se fía de nosotros —me había explicado Gus—. No desde lo que pasó con Zayn y Bat. —Luego se dirigió a Zayn—. ¿Y tu nariz? ¿Cómo está?
—Rota —respondió—. ¿O acaso no lo ves? Seguro que tarda tres semanas más en recuperarse.
Estaba distraída viendo cómo entrenaban y se peleaban en broma, pero también me aburría. ¿Qué podía preguntarles?
—¿Cuándo hay otra competición? —pregunté. Al menos podrían hablar de algo donde yo pudiera intervenir.
—Mañana —contestó Zayn. Se quitó los guantes de boxeo y los tiró en el suelo—. ¿Puedes darme agua?
Cogí la botella del suelo y se la lancé. La cogió al vuelo y jugó con el tapón antes de beber. Un poco de agua cayó por sus labios y mojó la camiseta. Aparté mis ojos de él cuando se dio cuenta de que le estaba mirando embobada. Aún así, no me dijo nada, como era de costumbre cada vez que lo miraba como si no existiera otra persona en el mundo. Tal vez era porque estaba Gus delante de nosotros.
—¿Podrás pelear con la nariz rota? —le dijo Gus, poniendo una mano en su hombro—. Irán a tu nariz, la partirán más y... Bueno, no quiero saber qué pasará.
—Si alguien intenta darme en la nariz le atizaré en las pelotas —respondió Zayn.
—Eres tan agradable —dije. Los dos se me quedaron mirando.
—Eso ya lo sabía —contestó, dejando la botella de agua en el suelo, justo a mi lado—. Voy a darme una ducha, ahora vuelvo.
Zayn se fue y nos quedamos Gus y yo solos. Se sentó junto a mí, apoyando la cabeza en la pared y suspirando. Se quitó los guantes de boxeo y los dejó en el suelo.
Se me quedó mirando un rato. Su mirada me incomodaba, sus ojos puestos sobre mí me ponían nerviosa.
—¿Te gusta? —me preguntó.
No había especificado el qué o quién, pero le entendí perfectamente. Lo fulminé con la mirada y resoplé.
—No —respondí. Me miré las uñas, esperando entretenerme con algo y olvidarme de que me miraba fíjamente—. Le conozco desde apenas dos semanas.
Gus puso una mano encima de la mía, supongo que para que dejara de tocarme las uñas.
—Pero te gusta.
—Te he dicho que no.
—Y yo digo que sí.
Zayn volvió envuelto en una toalla y con el pelo mojado y revuelto. Movió la cabeza para que el agua se fuera y miles de gotas volaron; algunas cayeron sobre mí. Miré los músculos de los abdominales marcados, los tatuajes sobre el pecho, y me imaginé a mí recorriendo la piel con mi mano, inspeccionando cada detalle, estremeciéndome con el contacto.
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Forgotten z.m. (terminada)
Fanfiction"Me miraba con ojos misteriosos, todo él era un aura de misterio" AVISO: La historia ocurre en Southsea, una ciudad costera de Gran Bretaña que realmente existe. De ella sólo he cogido el nombre; la ubicación de la playa, la zona comercial, las call...