Capítulo 18

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Odié a Gus cuando empezó a aplaudir y alegrarse de que Zayn y yo nos estábamos besando. Le odié por recordar que él había besado a mi mejor amiga. Le odié por todo lo que me estaba haciendo.

Cuando nos separamos y dejamos de besarnos, miré a todos los chicos del gimnasio. Algunos murmuraban entre ellos, otros se reían y pocos demostraban cara de asombro. El entrenador apareció con su carpeta y el silbato entre los dientes, y daba palmadas no muy seguidas, sino que dejaba algunos segundos entre ellas. No parecía muy contento por el numerito que habíamos dado en medio de la sala de entrenamiento y de todo el mundo. Danny tenía unas enormes bolsas bajo los ojos y el párpado inferior con tonos morados oscuros; falta de sueño.

-Zayn, ¿por qué no te sientas allí -señaló hacia una silla que estaba en uno de los extremos de la sala- y te enrollas con tu novia en un sitio más privado?

-Danny, lo siento... -respondió Zayn.

-Ya sabes lo que opino sobre traer novias a los entrenamientos -añadió el entrenador, aún señalando hacia la silla-, y contigo hice una excepción porque la chiquilla se veía formal, no como las demás -dijo las últimas palabras alzando la voz, para que los demás chicos lo escucharan-. Pero, ¿besaros en medio de todo el mundo? Lo siento, pero hoy no entrenas, al menos no conmigo. -Al terminar de decir aquello en voz alta, se acercó a Zayn y pegó su boca en la oreja de éste, y susurró-: Lo siento, Zayn. Si no te sanciono pensarán que tengo favoritismo.

Zayn no se quejó, sino que sonrió y me rodeó con los hombros para que nos fuéramos juntos a la silla.

-¡Zayn! -gritó el entrenador, y rápidamente se apartó de mí.

Llegamos a la silla, pero la ignoramos. Nos sentamos en el suelo, con la espalda apoyada en la pared, uno al lado del otro. Danny ya no nos veía, por lo que no le diría nada a Zayn. Lo último que vi del entrenamiento fue a Bat y otro chico subiendo al rin, listos para una nueva pelea.

-¿Te vas a quedar aquí como si no hubiera pasado nada? -le pregunté.

-Pero ha pasado, Emma -respondió, echando la cabeza hacia atrás. La nuez de la garganta se hizo más pronunciada-. ¿Leíste la nota?

Saqué el papel arrugado del bolsillo y cuando volví a leer cada palabra, sintiendo lo mismo que habría sentido Zayn al escribirlo, le di la vuelta para enseñársela.

-La escribí cuando llegamos a mi casa, por si te despertabas de noche y te ibas al ver que no era tu cama -dijo, y luego me devolvió la nota. La olí de nuevo, el sudor y el tabaco entrando por mis fosas nasales. No eran olores muy agradables, pero si procedían de él, eran perfectos. Porque todo en él me gustaba -. Hubiera preferido decírtelo yo, pero no era capaz, no tengo las agallas para hacerlo.

-Dímelo ahora, ahora que lo sé.

-Te amo.

Atrapé las palabras pronunciadas por él para recordarlas todas las veces que hiciera falta. En Zayn sonaban como si fueran de otro mundo, como si estuvieran hechas a la perfección para ser dichas por él.

-Y no es -continuó Zayn- uno de esos te amos que se dicen por decir. Yo te amo de verdad. Y sé que te conozco desde hace poco, pero es el tiempo que me ha hecho falta para saber que quiero estar contigo.

Me quedé callada, pensando en qué contestar. Antes le había dicho que también le amaba, pero había sido por la adrenalina y lo solté sin pensar. Tenía miedo de decirle te amo y que luego me rompiera el corazón.

-¿Alguna vez has visto Querido John? ¿U oído la historia?

-Es mi película favorita -respondí, la voz ahogada en la garganta, sin querer salir al cien por cien.

Forgotten z.m. (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora