Miré a los policías a través de la gran ventana de cristal que ocupaba dos tercios de la pared, aún sentada en la silla que me habían dado y en la mesa que habían puesto. La pequeña habitación era muy monótona: todo gris, sin nada adornando las paredes. Frente a mí, detrás de la mesa, había otra silla esperando ser ocupada. Movía la pierna de arriba abajo rápidamente por culpa de los nervios. Nunca había estado en un interrogatorio, y con dieciséis años no es que fuera muy bonito. Al menos, yo no era la culpable, sino la que tenía que hablar de nuevo sobre lo que pasó en los vestuarios del sótano.
Por cada segundo que pasaba estaba más nerviosa. Llevaba allí metida unos quince minutos, no lo sabía con certeza (no había reloj, por lo que perdí la noción del tiempo). Observaba como hablaban los policías entre ellos todo el rato, tal vez pensando qué preguntarme sobre Edward Hawthorne. ¿De verdad era él? Llevaba también todo el rato pensando en él y en Anna. De Edward tenían una grabación, pero de Anna había escuchado su voz... Al igual que en el maletero del coche de Gus había visto la gabardina negra. Nada tenía sentido, ya que había pruebas para pensar que podía ser cualquier de ellos, pero después aparecía una nueva que me decía que se trataba de otra persona.
Ya no sabía qué pensar.
Iba a morirme de aburrimiento cuando uno de los policías entró en el cuarto. Llevaba un ordenador debajo del brazo, encendido pero cerrado. Se sentó en la silla que había en frente de mí y dejó el aparato encima de la mesa. Me dedicó una sonrisa y luego se echó hacia delante, dejando todo el cuerpo apoyado en los codos, que reposaban encima del tablero. No sabía si gritar, llorar o correr, por lo que me quedé donde estaba, inexpresiva. O al menos eso creía, y esperaba que fuera así.
-Hola, Emma -dijo el policía-. Puedes llamarme Lucas -añadió, sin ofrecerme su mano ni demostrar que quería tener algún contacto físico conmigo.
-¿Cuánto tiempo llevo aquí? -pregunté.
-Solo cinco minutos -respondió. Había estado tan aburrida que para mí fueron quince y no solo cinco-. Voy a hacerte unas preguntas sencillas por las que no tienes que estar nerviosa.
Asentí y de mis labios surgió un débil vale. Me sequé las manos sudosas con la tela del pantalón, pero las dejé encima de los muslos para que no viera cuánto me temblaban los dedos. No quería que estuviera nerviosa, pero claro que lo estaba; era imposible tranquilizarse cuando un policía iba a interrogarte, aunque solo fuera para saber si el sospechoso realmente era quien debía ser.
Lucas abrió el ordenador, tecleó algunas letras y giró el aparato para que la pantalla quedara justo en frente de mí. Me estaba enseñando un vídeo, la grabación de lo que había pasado en el sótano justo ese mismo día. En ella pude ver a Edward con un tarrito en la mano, caminando por un pasillo hasta llegar a los conductos de ventilación. Quitó la rendija de uno y empezó a verter el contenido. Incluso llegó a sacudir el cristal para que no quedara dentro ni una gota.
-Eso es un líquido que elimina el oxígeno del aire -me explicó cuando vio mi mueca de duda-. Esto ocurrió al mismo tiempo que cuando casi te ahogas en los vestuarios. ¿Afirmas que esta persona es Edward Hawthorne?
Si decía que no era él, terminaría yo en la cárcel. Si decía que era él, mi asesino me dejaría en paz de una vez. No podía encubrir a un chico que tuviera el noventa y nueve por ciento de posibilidades de ser la persona de la gabardina negra.
-Sí -musité, con la voz atascada y las letras ahogándose en mi garganta.
-De acuerdo -respondió-. ¿En el pasado Edward Hawthorne ha intentado lastimarte?
-No que yo sepa -contesté, poniéndome a la defensiva. ¿Por qué estaba empezando a comportarme así? Ah, claro, porque Zayn es mi droga y me empezaba a parecer a él poco a poco. En realidad, estaba diciéndole la verdad. No sabía con certeza si lo que Taylor me dijo sobre los sueños era cierto, así que respondería solo lo que supiera-. Lo conocí hace pocos días. Si intentó matarme en el pasado yo no sabía de su existencia.
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Forgotten z.m. (terminada)
Fanfictie"Me miraba con ojos misteriosos, todo él era un aura de misterio" AVISO: La historia ocurre en Southsea, una ciudad costera de Gran Bretaña que realmente existe. De ella sólo he cogido el nombre; la ubicación de la playa, la zona comercial, las call...