Capítulo 6

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La mañana era fresca y con el cielo lleno de nubes, por lo que decidí ponerme una sudadera. Me recogí el pelo en una cola para que por culpa del viento no se me pusiera todo en la cara y me molestara. Aún seguía llevando la gasa y los esparadrapos en el pómulo, no me atrevía a quitármelos y aguantar otro dolor, ni a ver qué se escondía detrás de la venda que Gus me hizo. Caminé por todas las calles, esperando encontrarme con Zayn en algún momento y no tener que hacer todo el recorrido sola. Llevaba la nota que me mandó ayer en el bolsillo, esperando alguna explicación de cómo la había dejado en el buzón de la casa de mi mejor amiga y de cómo sabía que él tenía un secreto.

Caminé durante media hora hasta llegar al gimnasio. Llamé a la puerta del callejón y el mismo tío fornido me abrió la puerta. Me dejó pasar, tal vez porque era la única chica que iba allí y consiguió quedarse con mi cara. Recorrí el mismo pasillo que cuando fui con Zayn. Iba a entrar en el vestuario hasta que vi a mi lado una puerta que llevaba directamente a la sala de entrenamiento, por lo que no tendría que pasar otra vez por el humo de las duchas y un montón de chicos con una toalla rodeando sus piernas. Al principio no sabía dónde estaba; había pesas, cintas de correr, bicicletas estáticas... Seguí caminando hasta que vi de lejos el rin con sus elásticos rojos y azules rodeándolo.

Entre un grupo de chicos, conseguí distinguir a Zayn, Gus, Bat y el entrenador, las únicas personas que conocía allí. Todos llevaban los guantes de boxeo y se dividían en parejas, supongo que para hacer un pequeño campeonato entre ellos.

-¡Hola, Emma! -me saludó Gus alegremente desde el grupo. Se acercó rápidamente a mí, sin importarle que el entrenador no parara de llamarlo enloquecido. Luego se calló cuando vio que era la chica a la que Bat pegó. Lo más probable es que ya me conocieran allí por ese nombre.

Zayn vino junto a él y sin decir nada, hizo que me sentara en una silla. Se acercó a mí y jaló del esparadrapo de mi cara. Debería de haber gritado, o que los ojos se me hubieran llenado de lágrimas, pero fue tan rápido que sólo sentí un jaloncito.

-Menudo moretón -dijo Zayn-. Tardará en quitarse.

Gus me trajo un espejo y vi los tonos morados, azulados y verdosos que se habían dibujado en mi piel. Era como tinta de un bolígrafo incrustada en mi mejilla. Toqué el moretón y la piel me comenzó a palpitar, pero no tanto como cuando había recibido el golpe.

A lo lejos, vi a Bat acercándose a mí, sin los guantes de boxeo. ¿Acaso creía que iba a sentirme así aún más protegida a su lado? Seguía sabiendo que no lo hizo a propósito, que no se imaginaba que iba a interponerme entre ambos, pero lo hecho, hecho estaba.

-Dios, Emma, lo siento tanto... -se disculpó. Al ver que no respondía, siguió hablando-: No era mi intención, no imaginé que ibas a ponerte delante de mí.

-Bat. -Relajó las duras facciones de su rostro cuando escuchó su nombre saliendo de mi boca-. Gus. ¿Podéis iros? Me gustraría hablar con Zayn... a solas. -Remalqué el a solas para que los chicos se fueran cuanto antes.

Zayn se sentó en el suelo, en frente de mí, una vez que los dos chicos se habían ido. Murmuró algo entre dientes que entendí como estúpido Bat. Saqué la nota de mi bolsillo y la desdoblé. Volví a leerla antes de dársela a Zayn. La leyó y se quedó indiferente.

-¿¡A qué viene esto!? -grité sin ser consciente. Todos los boxeadores del grupo se dieron la vuelta y nos miraron-. ¿Por qué le has dejado esta nota a mi mejor amiga en su buzón, siendo para mí? ¿Eres un psicópata que nos espía?

En realidad, más que el contenido de la nota, me molestó más que la hubiera dejado en la casa de Courtney. Era como si nos hubiera estado persiguiendo y supiera exactamente dónde vivimos cada una y nuestros pasos.

Forgotten z.m. (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora