tres.

2.4K 390 512
                                    

Abrí mis ojos y lo primero que hice fue mirar la hora en mi reloj. Hoy era sábado y no debía despertarme temprano, así que no ponía alarma. Nunca lo hacía los fines de semana a no ser que tuviese algo importante que hacer temprano. Eran las 11:02, hora de despertarme y hacerme algo de desayunar.

Después de lavarme la cara como cada mañana para estar más despejado, me fui directo a la cocina. Pero antes de siquiera pasar por completo el salón, vi que en la mesa había tortitas con sirope y nata. Hacía muchísimo tiempo que no comía tortitas y me entraron ganas de llorar por ello.

-Oh, hola. Te iba a despertar para que desayunes, justo llegas a tiempo. -dijo Jaebum al salir de la cocina con un humeante café. -Espero que disfrutes del desayuno.
-¿Todo esto es para mí? -seguía sorprendido.
-Claro, yo no como. -respondió con obviedad.

Había tenido un detalle muy bonito, solo llevaba desde ayer aquí y ya había hecho el desayuno para mí y sin siquiera habérselo pedido.

-Muchas gra...
-También he limpiado. Encontré los productos de limpieza y decidí hacerlo, espero que no te moleste. -añadió.

Si no me esperaba el desayuno, mucho menos me esperaba que limpiase el apartamento.

-Muchas gracias, Jaebum. -sonreí. -Estoy sorprendido, no sé cómo agradecértelo.
-Deberás acostumbrarte, porque lo haré siempre que sea necesario. Y puedes agradecerme con un beso. -me devolvió la sonrisa.
-Un beso, ¿dónde? -alcé una ceja.
-Si puede ser en los labios. -se acercó.
-Ya sabes que no, Jaebum. Pero te puedo dar un abrazo, ¿te conformas con eso?
-Por ahora sí.

El "por ahora" me dio escalofríos, pero lo ignoré y me acerqué para darle un abrazo. Froté su espalda y él aprovechó para poner su cara en mi cuello. Sabía que él me consideraba su novio y no tenía culpa de ser así, por lo que tenía entendido que actuaría en muchas ocasiones como mi pareja, así que debía ser cuidadoso.

Deshice el abrazo y me senté para poder empezar a desayunar, tenía mucha hambre y las tortitas se veían muy apetecibles. Vi que Jaebum estaba de pie mientras me observaba, así que le ofrecí que se sentase a mi lado para conversar un rato.

-Jaebum, yo te conozco porque ayer leí sobre ti en la pantalla, ¿recuerdas? -asintió. - ¿Te gustaría saber algo sobre mí?
-Por supuesto que sí. ¿Puedo preguntar lo que sea?
-Sí, pero no te pases. -advertí.

Él dio un par de palmaditas feliz por haber aceptado.

-Ahora somos novios pero, ¿alguna vez has tenido pareja?

No pensaba que esa fuese a ser la primera pregunta.

-No, nunca he tenido pareja. Soy un fracaso para esas cosas. -hice un puchero.
-¿Por qué? -ladeó la cabeza.
-Porque no se me da bien socializar. Solo tengo dos amigos, ¿cómo voy a tener pareja? -suspiré.
-Ayer mencionaste que te gusta una chica, ¿verdad? -apoyó su mentón en su mano.
-Sí, ¿por? -le miré atento.
-Aunque seas mi novio, podría ayudarte a conquistarla, ya que tú no sientes lo mismo por mí. -ofreció.
-¿Qué? -expandí mis ojos. -¿Cómo me vas a ayudar? Ni siquiera la conoces.
-Ya tengo algo planeado. -sonrió de lado. -¿Te interesa escucharlo o no?

Me esperaba un plan demasiado tonto, porque aunque él fuese inteligente, eso no significaba que lo fuese para todo, así que no podía tener muchas expectativas.

-¿Te gusta el tema cartas? -preguntó.
-No. -negué rotundamente.

Hizo un mohín rápido y abrió de nuevo la boca para hablar.

-Esa era mi primera opción, pero tengo la segunda. -sonrió. -Podría ir sobre la hora del recreo a la universidad, ya que yo no estudio allí, y encontrarnos para que tú me digas quién es la chica que te gusta y acercarme a ella. Le diría que un amigo mío está enamorado de ella y quiero que tengan una cita para que ella pueda darle la oportunidad de conocerle. No le diré que eres tú, eso lo descubrirá el día de la cita, será todo sorpresa.

Sorpresa inesperada [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora