dos.

2.4K 422 463
                                    

Nada más entrar en la universidad, a quien me encontré fue a un feliz BamBam correr hacia mis brazos. Me abrazó con ímpetu y después dejó un sonoro beso en mi mejilla. Fruncí el ceño ante su comportamiento, no me parecía raro que fuese cariñoso conmigo, pero sí que lo fuese en la universidad, eso pocas veces ocurría.

-¡Hoy llega tu regalo a casa! -anunció.
-Oh, ¿eso es lo que te tiene tan feliz? -empecé a caminar para ir a mi casillero.
-Sí, estoy impaciente por saber qué opinas, aunque puede ser que me quieras matar, pero te aseguro que luego valdrá la pena mi regalo. -habló con rapidez.
-Sea lo que sea, tu regalo llega tarde. Ya ha pasado una semana y media desde que cumplí veinte.
-Lo sé, pero lo pedí por internet y por eso está tardando más. Aun así hoy llegará a tu casa por la tarde. -aseguró.
-¿Crees que me va a gustar? -abrí mi casillero para soltar un par de libros y coger otro.
-Puede ser que al principio no, pero luego te gustará.

Fruncí el ceño por esa respuesta, ya que me pareció muy rara. Un regalo si es bueno gusta desde el principio y no... Espera.

-¡No me digas que me has comprado un gato de otro lugar! Sabes que soy muy alérgico, no me puedes hacer eso. -dije alarmado.
-¡No es una mascota! -negó. -Ya lo verás cuando llegues. Y por favor, no te vayas a enfadar, es un regalo que te va a servir para cualquier cosa.

¿Cualquier cosa? Ningún regalo podía servir para todo. Con las cosas que decía me estaba dando cada vez más y más intriga. Ahora tenía muchas ganas de que las horas pasasen muy rápido para volver a casa y esperar por el regalo.

-Espero que me guste, sino te castraré. -le amenacé mientras señalaba su amiguito.

Él me dio un manotazo en el brazo e hizo una mueca.

-¡No me dan miedo tus amenazas! Eres demasiado bueno como para hacerme algo malo.
-Ya, pero sí puedo dejar de hablarte. -sonreí.
-Espero que eso no pase. -murmuró.

El timbre sonó e interrumpió nuestra conversación. Ambos nos despedimos y nos dirigimos con prisa a nuestra correspondiente primera clase.

💻👾

Cuanto más rápido quería que pasasen las horas, más lento se me hacía todo. Pero por fin estaba saliendo de la universidad.

Cuando me iba hacia casa nunca esperaba a BamBam, ya que él vivía en otro barrio, así que volvía solo.

Me sentía muy nervioso e impaciente por el regalo que me había comprado mi mejor amigo. Confiaba en él porque siempre me había hecho regalos muy buenos, pero en estos momentos no sabía si fiarme del todo. Él no estaba seguro de si al principio me iba a gustar o no, así que eso me daba un poco de miedo. Fuese lo que fuese, iba a aceptar su regalo y a cuidarlo, valoraba todo lo que él me daba.

Entré en mi apartamento, me quité los zapatos, solté mi mochila y me fui directo a la cocina, mi enemiga en algunas ocasiones. No era mal cocinero, pero tampoco el mejor. Había días en los que no sabía qué cocinar y otras veces me apetecía algo que ni de broma sabría hacer. Así que optaba por salir a comer fuera o comprar algo que ya viniese hecho. Necesitaba un cocinero profesional para mí solo, sería maravilloso.

Cociné algo rápido y sencillo y me puse a comer mientras veía la televisión. Este era mi momento favorito en los días que tenía muchas cosas que hacer, porque era el único rato que tenía para poder descansar un poco y despejarme. Hoy, por suerte, no tenía tanta tarea, solo debía estudiar un poco y terminar unos ejercicios, así que tendría más tiempo libre.

Las horas pasaron y en estos momentos me encontraba muy aburrido. Ya había hecho lo que tenía pendiente y no sabía qué hacer para entretenerme. Quizá ver alguna película era la mejor opción, por lo que me levanté para sentarme en el escritorio y buscar alguna en el portátil.

Sorpresa inesperada [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora