siete.

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Dieciocho meses después.

Estaba terminando de estudiar cuando Jaebum apareció con mi portátil y lo colocó delante de mí. Fruncí el ceño y alcé mi mirada.

-¿Qué pasa? -pregunté confuso.
-Me he puesto a buscar a Jaebum y le he encontrado. Ahí está. -señaló la pantalla.

Expandí mis ojos ante su inesperada respuesta y con rapidez giré mi cabeza para mirar la pantalla.

-Vive en Seúl al igual que nosotros, todavía es un universitario, pero está en una universidad que parece estar un poco más lejos de la que tú vas. Supuestamente está soltero o al menos no hay indicios en su Facebook e Instagram de que esté con alguien. Ah, y tiene un año más que tú. De verdad, las redes sociales son increíbles, te enteras de tantas cosas...

Pinché en sus fotos para verificar si realmente se parecía a mi androide, y al ver que eran casi idénticos me entró un escalofrío por el cuerpo. Daba mucha impresión ver al humano en el que se habían basado para crear mi androide. ¿Él sabría esto? ¿Sabría que alguien tiene un androide con su aspecto físico?

Vi todas las fotos que tenía en Instagram en las que salía él, y después hice lo mismo con Facebook.

Me percaté de algunas diferencias que tenían. Por ejemplo, Jaebum el humano tenía dos lunares encima de su ojo izquierdo, las piernas arqueadas, los labios más finos al igual que las cejas, y seguramente tendrían más diferencias, pero no las podía percibir por fotos. Aun así se parecían tanto que daba miedo.

-Me voy en menos de medio año y quiero que tengas desde ya sus redes sociales. Si quieres puedes hablarle por mensaje privado, sino pues ya te las apañarás para poder conocerlo. -añadió.

Le di a seguir en Instagram con una cuenta que solo usaba para stalkear y no tenía ninguna foto mía, y en Facebook no le seguí porque ahí sí podía ver quien era yo.

-Muchas gracias, Jaebumie. Ahora lo tengo más fácil para encontrarme con él. -cerré el portátil y le regalé una sonrisa.
-No es nada. -sonrió de vuelta. -¿Tienes hambre?
-No, comí galletas que tenía en mi habitación hace un ratito, no te preocupes. -fijé mi vista en el libro de nuevo para terminar de estudiar lo último que me quedaba.

Jaebum se echó en mi cama, seguramente para esperarme.

Nuestra relación en todo este tiempo había cambiado bastante. Ahora éramos inseparables, hacíamos muchas más cosas juntos que antes, le contaba todo como si fuese mi diario, le dejaba ser todo lo cariñoso que quisiese, podía entrar en mi habitación sin tener que pedir permiso, dormíamos en bastantes ocasiones juntos... Prácticamente era como mi otro mejor amigo.

Lo único que no le había dejado hacer era besarme o alguna cosa parecida. Las muestras de cariño solo podían ser amistosas, pero él se conformaba con eso.

Debía aceptar que mi forma de verle no era la misma que en los primeros meses, pero no llegaba al nivel de gustarme. Podía sentir una conexión especial con él, pero nada más.

Al poco rato terminé de estudiar y recogí. Me levanté y estiré, logrando que mi espalda crujiese. Luego miré a Jaebum y decidí echarme a su lado. Él rápidamente pasó uno de sus brazos por mi cintura y me atrajo a su cuerpo. Posé mi mano en el brazo que me estaba rodeando y luego le miré a los ojos.

-¿Te apetece hacer algo ahora que he terminado de estudiar?
-No, solo quiero estar contigo.
-Siempre estás conmigo. -reí.
-Tienes razón. -rio también. -Es que es lo que más me gusta hacer, estar cerca de ti.

Me sonrojé un poco por su respuesta y besé su mejilla.

-Entonces vamos a quedarnos un rato aquí.

Sorpresa inesperada [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora