Rhett ©

CAPÍTULO 3- La Canción

La canción

Respiré profundo y abrí los ojos lentamente, dejando que un poco de luz entrara en ellos, parpadeo varias veces para dilatar mi vista cuando todo lo que pasó anoche se me vino a la mente.

Ay por favor es obvio que fué un sueño, de esos tirando a pesadilla— pronuncia mi subconsciente al recordar los ojos de Rhett sobre los míos, sus brazos tocando mi cintura, su cara de enojo, sus carnosos labios rojos, sus largas pestañas, sus...basta Any, olvídalo.

¿Por qué estoy pensando tanto en el? Si debería estar feliz que lo pusieron en su lugar anoche.

—Resaca del demonio—.

Miro el reloj, mierda, se me hizo tarde,me preparo para ir a clases, me pongo el uniforme rápidamente, y justo al salir me tropiezo con algo en el suelo.

—La chaqueta de Rhett, no se la devolví y no pienso dársela, no quiero tener que hablarle a ese idiota —la levanto y la acerco a mi nariz, tenía un olor delicioso, que no puedo descifrar, es una mezcla a menta, con madera de cedro, ámbar, frutas cítricas, es... el olor de él.

¿Qué me pasa?

Xx

—Cinco minutos, tonta, cinco minutos de atraso— Corro rápido, colandome entre la gente hasta que llego al aula, ¿la puerta? cerrada. La abro rápidamente y un silencio fúnebre me recibe. Todos voltean a mirarme incluyendo al profesor quien no parece contento.

— ¡Señorita, estas no son horas de llegar! Usted debe ser la nueva, le podría rebajar puntos pero por ser el primer día no lo voy a hacer. Pase al frente— me dice con cara de burla. Si algo tienen que saber es que odio hablar en público, odio cuando todos te miran y sientes que te juzgan, así que perfecto, es la mejor manera de empezar la clase, me paro al frente con coraje y noto que unos cuantos murmuran en el fondo.

—Preséntese por favor.

—Buenos días, me llamo Any, tengo 17 años y vengo de un pequeño pueblo al sur, vivo con mi papá, en una granja.

—Oink oink— un imbécil hace un sonido al fondo y todos se ríen.

De pronto mi presentación se ve interrumpida, la puerta se abre y lo primero que se nota son unos guantes de cuero sosteniendo un casco de moto, un uniforme desaliñado, con pantalones apretados abajo pero flojos arriba, una camisa a medio abotonar y al cerrar la puerta y girar se ve a Rhett. Esta vez está con un look diferente, pues lleva unos anteojos negros y un aire de Clark Kent, intelectual, sexy, imponente y de mirada fría.

Pero, ¿qué putas hace en esta clase? De todas las clases que hay en esta Universidad tenía que entrar a esta.

— ¡Buenos días! —saluda con un tono sexy y voz gruesa sin mirar a nadie mientras juega con su cabello.

Todos responden al unísono, incluyendo al profesor quien se ve emocionado de tenerlo en su clase. Excepto yo, me acaban de regañar y a él no le dicen nada, malditos privilegios de niño mimado.

Rhett se dirige hacia el último asiento que da al ventanal, pone el casco en el escritorio de al lado y dirige su mirada al frente.

— Siéntate Any, me murmura el profesor.

— Bueno ya que tenemos al presidente de la clase vamos a comenzar — dice el profesor.
¡Pfff! ¿Presidente de la clase? Ese idiota que ayer dejó tirada a una chica en el suelo  ¿es el presidente?
Pues si el es el presidente yo soy la reina Isabel de Inglaterra.