CAPÍTULO 15- "La Lluvia"

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Rhett

¿Alguna vez te has enamorado?

¿Alguna vez has sentido que esa persona es la indicada? Pero, algo pasa, de pronto lo que empezó como algo bonito se desvanece a tal punto que no sabes ni quién eres y tampoco sabes como llegaste hasta ahí, y en un abrir y cerrar de ojos te das cuenta que no conoces a la persona de la que te enamoraste, que lo que creíste que te había enamorado, en realidad nunca existió.

A veces pienso que nací para estar solo, para observar a los demás ser felices, y alegrarme por su felicidad. Muchas veces, la realidad es como una maldita alarma que te hace poner los pies en la tierra de la forma más cruel posible y aceptar que no todos nacimos para ser amados, ni para amar. 

De pronto, un balde de agua fría adormeció todo mi cuerpo. Ya no me sentía yo, te podría jurar que vi el reloj detenerse en ese preciso momento, y que poco a poco sentí un hoyo negro moverse hacia los lados y tragarme por detrás de las cortinas de aquel anfiteatro,  justo en ese instante hubiera deseado estar ciego, y no tener que ver lo que mis ojos estaban presenciando. 

Lo que pensé era un sueño, solo era mi realidad. La música se terminó y los aplausos y gritos tomaron su lugar.

Bajé rápidamente del escenario, podía sentir mi corazón acelerado y la mirada un poco turbia, necesitaba salir de ahí y pronto. Ignorando al profesor quien se asomó de entre las sombras del escenario y comenzó a llamarme,  ese hombre se veía más que complacido por mi acto.

— ¿A dónde vas? —interrumpió Sofía mi huida, le entregué la guitarra sin responder y me hice paso entre la oleada de personas quienes seguían aplaudiéndome. 

A medida que avanzaba podía ver todo con más claridad, aquella chica se paralizó y se hizo unos pasos hacia atrás, soltándose del amarre de él.

Mis ojos se cruzaron con los suyos, pero mis piernas decidieron seguir su camino.

— Rhett —

Pero no respondí.

No me detuve.

Me hubiera vuelto... hubiera gritado... hubiera reclamado.

Pero no.

Ese no era yo.

Y de pronto, como un recordatorio de mi jodida vida, me di cuenta de algo. No importa que tantas veces hubiera deseado cambiar, no podía huir de mí mismo, de quien era en realidad.

—¡Rhett!— gritó Airon a lo lejos quien venía corriendo hacia mí con Natalia. Dirigí mi mirada hacia él y con una sonrisa triste, me puse el casco de la moto.

—¡No te vayas!— emitió con sus ojos puestos en los míos.

—¡No quiero estar más aquí! 

Natalia se acerca a grandes pasos— Eso que viste no es lo que parece, estoy segura, conozco a mi mejor ami...

— ¿Qué diablos fué eso Natalia?, dime — ¿Cree que soy su títere o qué?

La chica baja el tono y  continúa—  Rhett... yo, hablaré con ella y verás que... 

Tenso mi mandíbula y ella se detiene en seco cuando se da cuenta que estoy a punto de explotar y camina dos pasos hacia atrás, escondiéndose detrás de Airon.

— Amor, vete a casa, yo te llamo más tarde— interrumpió el poniéndose frente a ella al notar que yo no estaba en mis cabales.
Me subo a la moto para irme y él me detiene posando su mano sobre la manilla.

Rhett ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora