3. Azul Mar

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Me levanto con el sonido de la alarma, el cuál indica mi primer día de clases. El terror ya  inundaba mi cuerpo. No sabía a lo que me iba enfrentar. 

Me puse el uniforme y me arregle un poco el pelo. Poco después Anna y yo salimos de la habitación. Fuimos directamente a desayunar con los demás alumnos. Todos  mostraban en sus caras lo desanimados que se encontraban por el final de verano, que conllevaba el comienzo del nuevo curso.

-Laura, podrías intentar meterte en algún deporte. Hay montones de clubs en la escuela -me sugirió Anna. Ambas estábamos sentadas en una de las mesas del gran comedor, este se encontraba lleno de todos los estudiantes que han ido llegando de las vacaciones. -¿Hay algún club de natación?-le pregunté. Pero mi pregunta se responde por si sola cuando recuerdo la inmensa piscina que vi en el tour que ella misma me hizo.

-Claro, las pruebas para los clubs son esta misma tarde, deberías de ir a probar-responde, ofreciéndose a acompañarme a la prueba. 

La razón por la cuál me interesa meterme al equipo de natación me pone nostálgica. Me recuerda a mi hogar, en california. Donde pasaba el tiempo en la playa o en la piscina con mis amigos. Por lo que la idea no me desagrada, este deporte podría estar bien para socializar y dejar a un lado esta sensación de bicho raro. Después del desayuno me dirijo a mi primera clase Biología, Por primera vez me alegré de dar una clase de Biología, una clase "normal", por suerte hasta cuarta hora no tendría que poner aprueba mis poderes. El profesor nos puso a trabajar por parejas y me tocó con un tal Lucas. Él sienta de una forma intimidante. Me suena de haber visto su cara en algún lado.

-Hola encantada, me llamo Laura-dije intentando romper el hielo entre nosotros dos, pero su respuesta nunca llegó. Me sentí ofendida y furiosa, ante el nivel de superioridad que transmitía este chico. No me podía creer que alguien pudiese tener la tan mala educación para no devolver un saludo. Encima cuando le acabas de conocer. La lleva clara el profesor si quiere que haga algún trabajo con él, porque me negaré en rotundo. Tras 50 minutos dentro de clase sonó el timbre y una oleada de alumnos comenzó a salir de las clases. Al final de pasillo Anna me esperaba para ir al recreo.

-Anna menuda pareja me ha tocado en Biología. Es un maleducado, se llama Lucas-dije con cara de asco e ironizando.  

-No me lo puedo creer, te ha tocado con uno de ellos, encima con Lucas. ¿Qué tal has hablado con él? Por lo que veo, seguro que ni siquiera te ha mirado-dijo entusiasmada, como si fuera un privilegio y yo rodé los ojos. No me podía creer que le hiciera tanta ilusión. Ese chico era odioso y pongo la mano en el fuego que todo su grupito también.-En efecto, me presenté y el muy imbécil ni siquiera me miró-me quejé. Aunque seguí caminando ignorando el tema. 

Llegamos al comedor, donde todos estaban tomando sus almuerzos. En ese instante aparece Lucas con su grupo. Todo la sala deja lo que se que esta haciendo para mirar en su dirección. De verdad, ¿Esto va a ser así todos los días? No se si voy a aguantar tanta dosis de drama juvenil.

-Mira hacia ellos y te diré sus nombres -dijo Anna, Lo que me faltaba, seguro que tenían nombre de telenovela. Suspiro y con lentitud y una cara de fastidio miro hacía donde me dice.

-Lucas que ya lo conoces, El que está a su derecha es Mark, es guapo pero tampoco es para tanto. Enfrente de Mark esta Jack y al lado de él está Scott, que esta en mi clase de lengua- dice y en la última palabra se le nota un pequeño brillo en los ojos que me da a entender que le interesa. -A su lado Ryder el "líder" del grupo y según muchas el más guapo. También el más borde de todos. Por último Laia la hermana de Ryder, tiene un año menos que nosotras y siempre va con ellos-me giré para mirar a ese tal Ryder, fue cuando me di cuenta de que este chico no estaba ayer. Él tenía el pelo rubio y unos ojos más azules que el mar, tenía unos hombros anchos y parecía tener un cuerpo bien trabajado. En ese instante nuestras miradas se cruzaron por unos segundos. Me quedo perdida en su mirada, hasta que se produce una extraña sensación en mi que no sabría muy bien como explicar en este momento, pero en cuanto salgo del trance,  aparto la mirada rezando para que no haya notado que lo estaba mirando fijamente. Aparto lo que acaba de pasar en mi cabeza, me centro en terminar almuerzo y en lo que me esta contando Anna. 

Prodigios De La NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora