23. La Huida

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Narrador (Laura)

Solo podía mantener mi vista en la caja, podía oír como cada uno de los engranajes encajaban a la perfección con forme se iban abriendo. Solo con oír los gritos de dolor de Ryder me bastaba para soltar mi poder involuntariamente, pero estaba segura de que si miraba hacia donde estaba él iba a ser mucho peor.

-Si, ya queda poco -dice Charles y alzo mi cabeza hacia él.

Me miraba victorioso con aire de superioridad y yo solo podía mostrarle muecas de asco. No puede soportarlo más, mire en dirección a Ryder que ha mi pesar parecía haber perdido el conocimiento, pero ya era tarde la caja se habría y la rabia que sentía dentro de mí ya se ha liberado por completo.

La caja se abre dejando ver sobre dos huecos aterciopelados reposan dos orbes uno blanco y otro negro. El negro empieza a brillar y se activa en cuanto entra en contacto con mi poder y levita encima de la caja hasta dirigirse a unos centímetros de mi. Este era mi fin, me absorberá todos los poderes y moriré aquí sin poder abrazar a mi madre, sin poder despedirme de la gente que quiero y sin poder decirle a Ryder lo que siento por él desde el día en el que lo vi entrar por la puerta del comedor, son tantas las cosas que me quedan pendientes en mi vida.

Un ruido procedente de la puerta hace que quite la vista del orbe negro y dirija mi mirada hacia la mirilla de la puerta. Son Anna y Scott mirando asombrados, al principio pienso que es producto de mi imaginación pero no, son ellos de verdad, siento una pizca de esperanza al verlos pero esta se substituye por dolor cuando el orbe empieza a absorber poder, se siente como si te estuvieran hurgando para sacarte el alma  que se encuentra en lo más profundo de tu ser. A pesar del dolor puedo ver lo que ocurre a continuación.

Ana abre la puerta a trompicones y usando su poder hace que el orbe pierda la conexión que tenía conmigo y cae al suelo, siento un alivio en mi interior aunque  puedo notar que ha absorbido suficiente poder ya que me siento de lo más agotada, Anna me libera de las cuerdas y me coge en brazos antes de que venga alguien, muy a su pesar coge el orbe blanco de la caja y deja el negro ya que conmigo no puede llevar nada más.

Mientras tanto Scott había irrumpido en la sala donde estaban mi padre y Ryder con una enorme llamarada que deja al hombre de negro que había en la puerta en el suelo, pillado por sorpresa  Scott envuelve a mi padre en otra llamarada y se desploma en el suelo, desata a Ryder que se espabila en cuanto nota la ultima brida caer al suelo.

-Ryder, puedes andar -pregunta Scott con la respiración agitada.

-Si, tranquilo -contesta levantándose lentamente de la silla y esboza una sonrisa que no convence del todo a su amigo.

Segundos después sus ojos se posan en mi y sale corriendo de donde estaba para dirigirse a hacia donde yo estoy. Me coge entre sus brazos después me ayuda a caminar y salimos corriendo mientras una horrible alarma me aturde los sentidos, no tardarán en venir refuerzos pensé una vez lo escuche. Pero reparo en una cosa cuando vamos corriendo por los largos y lúgubres pasillos.

-Mi madre -digo casi susurrando -.No nos podemos ir sin ella. La he visto,por favor hay que ir a buscarla.

Scott y Anna se miraron mutuamente como si acabarán de caer en algo.

-¿Tu madre es morena de pelo corto y alrededor de unos cuarenta cinco años? -preguta Anna mientras paramos en una esquina para ver hay agentes y yo asiento con la cabeza -. No te preocupes se donde está, la hemos visto viniendo.

Anna se mueve por los pasillos como si supiera hacia donde se dirige hasta que se para enfrente de una puerta, esta dice:

-Necesitamos que alguno de los dos queme la cerradura esta cerrada con llave.

Ryder envuelve su mano en una masa de fuego y funde por completo la cerradura de la puerta abriéndose sola,  Anna la empuja dejándome ver a mi madre, se encuentra en una cama turbada muy debilitada por la brutal tortura que ha pasado hace poco, la examino mejor y puedo ver lo mal que lo ha debido pasar aquí su delgadez es extrema y sus ojeras están muy bien marcadas.

-La cogeré yo -dice Scott entrando en la sala.

-Scott tu también estás muy débil, tu herida -empieza a decir Anna pero Scott la interrumpe.

-Por eso mismo, si hay complicaciones tu debes de tener las manos libres para utilizar tus poderes.

Anna no reprocha más su decisión, Scott coge en brazos a mi madre y seguimos corriendo.
Puedo ver el ascensor que hay al final del pasillo reparo en que la puerta del ascensor se esta abriendo dejando ver a un grupo de gente vestida de negro. Anna y Ryder este sin soltarme utilizan su poderes, una vez que los hombres han abandonado el ascensor, estos caen inconscientes al suelo. Luego nos adentramos en el ascensor, Anna pulsa  el piso número uno.

Me siento casi sin fuerzas y muy débil que hasta se me empezó a nublar la vista de puro cansancio. Ryder lo nota y dice:

-Cariño, no te puedes dormir vale. No ahora.

Al ver que ya no me podía ni mantener en pie aunque me sujetara decidió llevarme en brazos una vez salimos del ascensor. Anna reparo en una caja gris y cogío las llaves del coche que habían llevado ellos al principio. Salimos corriendo de la enorme nave sin encontrarnos con ningún impedimento, nos paramos en uno de los coches que habían en la acera frente al edificio. Ryder me deja junto a Anna, se quita la chaqueta y envuelve su puño en ella para después estamparlo contra el cristal y este queda hecho añicos, cuela la mano dentro del vehículo y abre la puerta desde dentro. También abre las puertas de atrás.

-Vamos a dejarlas en los asientos de atrás -mira Ryder hacia Scott este asintiendo.

Ryder me deja con sumo cuidado en el asiento, lo mismo hace Scott con mi madre, pero este cuando la deja se tira al suelo derrotado para descansar del gran esfuerzo estando tan mal herido.

-Anna necesito que hagas un puente ¿Sabes cómo hacerlo? - Anna asiente y va hacia el asiento del conductor -.Scott tu irás en el asiento de copiloto voy a ver si en el maletero hay un kit de primeros auxilios para curarte eso.

Ryder saca del maletero el kit y empieza a curar a Scott que por su parte sólo podía oír murmuros de dolor, terminó de curarla del todo y le puso un esparadrapo que le cubría toda la mejilla.

-Anna ya podemos irnos cagando leches de aquí.

Sentí que se sentó junto a mi dentro del coche yo ya tenía la vista totalmente nublada y la cabeza había empezado a dolerme.

-Te pondrás bien, ya lo verás te lo prometo -siento como me da un beso en la mejilla subiendome al cielo para luego caer en un profundo sueño.

Prodigios De La NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora