4. La Chica Solitaria

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Antes de lo pensado, ya llevaba una semana aquí. He llegado a acostumbrarme a este lugar un poco, aunque todavía no me convencía del todo. Todavía me sentía rara aquí, fuera de lugar. Era viernes y justo acabamos de terminar las clases. Esta semana había estado muy preocupada, no he vuelto a tener noticias sobre Ethan y eso me ponía  triste, pienso en todos los años que llevábamos juntos y sus recuerdos. Entendí que me tocaría esperar hasta navidades para intentar darle la explicación que se merece. Con respecto a mis padres, hablaba todos los días con ellos por lo menos una vez para preguntarme como me había ido el día, aunque los veía un poco distantes.

-Dime por favor que vamos a ir-dice Anna mientras caminábamos por el pasillo de camino a nuestra habitación.-Tienes que ir me lo prometiste el miércoles.

-Te lo prometí porque te estabas poniendo muy pesadita. 

-No seas así venga.

Al posar mi mirada en su rostro, me percate de los ojos de cordero que me estaba poniendo. Me lo pensé unos cuantos instantes más, hasta que accedí.

-Esta bien iré.

-Pues entonces vamos a prepararnos que solo quedan 4 horas-exagera mientras acelera el paso.

 Una vez en nuestra habitación empezamos a poner patas arriba nuestros armarios para elegir el conjunto que llevaríamos para la fiesta. Media hora después yo ya había elegido lo mío, así que me metí en la ducha y me preparé. Para cuando Anna salió por fin del baño, quedaban solo 5 minutos para la fiesta, después de haberle metido muchísima prisa. Aún así llegaríamos como media hora tarde.

-Laura vas espectacular-dijo mirando mi falda negra y mí top blanco. Ella llevaba un vestido rojo pegado al cuerpo que le quedaba de muerte.

-Gracias tú también vas genial-dicho esto bajamos las escaleras con cuidado para que la señora de recepción no se percatara de que íbamos a salir. 

Una vez fuera, fuimos andando cruzando el camino de setos y subiendo las enredaderas de la muralla. La fiesta era en una casa de campo no muy lejos de la escuela, el anfitrión era un chico de agua.

-Me voy a caer Anna voy a morir rompiendo las reglas de este instituto y van a cobrar más sentido-digo con el corazón en el pecho mientras comprobaba si una de las enredaderas podía aguantar mi peso. Anna ya se encontraba al otro lado esperando exasperada a que cruzara al otro lado. Al cabo de unos poco minutos lo conseguí sin hacerme ningún rasguño.

Después de una pequeña caminata, encontramos el lago y a pocos metros estaba la casa. La música se escuchaba desde donde estábamos, grupos de estudiantes se encontraban fuera, en los alrededores. Entramos por la estrecha puerta, donde al adentrarnos, tuvimos que ir esquivando a la multitud de gente que había para llegar a la barra, donde cogimos dos vasos rojos y nos sumamos a la muchedumbre. Gracias al alcohol no pienso en nada ni en Ethan, ni en mis padres, ni en eso rollo de los poderes. Esta noche quería pasármelo bien. Bailamos hasta cansarnos, me lo estaba pasando genial. Sin preocupaciones.

-Hola, hermanito.

Anna saluda al chico que viene de frente. Es idéntico a mi amiga , ojos azules, pelo rubio y muy delgado, no cabe la menos duda de que son hermanos.

-Estas perdida no te he visto en esta semana.-Dice el chico hablando por encima de la ensordecedora música.

-He estado ayudando a Laura mi nueva compañera de habitación a instalarse. Por cierto Laura este es Diego mi mellizo.

-Encantado mucho gusto-su mirada se detiene en mi, durante unos segundos.

-Igualmente.-Respondí, con un poco de vergüenza.

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