capitulo 19. Verde de celos

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Los días de Kim se volvieron rutina, iba a la escuela por las mañanas y las tardes se las pasaba en el hospital con su novio (aun no se acostumbraba a esa idea), por lo que se había ganado el odio irracional de la doctora que atendía al rubio.

Alguien mas en la lista, junto con Hope con quien no había hablado desde que se pelearon en el hospital. Sus primos, Leo Y Claire también se habían enojado, ella por celos y Leo porque juraba que terminaría lastimándola. Y claro, por último estaba seguramente el más importante, Román, que ya ni siquiera iba a la casa de su amigo y en las clases que compartían prefería poner atención en clase, en realidad se alejaba de ella en cada oportunidad.

Ese día no fue la excepción.

Las clases se le habían hecho eternas y ya estaba en la última del día. Desde hace tiempo que dejo de prestar atención a lo que el profesor regordete explicaba y se dedicaba a dibujar un autorretrato en la última hoja de su cuaderno.

De vez en cuando levantaba la vista y recorría todo el salón de clases, veía a Hope que tampoco prestaba atención y miraba por la ventana, como si ese paisaje enserio tuviera algo de interesante. Pero inevitablemente sus ojos llegaron al rincón más alejado de ella, donde estaba Román sentado e incluso tomaba notas en clase.

Recorrió cada centímetro, línea y rasgo de su rostro, desde sus tupidas cejas fruncidas hasta formar una sola línea, sus hermosos ojos oscuros que hace tiempo que no brillaban, hasta llegar a sus labios apretados. Sabía que si en ese momento cerraba los ojos, en su mente podría trazar perfectamente ese rostro que le quitaba el sueño desde que lo vio por primera vez.

Arrancó la hoja con la estaba trabajando y guardó el bolsillo de su falda, después de puso a trabajar en el rostro que ocupaba sus pensamientos casi en todo momento. El timbre que indicaba el final de otro día la sobresalto. Todos a su alrededor se apuraron y salieron casi corriendo.

Ella volvió a arrancar su dibujo y  guardarlo en su falda, guardó sus cosas lentamente. Cuando salió, caminó por los pasillos tranquila y viendo para todos lados, hasta que se detuvo en medio del estacionamiento, donde debería estar el jeep de Leo que ahora estaba vació.

Revisó a su alrededor asegurándose de estar en el lugar correcto pero un mensaje a su celular lo confirmo: "Nos cansamos de esperarte y nos fuimos. Toma el bus o un taxi y yo te lo pago en la casa.  Leo"

Kim bufo y miro a su alrededor, por un momento sus ojos se encontraron con los de Hope quién le sonrió antes de subirse a su motoneta y marcharse.

-genial, ¿donde tomó un taxi?- hablo para sí misma.

-¿te dejaron?- pregunto una voz a su espalda, Kim volteó para constatar pues era una voz que llevaba tiempo sin escuchar.

-sí- dijo evitando verlo y perderse en sus ojos. No podía hacerlo, no mientras fuera novia de Beck.

-ven, te llevo- dijo con una de esas sonrisas que te roban el aliento y te provocan tartamudear.

-gracias- contesto pero muy bajito pues aún no recuperaba la respiración.

Ambos se fueron caminando lado a lado hasta que se detuvieron en un BMW de cuatro puertas de color negro.

-¿y tú coche?- Pregunto Kim tratando de sacar un tema de conversación, ya que estaba muy incomoda.

-en el taller-

-¡lista vámonos!- exclamo Megan mientras corría hacia el moreno. Rodeo su cuello con los brazos y le dio un rápido beso en los labios. Kim trato de desviar la mirada pero aun así sintió como algo dentro de ella se moría.

-¿y ella que?- pregunto la rubia viendo a Kim como sí fuese una araña enorme o cualquier otro insecto.

-la voy a llevar a su casa- contesto Román ignorando la cara de asco de la chica que seguía abrazándolo.  –no te molesta ¿cierto?-

-no claro que no- dijo sarcástica pero Román no le presto atención.

El viaje fue uno de los peores momentos de la vida de Kim, iba en la parte de atrás, donde podía ver a Megan pasar los dedos por la pierna y brazo mas cerca de ella de Román y sonreír como niña tonta, y lo peor de todo al chico devolviéndole la sonrisa con satisfacción.

Llegando a la ciudad, Román se detuvo frente a una academia de baile donde Megan se bajo, no sin antes tomar la cara del chico entre sus manos y besarle los labios repetidas veces. Kim contuvo las lagrimas pues en ese momento lo que más deseaba era poder recordar el sabor de los labios del moreno. Pero la cruel vida no se lo permitía ya que Beck había borrado cada rastro de Román.

Una vez que la rubia desapareció dentro del edificio, Román miro a Kim con una sonrisa malvada, como si disfrutara el momento.

-¿te llevo a tú casa?-

-no, al hospital por favor- dijo ella. "Dos podemos jugar al mismo juego" pensó.

-como sea- todo rastro de sonrisa desapareció. -¿Y como está Beck?- pregunto después de un rato.

-muy bien, lo darán de alta en unos días-

-que bien- dijo sarcástico pero ella lo ignoro.  –¿el novio perfecto?-

-más que eso- contestó alegremente.  -¿y cuanto tiempo llevas con Megan?-

-mmm... Este... Nada realmente... una semana- no sonaba muy convencido.

-felicidades- fingió una sonrisa. -les deseo suerte-

-gracias- esa no era la reacción que esperaba, mas bien quería.

El resto del viaje fue en completo silencio hasta que el coche se detuvo frente al blanco edificio del hospital.

-servida señorita-

-gracias Román- se bajo del coche y se giró hacia el chico.  –nos vemos mañana-

-si, adiós-

Kim caminó hacia el cuarto de su novio y lo encontró sentado en una silla de ruedas. Su aspecto había mejorado mucho, los golpes y moretones ya casi ni se notan, pero aun tiene el yeso y la venda en la cabeza.

-hola hermosa- una enorme sonrisa apareció en el rubio al verla entrar por la puerta.

-hola- dijo algo distraída, pues en su mente seguía el moreno.

-¿Qué te sucede?-

-nada, nada- se apresuró a decir y le dio un beso rápido en los labios. Suficiente para volverla a la realidad y recordarle que estaba con un chico increíble que la quería un motón y ella a él.

El resto de la tarde se la pasó con él platicando y riendo. Hasta que terminaron acostados y abrazados en la cama del centro de la habitación, poco después se tuvo que ir a su casa ya que "el paciente tenía que descansar".

Llegó a su casa y se acostó en su cama, tratando de organizar sus pensamientos en los que de ver en cuando se colaban un par de rostros con los que seguramente soñaría.

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hola a todos

aqui esta otro capitulo espero que les guste, no estoy segura de que este muy bien pues no lo revise y originalmente iba ser mas largo pero varias ideas se me perdieron y ademas  lo dividi en dos por que me tardaria mucho en subir y no uqeria hacerlos esperar.

gracias por leer y les pido me tengan paciencia, uultimamente me la vivo dentro de mi escuela.

Los quiero, si les gusta voten y comenten.

Besos

Monster.

¡¡BICHO RARO!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora