Los días siguieron pasando y nada parecía tener algún cambio, pues Kim había decidido preocuparse únicamente por arreglar todo para su viaje a Japón, necesitaba alejarse de Beck y de Román y evitarlos parecía una tarea imposible cuando se los encontraba en casi todos los pasillos de la escuela, ella juraba que era una broma cruel del destino.
Aunque no era la única que caminaba por los pasillos viendo el suelo como precaución; Román no quería ni siquiera oír hablar de cualquiera de los dos, aún le quedaba algo de orgullo y estaba dispuesto a protegerlo.
Y Beck, simplemente buscaba que su vida volviera a ser lo mismo de antes de conocer a la morena, intentar ser amigos no funcionó como él esperaba y ambos se habían estado evitando mutuamente. Él nunca había llorado por nadie ni dependido de nadie y ahora sólo le faltaba ahogar sus penas en helado para sentirse más patético.
Kim estaba sentada bajo la sombra de su árbol, leía un libro al cual hace unos quince páginas que dejó de prestarle atención, su cerebro había dejado de interpretar las palabras como si leyera algo en un idioma que desconoce, pero sin duda prefería ver las páginas de un libro que perdió sentido que a su alrededor y encontrarse con algo que no quería ver.
Escuchó como unos pasos decididos se acercaban a ella; su corazón comenzó a latir desbocado mientras, sin levantar la cabeza, espiaba entre sus cabellos para ver los zapatos de la persona y una ola de alivio la invadió cuando distinguió unos blancos tacones que obviamente no pertenecían a los chicos.
—Hola bicho cualquiera— escuchó la voz de Megan con una sonrisa burlona y el alivio abandonó a Kim tan rápido como llegó.
En la escuela pronto se supo que la pelea de Román y Beck había sido a causa de la chica de cabello de colores, y que al final de todo ella no se había quedado con ninguno; y obviamente personas como Megan habían aprovechado para burlarse aún más.
Otra razón para quererse ir pronto: toda la gente la miraba sin siquiera molestarse a disimular y susurraban cosas de ella, ya no era solamente rara sino también zorra.
—¿Por qué tan solita?- la rubia le sonreía divertida. —Puedes buscarte otro novio, ya sabes un tercero que al final no te mande al diablo como los otros dos—
Kim se mordió la lengua para evitar decir algo que sólo le traería problemas, pues su orgullo se moría por gritar que ellos no la habían mandado al diablo, bueno tal vez Beck sí pero no Román y hasta podía decir que fue al revés, ella había rechazado a uno de los chicos más populares del mundo y una parte de ella quería que todos lo supieran, pero su lado racional sabía que eso no tenía sentido y sólo empeoraría las cosas con el moreno.
—Cállate— siseo Kim viendo hacia otro lado.
—Supe que ya vas a volver a tu caricatura— la ignoro por completo. —Supongo que los del circo ya te extrañaban pero conociéndote seguro tienes un novio esperándote allá—
—Lárgate Megan— Hope apareció en defensa de su amiga viendo la rubia con desprecio.
—Tú no te metas— le contesto de mala gana. —Sólo estoy hablando con mi amiga bicho—
—Por favor, a metros se nota que estás celosa de Kim— La rubia la miró con la ceja levantada.
—¿Celosa como de qué? —
—Todo el mundo sabe que te gusta Román y claro que no podemos olvidar que Beck te rechazó varias veces el año pasado— le contestó la pelirroja sonriendo burlona.
Kim abrió los ojos sorprendida pues no tenía ni idea de eso último, nunca los vio siquiera verse ¿Cómo se iba a imaginar que él la rechazó? Pero al ver la cara completamente roja de Megan supo que no era mentira.
—Por favor, yo nunca le rogaría nada a ese rubio con cara de drogadicto— se defendió la chica con cara de asco y ya muy molesta. —Es un completo perdedor que no hará nada de su vida—
Kim se paró de golpe como un resorte provocando que su libro saliera volando. Miraba furiosa a la rubia dispuesta a defender a Beck.
—¡Cállate! — le grito. —Tú no sabes nada de él—
Megan le iba contestar pero al notar que se encontraba en una situación de dos contra uno, su instinto de supervivencia hizo que se alejará de las chicas con toda la dignidad posible.
—Patéticas— se burló sin voltear a verlas con la frente en alto.
Una vez que la rubia estuvo lo suficientemente lejos, las chicas se sentaron lado a lado bajo la sombra del árbol viendo hacia el frente.
—Estoy segura de que hay algo mal contigo—dijo de pronto Hope sin ver a su amiga y con el ceño fruncido.
—¿A qué te refieres? — preguntó extrañada su amiga mientras recogía su libro y lo arreglaba para guardarlo en su mochila.
—Cuando Megan te molesta no haces nada pero sólo dice un comentario de Beck y ya saltas lista para matarla—
Kim no quiso contestarle porque no sabía cómo hacerlo, entendía que su amiga tenía razón pero no podía explicar porque el simple hecho de que llamara a Beck un drogadicto encendió un interruptor en ella que nunca había lo hecho cuando la insultaba a ella.
—Deberías superarlo—
—Eso intento— admitió Kim encogiéndose de hombros. —Pero cada que veo a uno de los dos me siento terrible, pude haber hecho las cosas diferente—
—¿Cómo diferente? —
—Debí decidirme antes... Cuando estaba con Beck pensaba en Román y cuando estaba con Román pensaba en Beck— admitió. —Ninguno de los dos se merecía eso—
—Pero no puedes cambiar las cosas— la pelirroja pasó el brazo por los hombros de su amiga en señal de apoyo. —Irte a Japón te va a hacer bien—
—Lo sé, pero no quiero irme sin arreglar las cosas con los chicos—
—Cuando regreses por mí, te ayudaré a hacer las paces con ellos—
—Gracias Hope, eres la mejor— se rió la chica.
En dos días se iría a Japón para ver el departamento y arreglar su admisión a la universidad, después de una semana volvería para la graduación y por su amiga, sólo para volverse a ir de nuevo. En un principio le había parecido algo tonto pero ahora que necesitaba alejarse del drama para saber cómo resolver sus problemas, sonaba simplemente perfecto.
—Hablé con Mayumi y Taw— confesó Kim. —Cuando llegue me espera todo un sermón respecto a lo que debo hacer y a quien debo elegir—
—Creí que ya habías elegido a Beck—
—Lo hice, pero por alguna razón Taw prefiere a Román y Mayumi a Beck— soltó un suspiro cansada. —Creo que hasta discuten por ello—
—Pero ¿estás dudando sobre elegir a Román? — preguntó Hope viendo a su amiga con los ojos abiertos, ella no tenía ninguna preferencia hacia algún chico, de hecho no sentía interés por ningún drama amoroso pero hacia un esfuerzo por escuchar a su amiga.
Kim abrió la boca para contestar pero la cerró de inmediato cuando el moreno apareció como si lo hubieran invocado. Caminaba solo viendo hacia el frente pero desvió la mirada hacia el árbol donde estaba seguro que estaría la chica.
La miró a los ojos por un momento y luego bajo la mirada triste, provocando que todo rastro de sonrisa en la cara de Kim se borrara casi de inmediato. Una semana lejos le haría bien a todos.
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Feliz año 2015, bueno tienen todo el derecho del mundo a odiarme por ser tan increíblemente inconstante y tardarme varios meses en actualizar.
Monster
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¡¡BICHO RARO!!
أدب المراهقينKim no luce como las chicas a las que estamos acostumbrados ya que sigue una moda llamada gaguro y ella es feliz así, al menos en Tokio donde las personas pueden lucir como quieran sin ser juzgadas. EL problema es que a las personas de Pensilvania...