Sakura ni no Kage [TERMINADA]

Capítulo 5

La frontera de Kirigakure había cambiado drásticamente en unos años. De ser una fortaleza impenetrable, resguardada fieramente por Konan y Pain, de Akatsuki, ahora sus puertas estaban abiertas a cualquier visitante, los guardias de la entrada sólo vigilaban a aquellos que entraban portando bandanas ninja, el resto de los visitantes entraban sin mucho problema, los que iban a solicitar apoyo de la Mizukage accedían directamente al puesto de control. Era una zona comercial muy conocida en el mundo ninja, donde podían comprar todo aquello que era imposible de conseguir en otros lugares; sin perder tiempo, la joven Haruno se dirigió al área más oscura del mercado, en búsqueda de materiales, una lista de artículos hecha por el mismo Orochimaru para crear un ser humano sintético; tenía que ocultarse, pero alguien más debía salir y hacer lo necesario por ella. Estaba sola, no podía sobrevivir así.
Un pequeño hombre de cabello cano y anteojos redondos con micas oscuras la recibió con cautela, hasta que leyó la lista...

-¿Conocida de Lord Orochimaru?- susurró, casi como si fueran cómplices de algo-, se que mi señor sigue trabajando con libertad mientras responda a Konoha, no esperaba que quisiera hacer un nuevo "Creado".

-Lord Orochimaru me autorizó para hacer uno para mí- dijo la joven con la mayor seguridad que pudo fingir-, necesito protección.

-Ya veo, ya veo... un guardia leal- el hombrecillo empezó a sacar los artículos de la lista, ignorando a la joven-, sin embargo... ¿le dijo que necesita un corazón humano?

El hombre esperaba desestabilizar a la kunoichi, quizá la expresión de la pelirosa seguían siendo triste por su anterior experiencia con el Uchiha, sin embargo, le dedicó una sonrisa sería al tipo, despidiéndose el rostro. Era la única persona que creía podía conocer a la resistencia de Kirigakure... no perdía nada con tratar...

- Lord Orochimaru también me pidió colaborar con aquellos que quieren restaurar el nombre de a Aldea Sangrienta- se sobo un poco el cuello y curvo aún mas los labios-, confió en que usted me guiará con la persona correcta.

-No esperaba esto de mi Lord, menos luego de acceder a trabar para Konoha...

-Bueno, es mejor ser aliados de Konoha que sus enemigos... y con la actual alianza...- movió la mano haciendo un gesto de fastidio al que el hombre asintió y río sin ánimo.

-Fue una pésima idea para todos, hay mucho descontento en el bajo mundo...

El  hombre empaco todo lo que la pelirosa había solicitado y le entregó  un trozo de papel con una dirección y un nombre, ella pagó los sus servicios, quedándose casi sin fondos y se encaminó a la primer posada rústica y poco solicitada que encontró. La noche empezaba a adueñarse del cielo, dejando a la pelirosa sólo con las tenues luces que iluminaban la habitación.
La penumbra contrastaba con el estado emocional de la joven, quien se sentó en el alfeizar de la ventana, buscando entre las pocas pertenencias que pudo sacar, un par de fotografías dobladas de manera descuidada. En una de ellas podía verse a una pequeña niña de ojos color jade, acompañada por sus padres, quienes sonreían animadamente al fotógrafo. La otra era el único recuerdo de la formación del equipo 7; el estómago de la Haruno se revolvió al fijar la mirada en el rostro de Sasuke, simbólicamente tomo un kunai y lo clavó en la frente del azabache, dejando la fotografía fija en la pared al lado de la ventana.

-Bastardo...- jadeo, destilado ira.

Aún podía sentir el filo del arma con la que se deshizo de su ropa, como la sangre calentó su piel a medida que brotaba. La afilada hoja de la katana acariciando la piel de su garganta, esperando a que él decidiera acabar con su vida, pero no lo hizo; logró poseerla como nunca hubiera imaginado. Su jutsu médico había borrado todas las evidencias físicas pero nada podía eliminar sus recuerdos. Si coraje... su deseo de exterminar al Uchiha, sabiendo que era un pensamiento infantil y sin sentido. No podía matar a Sasuke, la única oportunidad que pudiera tener era con una estrategia conjunta  con Shikamaru o Kakashi.
Suspiro sintiéndose agotada, no sentía hambre, pero si un enorme agotamiento mental. Se levantó y colocó trampas en la puerta y la ventana antes de desplomarse en la cama, abrazandose las rodillas; el dia siguiente iniciaría con la elaboración del humano artificial, buscaría un corazón y contactaría al hombre que le había indicado el proveedor de Orochimaru...

-Debo hablar con él- se dijo mirando a la nada-, debo evadir al Capitán Yamato y esperar que quiera hablar conmigo.

Cerró los ojos rindiéndose ante el cansancio, ya pensaría en ello en su momento. Un último pensamiento cruzó su mente... La sonrisa despreocupada del hombre que siempre había cuidado de ella, seguramente esa noche soñaría con Kakashi Hatake.

-Deberías ir a dormir, Kakashi... no hay nada más que puedas hacer- le dijo Shikamaru al Hokage, sabiendo que recibiría una respuesta negativa.

-¿Qué pasará con ella, Shikamaru?- susurró con aire ausente, mirando las estrellas que brillaban en el cielo.

-En el mejor de los casos, viene en camino con el equipo de Shino- intentaba calmar la inquieta alma del peliplata.

Kakashi había ido personalmente a buscar a Sasuke, había peleado contra él, intento por todos los medios posibles ayudar a Naruto a traerlo de vuelta, ahora ayudaba al rubio a cumplir su sueño de volverse Hokage... pero, ¿que había hecho por Sakura?, ella estaba cometiendo un error enorme y él sólo podía quedarse tras un escritorio y confiar en otros para hacerla volver. O pedir misericordia por ella al resto de los kages para que la entregarán por vida y luego utilizar su influencia para que su castigo no fuera la muerte. Suspiro molesto, nunca había hecho suficiente por ella, ni de niña ni como mujer... de algún modo tenia que redimirse con la pelirosa. Se sobo la sien y cerro los ojos, levantándose del asiento, se acercó a Shikamaru poniendo la mano en su hombro.

-Avísame si pasa algo...

Kakashi salió de la oficina, en silencio, dejando la capa de Hokage en el perchero junto al sombrero, y bajo las escaleras ignorando las miradas de los pocos curiosos que seguían en el edificio. Había visto por la ventana la pelea entre Naruto y Sasuke, así que no le sorprendió ver el suelo resquebrajado, pero hubo algo que si le sorprendió... La enorme sonrisa de su rival, quien sentado en su silla de ruedas, parecía estar esperándolo.

-Necesitas un trago, mi querido rival...

-Guy...

-¡Vamos!

El peliplata hubiera podido escapar de aquella petición, pero realmente no se sentía con ánimos de estar sólo, dedicándole media sonrisa a Guy, empujó la silla encaminándose al bar de sake en el centro de la aldea. Necesitaba olvidar su propia lástima y Guy era la persona ideal para distraerse. El pelinegro alegaba una infinidad de cosas a las que el peliplata no prestaba suficiente atención, sin embargo, el rítmico sonido de su voz fue disipando poco a poco los pensamientos tortuosos de Kakashi.

El equipo 10 volvía a Konoha con el ánimo al mínimo, Kotetsu ayudó a Kiba a caminar, mientras Shino se adelantaba con Hinata en brazos; todos se dirigieron al hospital donde Shizune y Tsunade habían tomando el control, esperando que aquello distrajera un poco a todos sobre la ausencia de la pelirosa.

-Lady Tsunade... Hinata está embarazada- dijo de inmediato, dejándola en una camilla-, peleo contra Sakura y ella la dejo inconsciente...

-¿Cómo dices?- respondió la rubia atónita.

-Sakura... La noqueo pero no la dejo caer al suelo- murmuró el Aburame con seriedad-, además... Kiba y Akamaru, aunque están heridos, ella pudo cortar alguna arteria y no lo hizo.

Tsunade bajo la cabeza, ocultando la diminuta sonrisa que curvo sus labios. Sakura estaba cavando su propia tumba, pero seguía siendo la chica que soportó las palizas con tal de aprender de la Sannin, ansiosa de ponerse al nivel de sus compañeros, emocionada por la habilidad de sanar a todos sus amigos en batalla. La que se preocupaba por todos, y estaba dispuesta a sacrificarse por ellos; la chiquilla arrogante que había madurado hasta convertirse en alguien digno de su confianza.