Capítulo 11

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Después de deshacerse los nervios pensando en que hacer, Kakashi miro a la nada desde su cama. La oscuridad de la habitación sólo era interrumpida por la luz de la luna que se filtraba entre las cortinas de la ventana, iluminando pobremente los marcos de fotografia que tenía sobre una repisa, detrás de la cabecera. No es que se tratase de un hombre que poseyera muchas reliquias, sin embargo, hasta él tenía sus propios tesoros personales. 3 fotografías, debidamente enmarcadas, perfectamente limpias y ordenadas, las muestras de que incluso alguien como él, con un pasado sombrío, había logrado conseguir gente a la cual apreciar realmente.
La mayoría estaban muertas, ahora se aferraba fuertemente a sus camaradas, aquellos mocosos que había conocido casi 10 años atrás, a los cuales nunca imagino llegar a querer tanto. En especial, aquella chica pelirosa sin ninguna habilidad, era quien rondaba su cabeza de manera persistente durante los últimos meses, al grado de  no poder dormir sin soñar con aquellos enormes orbes verdes mirándole con esa chispa animada que los caracterizaba. Si falta de gracia en batalla, lo había llevado a pensar que nunca correría ningún peligro; a demás el haberla visto crecer poco a poco hasta convertirse en una mujer bastante atractiva, debía reconocer en había tenido que frenar sus pensamientos un par de veces. A menos que quisiera portar otra bella cicatrIz en el tórax, igual que el viejo Sannin Jiraiya, por no saber contener su curiosidad como hombre.
Pero ahora esa chiquilla se había ido, siendo cruelmente atacada por el hombre a quien había amado desde que él la conocía, aún no había podido perdonar al Uchiha por lo ocurrido, pero ningún otro había estado dispuesto a castigarlo por atacarla, no siendo ella una traidora de Konoha y un enemigo buscado por 3 naciones ninja. Nada podía hacer. Había pasado casi 7 meses deambulando por una oficina que le crispaba los nervios, esperando noticias que parecían no llegar nunca, estaba harto de esperar.
Se pasó la mano por el cabello platino, soltó un gruñido desde lo más profundo de su pecho, no podía, no otro día... cada maldito día era igual al anterior.  Dejo la cama a regañadientes,  arrastrando los pies hasta el cuarto de baño, esperando que una ducha logrará mantener a raya sus impulsos; el reflejo que le devolvió el espejo mostraba signos de cansancio. Aquella cicatriz que atravesaba su ojo, la enorme marca que había quedado en su tórax después de la guerra, el tatuaje de Anbu en su brazo... sus ojos se ensancharon, ¡Esa era la manera!
Entro a la ducha, dejando que el agua se llevara toda la carga que había decidido cargar, mientras pensaba en la manera más adecuada de anunciar su regreso a Anbu y la recomendación para el siguiente Hokage; esto no le llevó mucho tiempo, el único que le permitiría hacer algo tan descabellado era Naruto Uzumaki.
Salió del cuarto de baño y busco su uniforme, el chaleco táctico que nunca podía faltar en su atuendo y se encaminó a la Torre Hokage, encontrándose a Shikamaru en el camino.

-Necesito que organices una reunión urgente con el señor Feudal, el Consejo y Tsunade- ordenó el platino sin apenas mirar a su contrario.

-Claro... ¿Qué pasa?- el pelinegro estaba confundido por lo repentino de aquella orden.

No tenía más que hacer que obedecer. La primera en llegar a la oficina fue Tsunade, quien se siemprendio al ver la capa del Hokage perfectamente doblaba sobre el escritorio, junto al sombrero y a Kakashi mirando por la ventana con serenidad.

-¿Qué planeas?- musito la rubia, cruzando los brazos sobre su voluminoso pecho.

-Devolverte el puesto, claro- soltó el platino sin rodeos-. Todos nuestros esfuerzos han sido ineficaces... seré yo quien la traiga.

- Lo haces para protegerla, ¿me equívoco?- suspiro la mujer cerrando los ojos-, al fin harás algo al respecto en lugar de dar vueltas por este sitio como si esperaras que ella cruzará por la puerta de repente.

-Lo deseaba, sí- con las manos en los bolsillos, el hombre la miró con aire nostálgico-, pero ahora que vuelva resulta complicado.

-Te apoyaré en lo que decidas, Kakashi- la godaime se acercó a él, apretando suavemente su brazo-, traela a casa.

Sakura ni no Kage  [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora