Estaba acostada entre las sabanas mirando hacia la ventana, Cam vino hacia mi con una toalla enrollada en su cintura, oh por dios, ese es mi novio, me dije a mi misma.
-Ahora ¿Quién no se quiere parar?- Pregunto Cameron riendo y dándome un dulce beso en la frente.
-Tu eres el culpable de todo esto.- dije riendo y abrazando la almohada.
-Vamos tienes que levantarte, ya se nos hizo súper tarde.- dijo Cameron acariciando mi cara.
-Si sigues haciendo eso, ten por seguro que me quedaré dormida y ahora sí perderemos el vuelo.- dije mirándolo a los ojos.
-Ok preciosa, hay que levantarse.- dijo Cameron ofreciendo su mano, la tomé y me senté en la cama, me estire y bostecé.
-Por esta razón no quería hacerlo.- dije comenzando a ponerme la ropa.
-No es por eso.- dijo Cameron mirándome pícaramente.
-¿Ha no? Entonces señor sabelotodo ¿Por qué no lo quería hacer, supuestamente?- dije poniéndome el pantalón.
-Primero que nada, si querías hacerlo, en segunda es porque todavía quieres más.- Al escuchar eso, sentí que mi cara se colocaba roja, roja, pero roja.
-Esa carita tuya, lo dice todo.- dijo Cam.
Me lo quede viendo tratando de no reír.
-Seguía y por último, al no darte más, te da sueño, pero ve el lado bueno, te desestreso muy bien.- dijo Cameron sonriendo victorioso, me lo quede mirando y le lance la almohada a la cara.
-Ahora me dirás que no.- dijo Cameron pasándome la blusa.
-Con que ¿Así vamos a jugar?- dije poniéndome la blusa.
Cam se quedó callado, pensando en todo lo que le dije, fui hacía él y le di un beso corto en los labios.
-Sabes que juego.- dije acariciando su cabello.
-Claro que sí nena.- dijo él devolviéndome el beso.
Terminamos de guardar todo, salí hacia al patio, a disfrutar de los últimos minutos que habíamos pasado en este lugar, mientras Cameron bajaba las maletas y las colocaba en el carro.
-Dios ¿Por qué no me puedo quedar aquí con él para siempre?- pregunte mirando el cielo, suspire y sólo me quede viendo la vista, sentí unas manos en mi cintura, Cameron me daba un beso en mi cachete mientras me abrazaba.
-¿Qué pasa nena?- pregunto Cameron.
-No quiero irme, quiero quedarme aquí contigo, solo los dos, sin ninguna preocupación.- dije bajando la mirada.
-Lo sé nena, yo también quiero esto, pero tenemos que regresar, porque si no lo hacemos, nuestros padres vendrán por nosotros y nos ira como en feria.- dijo Cameron riendo.
Reí, me voltee y lo abracé, por supuesto el me correspondió el abrazo, me separé de él y lo bese, sus manos pasaron por mis nalgas apretándolas.
-Vamos.- dijo él separando nuestros labios, pero sus manos seguían en mis nalgas.
-Sí, es hora.- dije haciendo un puchero y bajando la mirada, Cam agarró mi barbilla y la subió para que lo pudiera ver a los ojos.
-Créeme que volveremos acá, te lo prometo bebé.- dijo Cam dándome un rápido beso, entrelace nuestras manos y comenzamos a caminar hacia la salida.
Y pensar que acá pasé unos maravillosos momentos de vida, que jamás olvidaré, salimos de la casa y baje primero, mientras Cameron comenzaba a ponerle seguro a la casa y de pronto unas manos pasaron por mi cintura elevándome por el suelo.
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¡Un Mujeriego Enamorado.!
Teen FictionMichelle Ramirez, una chica de 16 años, cabello liso, color café dorado, tes blanca, delgada, ojos color café oscuros. Vive en Londres con sus padres y su hermano, pero sus padres deciden ir a vivir se a Estados Unidos por trabajo y es hay cuando...