Liberar

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Jiang Cheng estaba un poco triste, su hermano intento consolarlo pero aún así no podía evitar sentirse de aquella manera. ¡Maldición!
En su cabeza solo pasaba el alfa que el destino le había dado, en su mente repetía aquellos recuerdos de su adolescencia.
Si debía describir su estado en ese mismo instante sin duda alguna era... Exasperante...

Cuando danzaba si bien le hacía olvidar momentáneamente al líder de la secta Lan, se sentía incompleto. Pero ahora que el alfa venía a verlo, se sentía lleno, podía experimentar la alegría de tener a su alfa observándolo, su Omega se sentía pleno, y su corazón calmado.

¿Que debería hacer?...
Respiro 1, 2, 3 veces antes de responderse aquella pregunta...

Él no tenía que hacer nada más. El alfa era quien ahora debía ir tras él si deseaba que le diera la oportunidad, después de todo, quien luchó, quien lloró, se enfrentó a todo cuando su otra mitad se fue con otra persona no fue el alfa...

Era su turno de demostrar que realmente estaba interesado en él, que realmente lo respetaría, que lo amaría tal cual era. Un Omega de carácter fuerte, demasiado directo, demasiado sincero, tanto que llegaba a ser un arma de doble filo. Pero también, un Omega que amaba profundamente, uno que danza, y le gusta ser romántico a su manera, uno que tenía un corazón destrozado, pero a la vez amable.

-o-

Si a Jin Ling y a Jingyi  les preguntaban que pensaba del líder de la secta Jiang, ellos simplemente dirían que es el Omega más hermoso que podían conocer. Ambos habían sido instruidos por el mayor y Wei Ying cuando descubrieron que eran omegas, les guiaron para no tener miedo de su segundo género, que debían ser precavidos, pero sobre todo se sientan orgullosos.

Jiang Cheng para ellos era símbolo de admiración, todos estos años estuvo sin su alfa, cuidando y mimando al joven Jin, eso sin contar que también lo instruyó a ser un buen líder.
Fuerte, aguerrido, con caracter, amable, sincero, noble, a veces renegon, pero con una bondad que solo los más cercanos conocen.

Ambos deseaban desde el fondo de sus corazones que alguien liberará las cadenas de sus pies.

Esas mismas que impedían ir a donde aquella tierra más allá de los cielos en donde las estrellas se escondían durante el día, ese misma tierra en donde cada deseo se volvía realidad...

Y es que ambos sabían que el sueño del Omega mayor era ser feliz, ese mismo deseo que ambos soñaban que se volviera realidad.

-o-

¿Que debería hacer?

¿Debería ir y luchar por él?

O ¿Debería dejarlo ser feliz?

No lo sabía, el realmente está confundido, no sabe qué hacer, por primera vez se siente atado. Su tío incluso lo miraba de vez en cuando y le preguntaba lo que ocurría. No pudo decirle nada, temía que su tío lo juzgara por la situación, puesto que fue él quien le dijo que no se metiera con otro Omega, fue quien le aconsejo que no se dejara guiar por apariencias ni caprichos.

Pero vean que fue lo que hizo, si, lo primero que realizó fue ir tras otro Omega que ni siquiera le fue fiel.

¿Alguien podía azotarlo 100 veces en la espalda? No, ni siquiera aquello lograría reparar el orgullo que daño de su destinado.

Dios, por favor, no dejes que cometa más errores, dame una señal, solo una, aceptaré lo que me pongas adelante, solo no permitas que lo siga lastimando...

Me odio, me detesto, me odio, me odio, me odio....

Entonces en medio de su odio hacia sí mismo le atacó ¿un dulce recuerdo?...

Estaba ebrio, había estado arrepentido de lo que había estado a Punto de hacerle al líder de ropas moradas, se arrepentía de estar con otro, pero sobre todo se odiaba por haber sido tan tonto...

"No te odies" habló con suavidad Jiang Cheng "No es tu culpa que las cosas sucedieran así, te enamoraste y ya, no te odio" acarició suavemente su mano el hermoso Omega de mirada violeta, mientras sonreía de manera calmada y tímida, aunque por dentro este se sintiera roto. "Aún si te sientes mal, si cometes errores, no te odies por favor" le miró fijamente "prométeme, que no lo harás" Y ante ello, el alfa se sintió rendido, lo atrajo y beso sus labios con suavidad.
Se separó dulcemente, mirando aquellas hermosas joyas que tenía su amado, demasiados brillantes, muy lindos, preciosos. Cualquiera que lo mirará querrían tener descendencia solo porque sus cachorros tengan esa hermosa mirada...

"No me odies por favor" sollozó, "soy repulsivo, el destino te dio un alfa caprichoso, uno que no pudo pensar en ti, uno que fue egoísta, pero que se arrepiente terriblemente por lo ocurrido" lo atrajo hasta su pecho "Cada latido, se acelera solo cuando estoy contigo. Siento que mis sentimientos pueden fluir con tranquilidad, que puedo ser sincero, sin necesidad de sonreír todo el tiempo" sus lágrimas siguieron resbalando por sus mejillas "No tienes idea de cuántas ganas tengo de marcarte, pero no puedo porque sería dañarte aún más, Jin Ling tiene razón, no te merezco" sintió un nudo en su garganta "Solo desearía que hubiera una oportunidad más, pero aquello es imposible" abrazo con un poco de fuerza al menor.

"Si te arrepientes, solo libera mis pies" le dijo Jiang Cheng, mientras se separaba y besaba su frente con dulzura "Libérame, sígueme, Ámame, pero que todo sea real" le sonrió con tristeza, "No solo porque seamos destinados"

Pronto solo todo fue oscuridad.

Cuando despertó, no había nadie en esa habitación, estaba solo, todo había sido un sueño...

Pero aún así... Podía sentir el sabor de sus dulces labios en los suyos, tan cálidos, perfectos, encajaban con los suyos, como si fueran hechos a medida.

- Dios... ¿Aquel recuerdo fue tu señal? - miro al cielo, sus ojos mostraban esperanza.

- Hermano, ¿Irás a muelle de loto?, Necesito unos nuevos pinceles - comentó su hermanito.

- Sobrino, necesito unos cuantos nuevos pergaminos, los alumnos mancharon los que tenía antes - habló esta vez su tío.

- Cuñado, necesito que me traigas material para unos cuantos talismanes - Sonrió Wei Ying, quien entró directamente abrazando por la espalda a su hermanito. -Lo mejor está en muelle de loto - Comentó rápidamente

¿Por alguna razón todos quieren de pronto que vaya allá?

Hasta sus sobrinos le pidieron que fuera por manzanas, lechugas y otras cosas que fácilmente podían encontrar bajando la montaña, pero el pidió una señal, y aquí estaba, no la desaprovecharia... jiang Cheng, te conquistare....

-o-

Mientras tanto, en la mente de los demás estaban desesperados porque por fin el tonto alfa reaccionara, estuvo hablando en voz alta, diciendo lo mucho que se odiaba, por Las Barbas del primer Lan, aquello era exasperante, ellos deseaban que sus amigos fueran felices, ¿Aquello no está mal verdad?

Ambos deben liberar sus sentimientos, volver a enamorarse y sentirse plenos... Todos merecemos una segunda oportunidad ¿verdad?

-o-o-

Holaaaa

Caprichoso ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora