Doloroso recuerdo...

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(Escribiré está ocasión para dar explicación sobre Nie Huaisang, saquen sus pañuelos que se viene lo sad)

En la secta Nie, vivían armoniosamente dos hermanos, el mayor de ambos llamado Nie Mingjue y el menor Nie Huaisang.

El mayor de los hermanos estaba completamente embelesado por su pequeño hermanito, a pesar de no ser hijos de la misma madre, este lo adoraba en su totalidad.
El menor era por lo general muy tímido, pero cuando se trataba de aves, era el primero en correr tras ellas para poder observarlas, aunque generalmente este mismo no miraba donde pisaba, terminando en el suelo con varias heridas o con lesiones leves.
Nie Mingjue a pesar de tener una apariencia muy fuerte, hostil, por ser alfa, era demasiado gentil con su hermanito, aún cuando por fuera parecía a punto de llenarlo de regaños, solo lo cargaba en su espalda y lo llevaba de regreso a casa, mientras en el camino le mostraba algunas aves en el cielo, diciéndoles sus nombres, sonriendo levemente cuando el menor exclamaba emocionado olvidándose momentáneamente del dolor.

Claro que no todo podía ser color rosa para los hermanos. No cuando se enteraron que el más pequeño era Omega. Fue un golpe fuerte para él, ya que al no tener una pareja, para evitar que atacará a su hermanito, fue encadenado para no hacerle daño.
Pero quién se llevó la peor parte fue el menor, puesto que no vio a su querido hermano héroe a su lado.

Una vez pasó su celo, volvieron a reencontrarse en el comedor principal ante la mirada de su padre.

"Hermano mayor" escuchó la voz del más pequeño, notando que se hallaba lloroso, mientras un wuwu escapaba de sus labios.
"Dime" le miró curioso, no era raro verlo llorar, pero en general con el paraba sonriendo, aquello le molestaba un poco, ya que solo deseaba la felicidad a Huaisang.
"No quiero que te alejes cuando esté en calor, me siento muy solito" pidió abrazándolo, haciendo que el duro corazón del mayor latiera suavemente al escuchar aquello. Comprendía que había estado a su lado desde que prácticamente había nacido, así que simplemente acepto su petición.

Mandaron a construir una habitación especial, en donde se dividía en dos, en un lado se hallaba una cama con cadenas para evitar que el alfa se desatará, y en el otro lado estaba un gran nido hecho de almohadones, sábanas y demás, junto con remedios para evitar que el Omega pasará mal su celo.

Su padre al inicio estaba en desacuerdo, pero luego que pasaron el celo sin el mayor problema ni incidentes, les dio el permiso a ambos de seguir pasando el calor de esa manera. Era inusual, pero mientras que el mayor estuviera allí hablándole a su hermano, este mismo se calmaba y volvía a consciencia para poder escuchar atentamente las palabras que decía el otro.

"Son tan unidos como el mar y el cielo nada los separa..." Comento su padre orgulloso a los de la secta Jin, quienes se sorprendieron al saber que ambos hermanos pasaban los celos de aquella manera.

Para ello tenían que ser hermanos de la misma madre, o ser parejas destinadas, pero ambas opciones eran imposibles o al menos para ellos.

Pero no importaba, los jóvenes Nie eran sumamente felices así... Solo los dos...

Claro... Hasta que su hermano se volvió líder de la secta y conoció a Meng Yao...

Un Omega bellísimo, de porte elegante, no muy alto, pero si atrayente, todo lo que un alfa deseaba en un Omega.
Claro está que su hermano no era cualquier alfa, este solo ignoraba al segundo hijo del líder de la secta Jin con tal de estar con su tierno hermanito.

El Omega mayor vivía apegado a su hermano, casi asfixiando su espacio personal. Pero al ver que no obtenía resultados, lo siguió y hallo la respuesta a sus dudas... Él.

Se acercó poco a poco, diciéndole que compartían el mismo pasatiempo de ver aves, le regaló su primer abanico, su primer traje de Omega, compartió secretos, dolores, tristezas, alegrías... Compartió casi todo con él, menos a su hermano, porque Nie Mingjue no era una cosa. No era una emoción, el era su querido héroe.

Caprichoso ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora