Desde el balcón de su gran mansión, Magnus Bane, observaba el gran ejército que había hecho con la gente de su manada, los rogues y los exiliados. Habían sido de gran ayuda para fortalecer sus fuerzas de ataque.
Los dioses menores del fuego y la oscuridad lo habían escogido para llevar a cabo su plan de hacer una sola manada formada por lobos y vampiros sanguinarios. Una manada que sería el terror del mundo y de la cual él estaría al mando.
Después de convencer a los de Moon Dark a seguirlo y matar a Nathaniel Vid se había convertido en el nuevo Alfa de esa manada. Lo único que lamentaba era que Valery nunca le correspondió y lo enojaba enormemente el saber que lo quiso envenenar y que luego mató a su hijo Baltazar por proteger a esa bastarda; pero esa venganza ya estaba en curso. Después de tantos años al fin daba cono su paradero y pronto le traerían su cabeza.
Una luz cegadora lo hizo volverse y al ver al par de gemelos de piel brillante, con una hermosura propia de una mujer, de cabellos negros, delgados, uno con ojos ámbar, el otro con ojos negros sin brillo. Eran hijos de Suvan, dios del sol, y Nexa, diosa de la oscuridad. Su sola presencia indicaba que la guerra estaba cerca.
Se inclinó hacia ellos. —Sus majestades. ¿A qué se debe el honor de su visita?
Ellos miraron al hombre alto, blanco, rubio y de ojos miel que los miraba inclinado como en una reverencia ante ellos y caminaron hacia el centro del salón. —Magnus, estamos orgullos de cómo has llevado a cabo lo que te encomendamos —dijo Asmel, dios menor del fuego, de ojos ámbar.
— Gracias. Aunque he sufrido una baja muy importante.
— Sí. Sentimos la muerte de tu hijo. Pero todas esas pérdidas darán frutos dentro de poco —dijo Melas, dios menor de la oscuridad y de ojos negros sin brillo.
— Puedes levantarte —dijo Asmel—. Ahora lo importante. ¿Dónde está la mujer?
— No se preocupen por ella. He creado una distracción atacando las manadas del este y norte debilitándolas, de esa manera Moon Light no podrá ir detrás de la chica. He enviado a dos lobos a que la eliminen.
— Bien hecho. Ahora queremos descansar. La guerra está próxima y debemos mantener fuerzas, ya sabes que nos debilitamos si pasamos mucho tiempo en la tierra.
Las puertas del salón se abrieron y entraron dos hombres con aspecto de haber salido de una batalla. —Alfa —dijeron al tiempo y posaron los ojos en los invitados del rey.
— Fred —el chico castaño de ojos plateados miró a su Alfa—. Lleva a mis invitados a sus dormitorios.
— Sí, Alfa —dijo cuando a los hombres de belleza deslumbrante hacia el segundo piso.
— ¿Y la chica? —le preguntó a Saúl cuando los tres hombres se hubieron ido.
— No pudimos traerla. Durante la pelea la lanzamos a las raíces del cerezo y luego no pudimos acercarnos.
— Pero está muerta, ¿no? —preguntó con un tono amenazante.
— No. Pero está tan debilitada y herida de muerte que no sobrevivirá ni un día.
— ¿Cómo sabes que está debilitada?
— Sus poderes no responden como deberían. Su loba es débil y su piel está perdiendo color, sufre una despigmentación con rapidez.
— Bien. Sólo falta saber cómo va el ataque a las manadas del norte y del este.Vladimir llegó a Moon Red justo cuando ya quedaban unos cuantos rogues a los cuales destruyeron con facilidad.
La casa de Jack, el Alfa de esa manada, estaba envuelta en llamas. Los vampiros entraban y salían con rapidez ayudando a sacar a las mujeres y niños que se refugiaban ahí durante la batalla.
Su luna, un chico dulce pero guerrero, Isaac, ayudaba a los heridos y a los demás a seguir el camino hacia el sur, rumbo a la manada Moon Light.
— Gracias por llegar —dijo Jack. Era un hombre fuerte de temperamento igualmente fuerte típico de los Alfas. Alto, blanco, de cabello negro y ojos azules.
— Siempre estaremos para ayudar.
— Tengo entendido que eres al Alfa de Moon Light y el Rey vampiro. ¿Cómo es posible?
— Sí, así es. Y… es una larga historia. Ahora debemos llegar a mi manada.Marcus llegó a Moon Blue ayudando de inmediato con los rogues que atacaban. Lobos llenos de lodo, hediondos, con baba corriendo por su hocico cual perro con rabia. El Alfa de esa manada fue muerto junto con la luna del actual Alfa. Un joven, hijo del anterior Alfa, alto negro de ojos miel, el cual luchaba con gran valentía buscando siempre el bienestar de su manada.
Scott, el Alfa actual de la manada Blue, se acercó a Marcus para agradecer su ayuda después de haber acabado con todos sus enemigos.
— Alfa Scott, ¿sabe quién los atacó?
— No. Sólo dijeron que la guerra está por venir. Sospechamos del Alfa Magnus. Ha estado tratando de convencer a muchos de mis ejecutores para que lo sigan; pero no sé cuál es su propósito.
— El único propósito es acabar con Nurey y Elian y sembrar un mundo de dolor y oscuridad donde él será su rey —dijo Esteban acercándose con un par de niños en brazos—. Sentimos lo de su Luna Alfa Scott.
— Gracias. Sé que la diosa Luna me recompensará con una nueva compañera.
— Espera —dijo Marcus—. ¿Por qué piensas que lo que dices es cierto?
— Porque también estuvo tratando de convencernos de seguirlo y nos dijo que los dioses Asmel y Melas lo habían escogido para ese trabajo y que contaba con el apoyo de ellos.
— Esto debe saberlo Vladimir —concluyó Marcus y los demás asintieron.En la mansión Light, todos estaban colaborando. Atendían a los heridos, las personas de las otras manadas estaban siendo reubicadas.
La preocupación cada vez crecía dentro de Vladimir y su lobo cada vez se volvió más agresivo y fue peor cuando le dijeron las intenciones de Magnus.Esa noche estuvo inquieto no lograba dormir y cuando lo hacía tenía el mismo sueño extraño que no dejaba terminar. Finalmente se durmió y se fundió en ese extraño sueño.
Estaba en un prado. De pie viendo el horizonte. De pronto un lobo azul con ojos de fuego se detenía delante de él. —¿Quién es ella para ti? —le preguntó el lobo azul.
De inmediato se dio cuenta que hablaba de Aysel. —Ella es mi Luna. Mi mate. Mi alma gemela —respondió con el corazón.
— ¿Qué sientes por ella?
Lo pensó un momento y se dio cuenta que se moría por tenerla a su lado. Por encontrarla. Que deseaba de corazón que estuviera sana y salva. Que jamás se perdonaría si llegara a perderla. Que tenía miedo de que ella ya no estuviera con él. —La amo —dijo con total seguridad.
— Entonces, búscala.
— ¿Dónde?
El lobo se fue alejando y apareció el Lago del Cerezo ante sus ojos. —Búscala…
Despertó bruscamente sentándose en su cama. Un dolor de cabeza lo hizo llevarse las manos a la cabeza. —Vladimir —escuchó en su cabeza.
Corrió al balcón apoyándose en las barandas de este. — ¡Aysel!
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Mi Pequeña Mate Alpha
القصة القصيرةLos vampiros me pertenecerán Y los que me sigan y juren lealtad A la luz del día, inmunes serán. Colmillos me han de salir E igual que ellos ágil seré Y cuando a Nurey encuentre, Entonces despertaré. Mi amor le he de declarar Y ella fuerte se hará, ...