PABLO
El motocross es una disciplina en la que se combina la destreza del conductor con la velocidad de su motocicleta. Esto implica pilotar en terrenos con curvas cerradas, baches y, en ocasiones, superficies de tierra mojada dando lugar a posibles accidentes.
Por estas razones, una característica esencial nuestra es la resistencia y fortaleza física.
¿Y adivinad quién no se siente fuerte ni resistente? Yo.
El motivo principal es que he dormido fatal esta noche. Entre los nervios por la carrera y revivir el reencuentro con Andrea en mi cabeza, no he pegado ojo.
¿Cómo hemos llegado a este punto?
No esperaba que coincidiéramos en el mismo hotel, y mucho menos que nuestro reencuentro fuese exactamente de la manera en que nos conocimos meses atrás.
Exceptuando la gasolinera
Llevo sin verla desde el viernes. Entre que no he descansado y que me jode saber que estamos en la misma ciudad y no puedo estar con ella, hoy estoy insoportable. Soy consciente de que me estoy comportando como un auténtico gilipollas con todo el que me rodea, pero no puedo evitarlo. Lo único que puedo hacer por ellos es mantener las distancias para evitar que se lleven una mala contestación.
Vuelvo a la realidad cuando noto que David me mira de reojo, percibo su tensión y sé que duda de mi capacidad de conducción.
Yo también lo hago, quizá subir a una moto ahora mismo no sea lo más conveniente pero llegados a este punto no pienso defraudar a nadie más.
Termino de cerrarme el peto protector, me coloco los guantes y estoy a punto de coger el casco cuando veo aparecer a Álex. El enfado y la rabia se apoderan de mi cuerpo y no tardo ni medio segundo en enfrentarme a él.
Una gran sonrisa asoma en su cara cuando me ve acercarme, así que me dejo llevar por el instinto y le doy un empujón haciendo que se tambalee.
—¿Estás contento, pedazo de gilipollas? —le digo.
Su sonrisa se ensancha
—Alguien tenía que abrirle los ojos a Andrea —asiente, mostrándose orgulloso.
—Te voy a...—estoy dispuesto a abalanzarme sobre él cuando alguien se interpone en mi camino.
David me sujeta por los hombros y me mira con seriedad.
—No merece la pena.
—Venga, pégame. Sé que lo estás deseando —continúa Álex.
La mala hostia se apodera de mi cuerpo, en lo único que puedo pensar es en estrellar mi puño en su cara para borrarle la sonrisa de la cara.
—Ha sido él —es lo único que le digo a mi mejor amigo, mirándole a los ojos.
No hace falta añadir nada más porque David sabe perfectamente a lo que me refiero. Me suelta, da un paso atrás y cuando pienso que me da vía libre, se da la vuelta y le pega un puñetazo a Álex en el pómulo haciendo que pierda el equilibrio. Por desgracia Rubén está ahí para impedir que se vaya contra el suelo.
Su reacción nos sorprende a ambos. Estoy a punto de decir algo cuando uno de los organizadores del evento se acerca a nosotros enfadado y engancha a David del brazo para alejarle de Álex.
—Fuera de aquí —le pide el señor a mi amigo, antes de examinar la cara del gilipollas.
—Debería echarle a él —le contesta David.
—Has agredido a un compañero así que largo de aquí —le espeta enfurecido.
—Es mi mecánico —salgo rápidamente en su defensa—, no puede echarle.
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Atrévete Conmigo
Teen FictionUna única palabra, vacaciones Andrea y sus amigas deciden hacer un viaje juntas antes de que cada una vaya a la universidad, y sus caminos se separen. Su plan consiste en: -Fiestas -Conocer gente nueva -Divertirse -Nada de amores de verano, úni...