Eri abrió los ojos lentamente y al incorporarse sintió un dolor en el pie derecho que la hizo caer en cuenta de que estaba en un cuarto de hospital.
Buscó algo conocido con desesperación a su alrededor y sintió un gran alivio al ver a Yuuma dormido en un sillón junto a una ventana al fondo de la habitación de paredes blancas.
Sacó sus propias deducciones de lo que debía haber pasado y su corazón comenzó a latir con fuerza cuando volvió a ver a Yuuma.
Este abrió los ojos lentamente y se paró de un salto al ver que la de cabello caramelo se había despertado, corrió hasta ella y lo primero que hizo fue abrazarla. Este acto hizo a Eri sonrojarse y contener la respiración, hasta que sus ojos chocaron con los de Yuuma.
—Menos mal que despertarse, me tenías muy preocupado—Y volvió a abrazarla.
Eri también lo abrazo.
—Perdón por preocuparte. ¿Qué pasó exactamente?—
Yuuma se separó de Eri y se sentó en la silla en la que había estado horas antes.
—Una de las cuchillas de tu patín se salió de su lugar y te quebraste el pie. Te desmayaste y te trajimos al hospital para que te operaran—
Eri bajó la mirada.
—Gracias, Nosaka-san—
Yuuma agarró su mano y le dio un pequeño apretón.
—Puedes llamarme Yuuma—
La sorpresa se instaló en el rostro de Eri y a pesar de eso le sonrió y asintió.
La puerta de la habitación del hospital se abrió y por esta ingreso Yori junto a sus padres y Yuuto.
—Perdón, Eri—Fue lo primero que dijo el pequeño al estar cerca del cuerpo de su hermana—El patín se rompió por mi culpa—
Eri entendió a que se refería su hermano, le sonrió dulcemente y lo subió a la cama junto con ella. Le acarició el cabello y lo estrechó contra ella.
—Estoy bien, Yori. No tienes porqué pedirme perdón, fue solo un accidente. Menos mal que tú no te has hecho daño con las cuchillas del
patín—Yori comenzó a llorar desconsoladamente abrazado a su hermana y los padres de Eri descubrieron a Yuuto tratando de contener las lágrimas.
Nosaka se dirigió a la puerta. No tenía nada que hacer en ese ambiente familiar. Para él era mejor dejarlos un rato solos.
—Muchacho—Lo llamó la gruesa voz del padre de Eri—¿Como te llamas?—
Yuuma se dio la vuelta para verlo y responderle.
—Nosaka Yuuma—
—Entonces Nosaka-san, gracias por llamar a la ambulancia y cuidar de mi hija todo este tiempo. Te debo una—Y se inclinó para agradecerle.
Nosaka negó y paso su vista de Eri a su padre.
—No me agradezca y no diga que tiene una deuda conmigo. Fue lo menos que pude hacer por Eri-san—
El padre de Eri negó y por sobre el hombro de su padre Eri observó las acciones de ambos.
Luego de un rato ambos regresaron junto a Eri.
—¿Pasa algo?—Preguntó Eri ladeando la cabeza.
Su padre negó y Nosaka le dió una sonrisa.
—No es nada. Solo le estaba agradeciendo a tu amigo por llamar a la ambulancia y cuidarte todo el tiempo que estuviste durmiendo—Dijo, poniendo su mano en las espalda del chico y dando unas palmadas que resonaron.
Eri temió que Yuuma expulsara los pulmones por tan fuertes palmadas, pero resistió a los tratos del hombre.
Estuvieron conversando hasta que Yori se quedó dormido y tuvieron que regresar a la mansión, pero Yuuma en ningún momento salió de la habitación.
Ya habían pasado tres horas desde que los padres de Eri, Yuuto y Yori se habían ido y parecía que Yuuma no tenía intensiones de irse.
—Y nosotras tampoco queremos que se vaya, ¿Oh no?😁😁
Eri apartó la vista de la revista por unos minutos y volvió a ponerla en ella cuando vio que Yuuma se había dado cuenta de que lo observaba.
—¿Te molesta que este aquí?—Dijo como si pudiera leer sus pensamientos.
Eri apartó la vista de la revista un poco nerviosa y negó repetidas veces.
—Para nada, solo estaba pensando en el festival de Navidad—
—Fue hace dos días. No tienes nada de que preocuparte—
—¿Ah? ¿Dos días?—Dijo Eri con sorpresa—¿Tanto tiempo he dormido?—
Yuuma asintió.
—Has dormido tres días—
Eri se encogió de hombros y bajo la mirada sumamente apenada.
—Lo siento. Debió haber sido una molestia cuidar de mi todo este tiempo. Lo lamento—
Nosaka se acercó hasta la camilla, se sentó a su lado, le tomo las manos y la obligó a verlo a los ojos. La seriedad del asunto era tanta que Eri deseó jugar con su arete de copo de nieve; como lo hace siempre que está nerviosa.
—Eri-san. Para mí no supone ninguna molestia cuidar de una persona a la que quiero, al contrario, creo es maravilloso pasar tiempo contigo y tu hermosa forma de ser—Dijo con una dulzura que hizo a Eri sonrojarse—Por favor no vuelvas a decir y pensar que eres una molestia o que es una molestia cuidar de ti—Y le dio un delicado beso en la mejilla que hizo a Eri sonrojarse aún más, si es que se podía.
Taisei, que había visto todo por una rendija de la puerta, se encontraba furioso de ver como el chico de cabello rosa se tomaba tantas confianzas con su querida Eri. Se descubrió a si mismo estando celoso del trato que Yuuma le daba a Eri, pero no sabía porque exactamente sentía aquello. Durante años solo había visto a la de cabellos caramelo como una amiga, aún después de lo que sucedió aquel verano en Okinawa las cosas no cambiaron, ¿por qué ahora sí?
Apartó el pensamiento de un manotazo y tocó la puerta antes de abrirla para anunciarse.
Eri y Yuuma se volvieron a verlo y este último se paró lentamente de su lugar.
—¿Como te encuentras, Eri?—Preguntó, ignorando completamente a Yuuma.
Eri le sonrió.
—Ahora me encuentro bien. Todo gracias a Yuuma-san—
Taisei logro disimular una mala cara producida por la mension del chico y a medias formó una sonrisa.
—Gracias a Dios no te paso nada más—
Eri asintió y Taisei se colocó del lado contrario al que se encontraba Yuuma.
—A partir de mañana empezaré a asistir a la misma preparatoria que tú. ¿No es emocionante?—
Eri asintió.
—Es bueno escuchar eso. No hemos hecho algo juntos desde la copa en parejas de España en el 2015—
Taisei asintió y le tomo la mano.
La incomodidad de Yuuma se hizo presente y la única forma de salir de ese lugar que veía se le hizo presente, pero no quería irse.
—Eri-san, iré a comprar algo de comida, ¿quieres algo en especial?—
Eri dejo de prestarle atención a Taisei y se concentró en Yuuma.
—No, lo que ti escojas para comer está bien. Ve con cuidado y no tardes mucho—
Yuuma asintió y le dio un beso en la frente antes de salir por la puerta blanca.
Taisei se puso rojo de ira, pero lo escondió al instante de que Eri se volvió a verlo.
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My life with yours
RomanceYuuma es un chico de dieciocho años de edad que pasa sus días de preparatoria gastando bromas a sus profesores y enserrado en una bicicleta. Su día a día es un completo desastre hasta que aparece Eri una chica diferente a todas las que conoce. Eri e...