Capitulo 11

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Decidieron que sería mejor para ellas ponerse al corriente de lo que había pasado los últimos años desde que no se veían. Aunque las dos sabían que la contraria se había involucrado en el patinaje artístico y el atletismo querían contarse con lujo de detalles todo lo sucedido.

—La copa en Rusia fue sin duda la mejor de toda tu carrera—

Eri asintió y sonrió.

—Recuerdo que había tenido distintos problemas con otras patinadoras y que ellas habían intentado sacarme de la competencia, pero aún así, participe, gane e impuse un record—

—Que superaste en la copa de Finlandia—Se oyó decir con orgullo.

Eri se levantó de su lugar en el sofá y corrió hasta el chico de cabello gris que se acercaba. El repentino abrazo de la de cabellos caramelo lo hizo tensarse pero al final le terminó devolviendo el abrazo.

—Me alegra volver a verte,
Hiro-kun—

Hiroto se sintió apenado al escuchar la forma en la que Eri lo llamaba cada vez que estaban juntos. Pero aún así le sonrió.

—A mi también me da gusto verte, princesa—

Nae se interpuso entre ambos y observó con las mejillas infladas a Hiroto.

—¿Y esta que es?¿Una ardilla?—Pregunto con burla.

Atsuya río a carcajadas, pero su risa fue callada con un golpe seguido de un grito.

—Taisei—Susurro Eri corriendo al jardín trasero.

Lo vio parado frente a Yuuma a punto iniciar una pelea. Nishikage se había puesto en posición de saltarle ensima si le hacía algo a su mejor amigo.

—¡Taisei!—Grito.

El mensionado la volvió a ver con sorpresa y alivio en la mirada. Solo había deseado volver a verla y había iniciado esa estúpida discusión con Nosaka solo porque no le decia donde estaba su amiga.

Los ojos verdes de Taisei la hicieron sentir culpable por algo y sabía que estaba enojado. No le había contestado el móvil, no había contestados sus llamadas y tampoco había ido a visitarlo a su casa a sabiendas de que estaba en Tokio. Aunque se viera calmado ella sabía que estaba súper furioso.

Taisei se dirigió a ella y la abrazo.

—Rayos, no te vuelvo a dejar sola—

Yuuma apartó la mirada un tanto enojado por la acción del chico y Nishikage lo notó.

[...]

—Lamento los inconvenientes que causó Taisei. No sé cómo supo que estaba en la casa de Nae—

Nishikage asomó la cabeza por detrás del lienzo y Eri volvió al lugar donde estaba.

—No pasa nada. Lo bueno es que llegaste a tiempo antes de que empezara una pelea—

Eri asintio.

—Nisikage-san—

—¿Que pasa?—

—¿Como consiste a Nosaka-san?—

Seiya sonrió por detrás del lienzo.

—Antes de conocerlo, yo era pandillero. Un día, después de una paliza a un tipo me di cuánta de que en un edificio había fuego. Cuando me di cuenta de que había un niño en uno de los pisos intenté entrar, pero como había mucho fuego no pude. Fue entonces cuando Nosaka apareció, entro en el edificio, llegó hasta el niño y se lanzó con el en brazos golpeándose la espalda—

Eri contuvo el aire al escuchar eso.

—Lo siguiente que recuerdo fue ir a visitarlo al hospital. Desde entonces somos amigos—

—Ya veo—

—No te muevas, por favor—

Eri volvió a su posición original y estuvo pensando en lo que le había dicho Nishikage.

—Ese chico Taisei, es el heredero del grupo Ishigoru, ¿no?—

—Sí. Es el único hijo de Asahi Ishigoru, el presidente del grupo—

—¿Como lo conociste?—

Eri hizo memoria.

—Fue en una clase de ballet. Poco después de conocer a Shirou y Atsuya mis padres me dijeron que me presentarían al hijo de uno de sus amigos. Jamás pensé que lo conocería en ballet cuando estaba ejecutando un Cabriolé perfecto. La impresión fue tanta que recuerdo haber entrado al salón a abrazarlo y decirle que tenía que ser mi pareja en mi primera competencia de parejas. Desde ese día somos amigos y competimos juntos—

—Vaya. No creí que siendo tan impulsivo como en la fiesta hubiera tomado clases de ballet—

Eri río.

—Para que un patinador obtenga la flexibilidad que posee debe llegar a ballet antes. Fue algo necesario para que compitiera—Dijo—O siquiera para que la entrenadora Sayuri no le diera una paliza por no saber ballet—

Nishikage río.

—Termine—

Eri se quitó de la posición y se dirigió para ver el dibujo, pero Nishikage se lo impidió.

—Preferiría que lo vieras en el festival de Navidad—

Eri le sonrió y asintio.

—Eri-san, ¿Te gusta Nosaka-san?—

Eri lo miro con sorpresa.

No podía decir que le gustaba dado que ambos tenían diferentes puntos de vista y gustos. Lo demostraban las fotos que ambos habían entregado para la exhibición del festival de Navidad, pero tampoco podía decir que no le gustaban.

—Si te soy sincera la verdad es que no lo se—

Nishikage asintió.

—Ya es tarde, vámonos—

Eri lo siguió corriendo un poco para llegar hasta él. 

—¿Por qué me preguntaste eso?—

—Por nada—

La vio hacer un puchero y luego no hizo ninguna pregunta.

En cuanto llegaron al piso del apartamento de Eri se dio la vuelta para agradecerle haberla acompañado hasta su casa. Cuando Nishikage se hubo ido se dio la vuelta y apenas abría la puerta vio la cabellera color caramelo de su hermanito saltarle ensima.

—¿Yori?—

El pequeño de ojos rojos se incorporó y se lanzó a abrazar la cara de su hermana.

—¡Yuuto!—Grito—¡Quítame a Yori de encima!—

El mensionado y dos personas más llegaron hasta donde ella y le quitaron al pequeño de la cara.

—Eri, ha pasado un tiempo—

Eri levantó la vista con sorpresa al escuchar la voz de su padre.

Lo vio con su cabellera color caramelo y sus ojos rojos que la miraban con amor, luego paso su vista a su madre que la miraba con una sonrisa en la cara. El cabello negro de su madre ya tenia algunas canas de seguro por cuidar a Yori, pero sus ojos grises seguían siendo tan brillantes como siempre.

—Mamá, papá, ¿que hacen aquí?—

—¿Que no es obvio? Vinimos a pasar la Navidad contigo y con Yuuto—

Yuuto y Eri miraron con incredulidad a los dos adultos y esperaron que esa navidad no terminará como la última. En un caos total y media cocina prendida fuego.

My life with yoursDonde viven las historias. Descúbrelo ahora