«Love is madness»

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—¡Oh por Dios lo ama!—Rocco grita emocionado lanzando helado por todas partes.

Harley mira hacia donde todos estaban. Ivy tapa con sus manos la boca de Rocco tratando de tranquilizarlo.

—¿¡Que demonios están haciendo aquí?!—El Joker les grita actuando como si apenas hubiera llegado a escuchar. Todos lo miran confundido.—¡No pueden escuchar conversaciones ajenas deje que Harley siga hablando con su padre vámonos de aquí! ¡Es una orden!—Todos se retiran molestos de ahí.—Continúen hablando.

—No...J, saca a este señor de la casa. No lo quiero volver a ver en mi vida.—Ella camina hacia el Joker y lo toma de la mano.—Por favor.

—¿Estas segura?

—Ahora más que nunca.—El padre de Harley suspira y se acerca a su hija, ya se había dado por vencido.

—Que seas muy feliz...aunque eso sea prácticamente imposible a lado de él.—Su padre mira al Joker, el príncipe payaso del crimen lo mira con odio.—Hasta nunca Harley.

Los matones del Joker le indican la salida al señor Quinzel, Harley lo mira por última vez...hasta que finalmente desaparece por aquella gran puerta.

—Ya no vale la pena.—El Joker mira a Harley.—No vale la pena nada de mi pasado J, ahora todo tiene que ser diferente. Tengo que volver a iniciar desde cero.—Le sonríe.—Perdón.

—¿Por que?—El Joker frunce el ceño.

—Por pensar que eras de lo peor, nunca pude ver como eras realmente. Te tengo que agradecer por dejarme vivir aquí a tu lado y junto a todos los demás.—El Joker se acerca más a ella y la abraza.

—Sabes que lo hago por que te amo.—El le susurra y le da un beso en la frente.—Si tú me amarás, te juro que todo sería aún más diferente...—El finge para ver si podia hacerla decir lo que sentía frente a él.—Pero te entiendo.—Se aleja de ella empezando a caminar a su oficina.—Se que no me amas y nunca lo harás, tal y como me lo dijiste.

Harley recuerda los gritos de Rocco, al parecer ya todos sabían menos el Joker. Lo cual era perfecto, tenía que encontrar la manera de declararlo correctamente. Se lo diría pronto, mas pronto de lo que creía, esta noche.

—Así que lo amas.—Ivy ríe detrás de ella.—No me sorprende, se te veía eso desde hace semanas. ¿Cuando le dirías?—Ella también fingía.

—Hoy mismo.—Ivy mira a Harley.—Tengo que hacerlo hoy, ahora o nunca. Ya me canse de esconder todo, me acabo de quitar a mis padres de encima. Eso significa que soy libre y ya puedo hacer lo que quiera y hasta decidir por mi misma.—Suspira.—No se si esta noche o ya ahora.

—Después de la cena, vas a ver que se va a poner muy contento con la noticia, lo harás feliz.

—Eso espero.—Ríe.

Tras horas más tarde Harley veía al Joker hablar por teléfono en la planta baja, ella estaba en las escaleras sentada. Casi era hora de la cena, y tenía que decirle todo de una vez por todas.

—Señorita, la cena ya está lista. Puede ya irse a servir.—Olivia le habla lo suficientemente fuerte para que escuchara, la voz del Joker sonaba fuerte, al parecer estaba discutiendo con alguien.

—Gracias en unos minutos voy.—Harley se levanta y se acomoda el vestido celeste suelto que usaba, su pelo casi blanco estaba suelto también, se sentía muy cómoda, no traía zapatos.

Camina hacia el comedor y se sienta en la silla a lado del Joker. Su plato ya estaba ahí, suspira y comienza a comer. Al parecer hoy solo comerían el y ella en la mansión, los demás estaban ocupados trabajando para J.

Era uno de sus platillos favoritos, Olivia la consentía mucho. Son grandes amigas, tanto ella como Ivy, por supuesto que extraña a Lilian, se pregunta dónde estará o que estará haciendo.

Escucha los zapatos de charol resonar contra el piso de madera, sabía quien se acercaba a cenar. Lo ve a lo lejos, usaba uno de sus trajes finos como siempre, sus cadenas, su cabello peinado para atrás, simplemente el rey de Gotham.

Se sienta a lado de ella sin pronunciar ninguna palabra, veía que no estaba del todo bien. Sus expresiones eran tan diferentes y distintas, la forma en que comía era diferente, estaba molesto o estresado.

—¿Estas bien?—Harley le pregunta mientras el la mira.

—Si, solo que...tengo problemas últimamente y pues no puedo descansar en paz.—Suspira y continuaba comiendo.—Gracias por quedarte a mi lado.—El toma la mano de la chica.

Ella le sonríe, se le ocurre una idea al instante.

—Tengo una idea.—Ella se levanta de su lugar y camina hacia la parte de atrás de la silla del Joker, pone sus manos en los anchos hombros del rey del crimen y los comienza a masajear apretándolos un poco.

—Ah...eso se siente bien.—Deja de comer y se recarga en la silla cerrando los ojos. Se comenzaba a sentir relajado, la presión se iba. Comenzaba a respirar mejor, pero los dolores de cabeza aún seguían.

—Cuéntame, ¿Como fue tu día?—Ella continuaba.

—Definitivamente muy loco.—Ella pasa sus manos hacia el cuello del Joker y las bajaba de nuevo a los hombros.

El mantenía sus ojos cerrados levantando la cabeza en dirección a Harley.

—Quería hablar contigo de algo importante.—Harley se anima a decir, estaba apunto de dar el gran paso. ¿Se pondrá feliz con la noticia?

—Dime.—Seguía disfrutando de la situación. Esta chica si que tenía manos mágicas. Harley pasa sus manos dentro de la camisa de J solo un poco, tocando una pequeña parte de su pecho marcado.

Ella continuaba haciéndolo, el esperaba a que ella hablara, pero las palabras no salían de Harley. Ella intentaba explicarlo pero no podía, sentía un nudo en la garganta que se lo impedía.

—¿Harley? ¿De que querías hablar conmigo?—Harley lo mira, mantenía la misma expresión de hace un rato.

El abre los ojos de nuevo encontrándose con los de Harley.

—He querido hacer esto desde hace varios días.—El Joker se confunde al escucharla decir eso, trataba de entenderla.

Ella lo toma del cuello y se gira para tomar su rostro, y sin dudarlo, los labios de Harley y del Joker escribían una historia de amor apunto de comenzar, a partir de ahora las cosas cambiarían y ambos lo sabían, pero se tenían que arriesgar.

El amor es una locura después de todo.

La mujer de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora