Johnny Frost caminaba por el pasillo del hospital privado, usaba su traje azul y sus lentes negros. Ve a Ivy con su gran vientre de embarazo caminar hacia a él junto a su bolso, se estaban protegiendo por si llegaran los policías o alguien más.
—¿Te envió?—Johnny solo asiente ante su cuestión.—Creí que el ya no quería saber nada de ella y del bebé.
—Estos 9 meses me he encargado de vigilarla, quiere saber todo de ella aún, está más que claro que todavía la ama.—Suspira.—¿Que fue? ¿Niño o niña?
—Entra tú mismo...—Ella abre la puerta de la habitación y se hace a un lado para dejar pasar a Frost.
Johnny camina hacia el interior de la habitación, puede ver a Harley dormida con una bata de hospital de color azul. Su cabeza estaba recargada contra la almohada, ve el pequeño bulto entre sus brazos, al parecer el bebé y ella estaban durmiendo juntos.
Se acerca más a ella y ve el rostro del bebé entre los brazos de Harley.
—Salió un poco adolorida del parto, pero finalmente lo tiene en sus brazos.—Ivy camina hacia el bebé y lo toma en sus brazos para que Johnny lo viera más de cerca.—Su nombre es Jack.
—Está igualito al Joker.—Johnny ríe al ver bebé, tenía las mismas facciones de su jefe, era como si el Joker hubiera nacido otra vez.—¿Nació hace unas horas?
—Si, nació como a las 6:00 am, muy temprano todavía que naciera.—Pueden ver como el bebé comienza a despertar.
Los dos se cautivan al ver el color de la mirada del pequeño, era un azul brillante con verde y un poco de celeste. Eran los ojos más hermosos que habían visto antes.
—Dios mío, pero que ojos tan hermosos.—Ivy se estaba muriendo de ternura al ver al bebé. El solo los miraba atentamente, sin llorar y sin moverse ni hacer un ruido, solo los miraba por largos segundos.
Lo ven parpadear unas cuantas veces más, y ahí es donde comienza a hacer un pequeño puchero. El llanto apenas se escuchaba alrededor de la habitación, Harley se comienza
a despertar y abre los ojos completamente.—Hola John.—Ella se sienta en la cama.—¿Que estas haciendo aquí?
—Vine a conocer al niño, claro...si tú me permites.
—Por supuesto.—Johnny carga a Jack en sus brazos sonriéndole y tratando de calmarlo.—Solo espero y J no te haya enviado a verlo.
—No...—Johnny la mira.—Claro que no. Vine por mi cuenta. Creo que quiere a su mamá...
Harley asiente, Johnny camina hacia a ella y le entrega al bebé. Harley ríe un poco al verlo llorar, era tan pequeño, al momento de estar sobre sus brazos el se tranquilizaba mirándola fijamente.
—Gracias por venir John, significa mucho, en verdad.—Abraza a su hijo.—Quiero que sepas que no voy a permitir que el se acerque a él.
—Lo se, y respeto tu decisión. Yo te entiendo y bueno, espero algún día cambies de opinión. Digo, al menos para que esté cerca de su padre o algo así.
—Tal vez...algún día.—Acaricia la pequeña nariz de su hijo sonriéndole.—Es lo más hermoso que he visto en mi vida.—Le da un beso en la frente.
Escucha como tocan la puerta de la habitación. Abren la puerta y puede ver a Rocco desde la puerta.
—Tu madre ha llegado, quiere conocer a su nieto.
—¿Viene solo ella?
—No, viene junto a tu hermana y hermano.
—Déjalos pasar, pero por nada del mundo dejes que mi papá cruce la puerta de este hospital.—Rocco asiente abriendo más la puerta. A pesar de que seguía enojada con su madre, no le había hecho tanto daño como su padre.
Puede ver a su madre, vestida elegante como siempre. Anya y Barry entran a la habitación y caminan rápidamente hacia a ella abrazándola.
—No sabes cuanto te extrañamos.—Anya habla. Barry le da un beso en la frente y ambos sonríen al ver a Jack.—No puedo creer que ya este aquí.
—Ni yo.—Mira como su madre se acerca a ella.—Hola mamá.
—Harley...—Ella le susurra.—¿Ya sabes cómo llamarlo?
—Se llama Jack, como su padre. A pesar de todo le puse su nombre...—Suspira.—Vaya que estoy enamorada de ese hombre, ¿No?
—Harley, los dejaremos solos para que platiquen.—Ivy avisa. Harley asiente, ella sale de la habitación junto a Johnny.
Ambos caminan por el pasillo y ven las camionetas negras detrás de aquella puerta del hospital. Las puertas de abren y uno de los vidrios traseros de la camioneta que estaba más cerca de la entrada baja.
—¿Que es?—El peliverde pregunta rápidamente.
Ivy y Johnny entran a la camioneta. Pamela lo mira y suelta un fuerte suspiro mirándolo de mala manera.
—Pensé que no te interesaba más ella y el bebé, pensé que ya la olvidarías para siempre.
—Esa cosa es mi hijo...
—Pensé que no lo era, digo, siempre te la pasas diciendo que "el bastardo es hijo de Guy Kopski"—Ella se acerca más a él.—Admite que te equivocaste, acepta a tu hijo.
—Jamás, yo no puedo rebajarme a ese nivel...y ya que le dices "hijo" me supongo que se trata de un pequeño miembro entre las piernas. ¿Cual es su nombre?—La camioneta comienza a moverse en una dirección desconocida.
—Jack, justo como tu. Le dije que no lo hiciera pero de terca ahí va.—Se sentía frustrada por la decisión de Harley, pero debía de aceptar que todavía lo amaba demasiado. Se acaricia su vientre un poco y se remueve con cuidado.
—¿Y como va el pequeño Rocco?—El Joker ríe mientras tomaba una cerveza.
—No es el pequeño Rocco, recuerda que es una niña.
—O si, lo siento, lo olvide. Bueno, la pequeña planta ¿Te suena mejor?
—Eres un idiota.—Mira su celular, tenía varios mensajes de Harley. Al parecer se estaba cansando de la compañía de su madre en la habitación.—Y para tu mayor información, su nombre es Ashley.
—Si, lo siento...ya basta.—Deja la botella de cerveza por ahí.—Ivy siente como estacionan la camioneta en algún lado. La puerta trasera se abre dejando ver a 3 mujeres con vestidos cortos y totalmente operadas fuera de ahí.
—Hola J.—El trío dice al mismo tiempo.
Ivy maldice en silencio, no lo podía creer.
—Vengan con papá niñas.—Las 3 ingresan dentro y comienzan a besarlo. La camioneta comienza a andar de nuevo.
El Joker mira a Ivy y le sonríe.
—¿Que? Oye, me convertí en padre...es hora de festejar.—Odiaba aquel tono sarcástico. No podía creer como Harley lo amaba tanto.
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La mujer de la mafia
FanfictionLa vida puede ser injusta, pero no tan injusta cuando eres obligada a querer a la persona incorrecta. -Harleen Quinzel