«White sheets»

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—¿Entonces así lo cargo?—El Joker intentaba cargar a su hijo con cuidado. Harley estaba a lado de él explicándole como acomodarlo en sus brazos.

—Si, solo...dale un poco más de comodidad sobre su nuca.—El Joker sigue sus instrucciones.—Listo, ya sabes cómo cargar a un bebé.—Ríe un poco.—Es algo extraño que no llore por tanto que lo acomodaste en tus brazos, se pudo a ver molestado.

—Está muy tranquilo.—Jack solo miraba a ambos con aquellos ojos azules que tenía.—Creo que no será tanto problema cuidarlo, digo cuando salga o tu salgas a cualquier parte.—La mira.—Es casi tranquilo como tú.

—¿Tranquila yo? ¡Ha! Para nada, soy demasiado rebelde...salía todos los fines de semana junto a Lilian y me enloquecía completamente. Así que no soy tranquila, tal vez tú lo seas.

—Por supuesto, soy tranquilo siendo un asesino narcotraficante obsesionado con Batman.—Ríe.—Aunque se que dentro de él guarda a alguien peligroso.

—¿Que te hace creer que es peligroso?

—Es hijo del Joker querida, algo mío tuvo que heredar.

Harley sonríe y ve como Olivia entra a la habitación.

—Buenas noches, vengo por el niño.—El Joker se lo entrega a la ahora niñera de su hijo, ella hacía todo y ahora tendría un trabajo extra, y bueno, Harley no iba a permitir que cualquier niñera trabajara cuidándolo, le tenía mucha confianza a Olivia y con eso bastaba.—Estará descansando en el cuarto que le prepare por ordenes del patrón, descanse señorita yo estaré al pendiente del niño toda la noche.

—¿Que? Oh no, no tienes que hacer eso...yo lo puedo cuidar. Por algo soy su mamá, no te puedo dejar todo el "encargo" para ti sola.

—No se preocupe, usted necesita descansar. Así que no se diga más, yo cuidaré del pequeño Jackie hoy. Buenas noches.—La ve salir del cuarto junto a su hijo.

Harley miraba hacia la puerta todavía, ahora se encontraban solos dentro de esa habitación. La tensión en el ambiente se empezaba sentir, necesitaba salir de esa habitación ahora o nunca antes de que...pasara algo...fuera de sus planes.

Ella comienza a caminar hacia la puerta pero siente como la toma del brazo haciendo que volviera a retroceder hacia a él. Su espalda queda pegada al pecho musculoso del Joker, sentía su respiración en su oreja, la ponía nerviosa y el sonreía al sentir como al piel de la chica de erizaba poco a poco al tenerlo tan cerca.

—¿Recuerdas como empezó todo aquel día cuando te traje por primera vez a este lugar?—El le pregunta aún son su sonrisa en su rostro.—Fue un día increíble, ¿No es cierto?

—Lo fue...—Ella suelta un fuerte suspiro y se aleja un poco de él para luego girar para mirarlo a los ojos.—Pero eso ya quedo en el pasado.

—No...—El se acerca poco a poco a ella mirando sus labios.—En esa cama de sábanas blancas.—Señala rápido hacia la cama que estaba a unos centímetros de ambos.—Escribimos una historia, te hice mujer sobre esas sábanas...—La toma de una de sus mejillas.—Te hice mía.

—Y a cuantas más las habrás hecho tuyas durante todo este tiempo.—Aleja la mano de su mejilla.

—A ninguna, te juro que a pesar de que traje a algunas aquí...nunca me volví a acostar con alguien en esta cama, por que sabía lo que significaba para ambos, ahí hicimos el amor por primera vez, ahí te hice mía, te convertí en mujer sobre esas sábanas...pero lo más importante.—Suspira.—Es que sobre esas sábanas creamos lo mejor que nos pudo haber pasado, nuestro hijo. Y tú, nunca te podrás comparar a todas esas en mi camino, por qué tu eres la buena, eres la que merece esto junto a mi, eres la fuerte, la rebelde, la aun adolescente que me vuelve más loco de lo que he llegado a ser.

Ella baja la mirada hacia el suelo, no podía ver sus ojos cristalizados. Ya no quería llorar más frente a él, ya no más.

—No te vayas, no otra vez...no esta noche. Ya no puedo dejarte ir, si antes estaba convencido de hacerlo, ahora ya no puedo...estoy loco por ti mi reina. Y eso eres, mi reina, naciste para ser la reina de Gotham Harley Quinn, trata de negar que me sigues amando...se que aún lo haces. Lo puedo ver sobre tu piel...puedo ver como te retuerces por cada caricia que te proporciono.

La toma de los hombros y la tira contra la cama de sábanas blancas. Harley se intenta levantar pero siente el gran peso del Joker sobre ella.

—No quiero hacer esto J, no puedo...

—Claro que puedes, tenemos toda la noche para averiguarlo...—El pega sus labios junto a los de ella, al principio ella se resistía, pero al ver como tornaba la situación no le quedó de otra más que corresponderle el beso ansioso, era obvio que ella también lo deseaba besar de esa forma.

La ropa de ambos comenzaba a caer al suelo lentamente, los gemidos de ambos se comenzaban a escuchar alrededor de la habitación. Harley cerraba los ojos mientras continuaba gimiendo sintiendo aquella presión sobre su vientre, tenerlo entre sus piernas entrando y saliendo era una de las mejores sensaciones de su vida, lo extrañaba, por un demonio claro que lo hacia.

El soltaba algunos gruñidos, mientras sentía el sudor correr por su espalda y la sangre bajar de esta misma por los profundos rasguños de Harley, sabía que la llevaba a aquel límite que tanto le gustaba experimentar con ella.

Era como el efecto mariposa, el aleteo de las alas hacia causar un huracán en alguna parte de todo este mundo, el estaba causando un huracán dentro de ella, sabía que explotaría en algún momento, que dejaría todo de ella con tal de poder sentir como se unían de nuevo encima de aquellas sábanas para recordar toda la vida.

Las respiraciones de ambos se volvían veloces, casi se acaba el tiempo, sentían la presión sobre ellos mismos. Finalmente, los labios de Harley Quinn se abrieron para liberar un fuerte gemido, el orgasmo había llegado tanto como lo había esperado.
El grita liberando todo el sobre ella, sus fluidos se combinan dejando una sensación de alivio para ambos, jamás se cansarían de hacer esto, podrían hacer el amor toda la vida y nunca estarían satisfechos del uno al otro.

Sus labios y narices rosaban tratando de recuperar aliento, las uñas de Harley se encontraban con rastros de sangre fresca directamente de la espalda del peliverde.

Se vuelven a envolver en un beso apasionado, justo como lo recordaba.
El cae a lado de ella atrayéndola hacia a él de nuevo, la abraza por la cintura y se envuelven en las sábanas blancas, Harley había caído en sus brazos de nuevo.

Ahora solo esperaría lo que decidiera el destino para ambos.

La mujer de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora