«Happy Birthday, Harleen»

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Borra el agua que quedó impregnada en el espejo de su baño, puede ver su cara por fin después de todo el humo de la agua caliente. Hoy era su cumpleaños, por fin tenía 18 años. Eso le hacia emocionarse, al fin podía tener control de si misma y de poder hacer lo que se le plazca.

Escucha como su teléfono comienza sonar, era una notificación de cumpleaños. Había mensajes de su mejor amiga Lilian.

"Happy Birthday bitch! Te deseo un día muy Harley, no puedo esperar a tomar esta noche."
8:54 am.

Lo más cool de hoy, era viernes al fin y cumplía años. Sería un fin de semana largo y con mucha diversión para ella y Lilian. A pesar de que eran vacaciones de verano y tenía todos los días para convertirlos en viernes, no había nada que se comparara a la sensación del viernes o del fin de semana.

—Harleen, ya sal del puto baño tengo prisa.—Escucha la voz de su hermana Anya gritándole desde el otro lado de la puerta. Suspira frustrada, camina hacia la puerta y la abre quitándole el seguro.

—Ya ni por ser mi cumpleaños me dejas en paz.—Anya sonríe al escucharla quejarse otra vez.

—Vaya Harley, y pensar que tu propósito de este año era no enojarte y pues ya es julio y te veo igual. Mi meta, es molestarte, eso lo he hecho desde el día que naciste. Que coincidencia, exactamente hoy hace 18 años.

Harley toma su celular y camina empujándola lejos; camina hacia su gran armario y se pone su traje de baño junto a su bata larga que había usando en el Spring Break de este año.

—Iré a la piscina fenómeno, cuando llegue no te quiero ver aquí.

—Tranquila, me iré a ver a Jason a su juego de Hockey y no regresare hasta mañana. Pienso dormir con el y si puedo, paso al club a celebrar contigo un poco.

—Usa condón estupida, no estoy lista para ser tía.—Harley ríe mientras toma su bronceador y sale de la habitación.

Baja las escaleras y se pone sus lentes oscuros.

—Buen día señoría Harley, y feliz cumpleaños.—Martín, su matón de seguridad le dice.

—Gracias Martín, siempre tan amable y recordando cosas importantes de tu jefa. ¿Donde están mi padre y mi madre?

—Se fueron desde temprano a hacer negocios con los villanos, dijeron que no tardarían nada en regresar.—Ella asiente y camina hacia la piscina.

Se quita su bata de baño quedando en bikini, se sienta en la silla playera y comienza a ver su celular.

—¡Hija!—Escucha como su madre le grita.—¡Feliz cumpleaños!

Corre hacia a ella y le da un abrazo.

—No sabes lo feliz que me hace verte ya con 18 años mi amor.—Se sienta junto a ella.—¿Te vas a ir de fiesta?

—Si, quede con Lilian. Estaremos en el club del centro, es la zona más exclusiva de los clubs nocturnos, nos divertiremos.

—Está bien mi vida; entonces le dices a Martín que te lleve en la camioneta junto a tu amiga. Algunos amigos de tu padre del negocio vendrán a cenar hoy. Varios son villanos.

—Increíble, yo saldré y los dejaré súper solos junto a sus clientes.

—Por supuesto, iré a adentro. Disfruta el sol.

La señora Sharon Quinzel camina hacia dentro de la casa y puede ver a su marido Nick Quinzel tomando una copa de vino.

—¿Estas segura de esto Sharon?—Le pregunta.—No quisiera obligarlas a algo que no quieran.

La mujer de la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora