CAP. O6

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Cuando Storm estuvo golpeando la puerta de su propio apartamento por más de quince minutos rogándole a Anna que le dejara entrar, eran señales suficientes que le decían dos cosas. Una, su hermana no le abriría la puerta hasta que el celular de Toothless llegara a sus manos. Dos, los caprichos del pelinegro eran tan fuertes que se estaba volviendo muy irritable

Lo peor no era buscarlo cuando ya tenía más de veinte minutos de haber abandonado el apartamento, sino que debía salir del edificio sin algún abrigo cuando estaban a grados bajo cero. En el camino intentó calentar sus brazos frotándolos entre si, tenía la opción de arrojar el celular y fingir que lo había entregado, incluso estuvo a punto de tomar esa opción hasta que llegó a la quinta cuadra y alguien tomó su mano metiéndolo en un oscuro callejón donde solo había una farola alumbrando y los maullidos de gatos eran audibles en sus oídos 

Intentó no gritar como una señorita desesperada, lo último que recordó fue hacer su mano un fuerte puño y golpear al sujeto con los ojos cerrados para luego sentir aquel puño sobre la mejilla ajena y al final verlo tirado al suelo semiinconsciente

— ¿¡Cuál es tu problema, imbécil!? — La voz del sujeto fue bastante conocida, no pudo ver su rostro con exactitud gracias al gorro negro que llevaba consigo, disimuló tener la situación controlada alzando sus brazos a la altura de su cuello como si se colocará en guardia para una pelea de pandillas 

Hasta que aquel chico logró volver a sus cinco sentidos, estar de pie y descubrir su rostro con bastante molestia, Storm al ver a Toothless con el labio partido le aseguró algo, que era el chico más estúpido que pudo conocer

— ¿¡Acaso crees que mi rostro puede golpearse así a la ligera!? — Se quejó sacando de la bolsa de su pantalón un pequeño espejo mirando su labio con un poco de sangre dándose leves toques, aquello fue tan dramático que el rubio no se resistió a soltar una risa piadosa — ¿Es muy gracioso? — Storm colocó su mano sobre su boca con la intención de no carcajearse — No sabes lo que debo pasar para hacer que este rostro luzca hermoso

Fue en ese momento que no bastaba su mano para resistirlo, esa simple frase dejó a Storm explotando a carcajadas tocando su estómago adolorido de tanto reír

— Acaso... ¿¡Te estás burlando!? — El pelinegro bufo con molestia tratando de no devolverle el golpe al pálido chico

— ¿Y qué esperabas que hiciera cuando me llevaste a un callejón oscuro? — Se defendió entre risas señalándolo de manera acusadora — Mereces morir, idiota

Fue en ese momento que olvidó la razón del porque caminaba en las oscuras calles a altas horas de la noche, simplemente reía de la escena y la actitud tan exagerada del pelinegro, pero Toothless no se dejo humillar de esta manera, se vengaría. Claro que lo haría

— ¿Qué debo hace ahora? — Habló fingiendo estar mareado comenzando a tambalearse — Mi casa queda bastante lejos, y no creo poder soportar este dolor en todo el camino — Storm lo observó confundido, frunciendo el ceño

— ¿Y ese es mi problema? Resuelve tus propios asuntos — Al momento que terminó de hablar dio media vuelta, abandonando a Toothless sin tener alguna intención de mirar atrás

— Que pena que nadie pueda ayudarme — Se quejó dramatizando más la escena — Supongo que debería ir de nuevo con Anna y pedirle ayuda

Y fue en ese momento que el rubio detuvo sus pasos, formó una mueca comenzando a maldecir en tonos bajos. Toothless era muy bueno para manipular a las personas, tenía manejado con perfección aquella técnica que Storm ya estaba caminando en dirección contraria de su apartamento con el brazo del pelinegro en sus hombros ayudándolo a no perder el equilibrio

Hiccup Es Mi... ¿¡Hermana!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora