PRELUDIO. Hiccup Es Mi... ¿¡Hermana!?

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Las únicos recuerdos que Toothless tiene sobre su hermano mayor es aquella vez en el parque mientras caminaba de la mano junto a sus padres, tenía tan solo unos seis años de edad y las imágenes no eran lo suficientemente claras como para asegurar haberlo visto con un lindo vestido y cabello extremadamente largo

Debía ordenar sus pensamientos y encontrar pruebas irrefutables, durante toda su vida había estado creciendo en una mentira, los recuerdos de ir a más de cinco psiquiatras para olvidar cualquier indicio de que alguna vez tuvo un hermano no fue suficiente para sacar aquellos recuerdos de su mente por completo, sin embargo, fingió que así fue. Convenció a sus padres que era hijo único, estaba tan sometido a esa actuación que por un tiempo terminó creyéndola olvidando el nombre de su hermano

¿Hico?
¿Hicty?
¿Hiclup?

Ahora todos sus pensamientos eran borrosos y distorsionados, hasta que un día...

— Debes acomodar tu habitación, mira todo este desastre — Regañaba su madre al ver sus guitarras tiradas, su escritorio lleno de envolturas de comida y sus libros esparcidos en el suelo sin quitar la pequeña montaña de ropa localizada en la esquina — Vendré en media hora y lo primero que quiero notar es una habitación limpia, ¿me has entendido Toothless?

El pelinegro asintió viendo como su madre desaparecía entre el pasillo comenzando a acomodar todo el desastre de basura y prendas sucias

Acomodaba y limpiaba con un trapo mojado el pequeño escritorio donde regularmente fingía realizar los deberes escolares pero realmente solo se la pasaba jugando en su computador. No era un alumno ejemplar y aplicado, pero su memoria tenia una capacidad impresionante que una noche antes de presentar su examen de admisión logró memorizar tres años de estudio, fue por ello que entrar a la universidad no lo consideró un obstáculo

Pero sus padres le exigían disciplina que terminó siendo la burla de sus amigos cuando lo inscribieron a clases de baile contemporáneo, quisieron creer que esa etapa de rebeldía era pasajera ya que su habitación estaba llena de guitarras eléctricas, discos de bandas de rock bastante extremas y un armario repleto de chaquetas de cuero. No tendrían porque quitarle la adolescencia a su hijo, ellos también tuvieron aquella edad donde lo que más deseaban era salir a fiestas o tener sexo en la parte trasera de una camioneta

Cuando todos sus libros de estudio estaban acomodados y no había suciedad, decidió irse al armario y elegir entre la pequeña montaña de ropa cual prenda no olía completamente mal, hasta que en el fondo de aquel guardarropas logró encontrar una caja con bastante peso, parecía como si alguien la dejara olvidada a propósito donde nadie se enterara de su existencia, al ver su contenido estaba repleto de fotografías, algunas maltratadas y otras con suerte lograba verse la imagen

Pero entre todas había una, solo una logró llamar su atención. El escenario era su mismo hogar, con su madre y un pequeño niño castaño abrazándola con mucha ternura

"Es acaso... ¿¡Mi hermano!?" fue lo primero que su mente pudo soltar, en el otro lado de la fotografía había palabras escritas que apenas y podían leerse

(...) Hiccup Haddock y mamá (...)

— ¿Hiccup? — Repitió el nombre más de veinte veces tratando de memorizarlo — ¡Hiccup! — Exclamó elevando los brazos con victoria — Debo encontrarte, hermano...

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