CAP. 14

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No importa todo el fuerzo que hizo para no llorar, el dolor era tan fuerte que terminó tendido en el suelo gritando con el corazón destrozado. De todas las veces que visitaron su pueblo natal, esta fue la peor. Storm compró hermosas rosas junto con sus hermanas para visitar la tumba de sus padres, sus abuelos no fueron con ellos, estaban tan molestos que decidieron ir por su cuenta

El clima no era tan beneficioso, estaba lleno de nubes grises y descoloridas dando señales de que pronto comenzaría a llover. Y en eso no se equivocaron, fue un alivio que antes de salir de la mansión llevaran consigo unos cuantos paraguas, Storm la utilizó antes de llegar al cementerio, la tierra se convirtió en un asqueroso barro combinando con las piedras y el poco césped que había

El chico decidió adelantar el paso dejando atrás a Elsa y Anna, con las rosas en sus manos continuó todo el camino empapando su ropa, el paraguas no fue de mucha ayuda para cubrirlo de la lluvia. Cuando vio la lápida con los nombres de sus padres escritos se detuvo, cerró el paraguas importándole poco si atrapaba un resfriado. Con delicadeza colocó las hermosas rosas, se arrodilló manchando de barro su pantalón

Su cabeza dio vueltas, su garganta ardía conteniendo el llanto. ¿Qué había hecho mal? Siempre ha sido un buen sujeto, respetuoso y callado, se ha esforzado tanto en sus estudios, nunca había desobedecido las órdenes de su abuelo hasta hoy, tomó el valor de gritar a todo pulmón, necesitaba desahogarse, sus manos tocaron la tierra mojada, lloró; lloró hasta que su alma estuviera vacía. Se sentía débil, volvió a ser el pequeño niño confundido y con temor, lleno de inseguridades refugiándose en los brazos de su madre

Pidiendo respuestas hasta el cansancio, su mirada estaba totalmente apagada. Ese hermoso centello que desprendía en sus ojos desapareció con el pasar de los años, intentó recuperar la sonrisa en varias ocasiones pero el dolor seguía presente, mil alfileres dentro de su cuerpo terminaban matándolo vagando como un cuerpo sin vida

Elsa y Anna miraron a su pequeño hermano a unos pocos metros de distancia, tendido en el suelo llorando sin parar, la chica platinada quiso ir a su lado y abrazarlo, hacerle saber que no estaba solo, que ellas también les dolía el corazón tanto como a él, pero que a pesar de todos los horribles momentos seguirían juntos, enfrentándolo

Pero Anna la detuvo, tomó su brazo negando una y otra vez

— Diez segundos... — Dijo vagamente — Las dos sabemos que quiere estar solo unos segundos

Elsa volvió a mirarlo, ahora gritaba hasta que su voz desapareciera, los relámpagos y truenos lo acompañaron. Las imágenes del pasado volvieron, como un pequeño niño estaba en sus brazos llorando mientras los ataúdes de sus padres eran enterrados, su hermanito se aferraba a la chica pidiendo protección

Un paso....

Las voces del padre predicando, orando sobre el señor de los cielos y el dios todo poderoso

Dos pasos...

Los llantos de sus familiares, del pequeño Storm y su hermana Anna

Tres pasos...

El sonido de la tierra cubriendo los ataúdes de sus padres y varias flores siendo arrojadas

Cuatro pasos...

Elsa mira los ojos de Storm rompiendo en llanto

Cinco pasos...

La imagen de su hermanito del pasado y el de ahora se fusionaron sintiendo sus brazos otra vez en su cuello, pidiendo refugio. Elsa lo hizo manchándose de barro también, Anna se unió de la misma forma

En ese momento se dieron cuenta que solo podían confiar entre ellos, nadie más. Los tres unidos contra el mundo

— Los extraño... — Susurró Storm entre los abrazos de sus hermanas

Hiccup Es Mi... ¿¡Hermana!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora