El universo en tu mirada

Un poco sobre mis sentimientos.

Y ahí me encontraba, sola, como la luna, rodeada de estrellas, pero por dentro sola, tratando de brillar, pero con un poco de amargura que me apaga, lentamente me consume, algo llamado... Yo.

Y me encontraba frente a una ventana, sentada en un sofá, con un café sobre la mesa, un libro sobre mis piernas, amargura, decepción, un poco de amor, pero sobre todo consumida por sus recuerdos. Pensando en lo imposible e ilógico, en lo pusilánime que que me encontraba cada noche, intentaba mantenerme ocupada, me enfocaba en mí estudio y en otras cosas más, pero... Sólo aparecía tú. En cada maldito recuerdo.

Últimamente pensaba en su amor, algo tan insignificante que hace que me estremezca, en sólo pensar en él, lo echaba de menos, es cierto, no saben cómo extraño cada estúpida parte de él.

Estaba frágil, frágil como el hielo a la luz del sol, frágil como un un niño arrancado del pecho de su madre... Tan frágil como la seda.

Y es que me encontraba en medio del laberinto de mis pensamientos, me encuentro en un estado monótono, creo que siempre me he encontrado así. Perdida en mis oscuros sentimientos.

Ahora sólo queda recordarte: risueño, recordar tu hermoso tes de piel blanca, tu nariz mal perfeccionada, pero divina ante mis ojos, tu sonrisa tan imperfecta pero ella hacia que me tuvieras a tus pies, no puedo dejar de pensar en tus hermosas comisuras que se forman cuando sonríes o cuando hablas, se te escapan pequeñas risitas y las adornan tus ojitos chinos, no hablemos de tu espalda, tu perfecta espalda, es mí parte favorita de tí, esa espalda ancha y apetecible, en donde quería clavar cada una de mis uñas, tu figura, tu hermosa figura, pero lo que más amaba de tí, era tu filosofía, hasta tu ortografía era perfecta ¡Joder! Nunca quise serte infiel, solamente me dejaste sola y vacía, a ese preciso momento llegó alguien más a rellenar mis grandes partes de soledad, pero cariño, nadie se te iguala, nadie nunca jamás lo hará, espero y algún día ese llamado hilo rojo del destino vuelca a unir nuestras almas, en donde yo este preparada para amarte, por la eternidad, porque dicen que el hilo rojo que une a las personas puede enredarse pero nunca romperse, cariño, te estaré esperando.

No encuentro imperfección más perfecta que hayan visto mis ojos que tú.

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Hola lectores hermosos, se que no es un capítulo de la historia, pero necesitaba desahogarme, y qué mejor que acá, el próximo capítulo está fantástico, espero y les guste.

Escritora: A.M
Dedicada: a mí admirador nada secreto.