Capitulo V. La flor de loto

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P.O.V. Sakura

Naruto no dejaba de reírse, comienzo a creer que escucho mi comentario, pues Sasuke parecía dolido, dios no lo decía de mala manera, es solo que no es normal que alguien gruña ¿o sí?

-Por favor solo ignóralos – comentó Hina y yo solo asentí – te veré mañana hermosa.

-¿No pasaras a ver al abuelo? – pregunte confusa, pues Hina y él solían ser muy unidos.

-Sera mañana, por ahora me siento cansada y sabes que si paso no me dejara ir muy pronto, bueno te quiero cariño, nos vemos mañana, procura descansar – me abrazó mi prima, yo solo sonreía y correspondí al abrazo, yo la quería muchísimo y ella también lo hacía conmigo, siempre habíamos sido como hermanas – es hora de irnos – se dirigió a su novio y a su amigo, Naruto se acercó a mí y me abrazó tan fuerte que casi me costaba respirar, después vi cómo se dirigió a su amigo y sonreía a él, no sé si es mi imaginación pero parecía que quería molestarlo.

Sasuke me observó y yo me puse nerviosa ¿Qué se supone que tenía que hacer? Quería abrazarlo pero eso sería extraño, además era un chico raro, así que solo abrí la puerta de la casa del abuelo (dado que tengo llaves de su casa) y entre a la misma.

-Eres un completo imbécil – escuche decir a Naruto, me asome por la ventana y vi como Hina acariciaba el hombro de Sasuke como si quisiera consolarlo.

-Ahí está mi nieta consentida – escuche a mi abuelo hablar tras de mí.

-Oh abuelo, eso debes decírselo también a Hinata, estoy segura – me acerque a él y lo abrace.

A la mañana siguiente me desperté muy temprano, el abuelo tenía una reunión en el comité, no sé a qué comité se refería pero salió sin dar muchas explicaciones, así que yo me quede en casa, prepare un poco de jugo de naranja, fruta y hootcakes, después iría a visitar a Hina.

Al termino de mi desayuno, me duche y cepille mis dientes, busque algo cómodo y campirano que ponerme, pero creo que no había empacado nada de ello, comenzaba a pensar que mi mejor amiga Ino tenía razón, siempre solía molestarme cuando quedamos de ir a algún lugar para acampar o al gimnasio solía decir comentarios listillos como "no tienes que ir de gala para correr", pero casi todo el tiempo usaba trajes sastres, que puedo decir si mi vida eran eventos sociales por el comité estudiantil y estudiaba leyes, además de que mis padres siempre me habían inculcado en vestir elegante y mucho muy formal, ahora me sentía presuntuosa, jamás había sido así pero como se supone que luciría con un traje sastre en el campo solo para ir a desayunar, o usar un vestido de noche para ir a la tienda a comprar leche y galletas, jamás debí dejar que mamá hiciera mi maleta.

Me coloque un pantalón sastre color negro tres cuartos, mis zapatos channel de charol en color rojo (por suerte traía algo formal pero cómodo) una camiseta de vestir blanca y sobre la misma un chaleco sastre en color rojo, no hacía tanto frío así que opte por no llevar ningún abrigo, me coloque un poco de mi perfume favorito, La vie est bella, en mi bolsa Louis Vuitton puse mis llaves, mi cartera de prada, mis lentes Gucci y mi IPhone rosa, Hina me había dicho infinidad de veces como llegar a su casa, bueno ahora donde vivía con Naruto, así que supuse no me sería tan difícil, después de todo, como dice el dicho preguntando se llega a Roma.

Entre más me adentraba al bosque, la gente solía mirarme más y más de forma extraña, no sé, supongo que no les agradaba, me arrepentí al instante en no haber viajado en uber, o al menor tomar un taxi pero no había ninguno disponible, y según Google maps no era tan lejos mi destino, solo 20 minutos caminando, yo solía caminar eso y más en el campus, grave error, este no era el campus, no era mi zona de confort y tampoco lucía a su alrededor que la gente fuera amable.

Conocía a algunos aldeanos, pues cuando era pequeña el abuelo solía decirle a todos que yo era su nieta, así que esperaba encontrarme con alguno de ellos y que pudieran ayudarme con la casa de mi prima, fue entonces que vi un pequeño grupo de 3 o 4 hombres, vestían pantalones cortos y ninguno traía camisa, todos lucían estar en forma, definitivamente esta parte del país no conocía lo que era la obesidad ni nada por el estilo.

-¡Hola! Buenos días ¿podrían ayudarme? – me acerque al grupo de chicos que estaban al parecer hablando sobre una cacería, anoche en el camino había visto un par de conejos, supongo que es una costumbre cazar conejos o algo así, es una lástima, pobres animalitos, tan peluditos y adorables.

-Hooooola señorita ¿en que podríamos ayudarle? – se acercó un joven de cabello en corte de hongo y con unas cejas enormes.

-Hola, mi nombre es Sakura, soy nieta de Jiraiya, he venido de vacaciones y quería visitar a mi prima Hinata, es solo que no estoy segura de ir en la dirección correcta – comenté, enseguida vi como los otros 3 sujetos comenzaron a olfatear.

-Sakura, la flor de loto, que lindo nombre señorita, mi nombre es Rock Lee y ellos son Kiba, Shino y Konohamaru – señaló a los 3 sujetos quienes me sonrieron y después se miraron confusos entre ellos.

-No puedo oler a nadie en ella – susurró quien al parecer se llama Konohamaru.

-Quizá el perfume que usa este nublando nuestros sentidos – hablo Shino.

-No lo creo, diablos es demasiado tentadora - volvió a susurrar Konohamaru.

-Recuerda quien es su abuelo, Jiraiya podría matarnos - comentó Shino, en lo que Lee me explicaba sobre el trayecto a casa de Hinata.


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