MUNDO IRREAL

CAPITULO 1: "mi cumpleaños"

"Y si no das más, tan solo encuentra lo que hay en tus manos, piensa que dar amor nunca es en vano. Sigue adelante sin mirar atrás."-Pablo Neruda.

Mi nombre es Emily, todo comenzó la mañana en la que cumplía los más preciados 15 años. Para toda niña, es esa la fecha, en la que recibiríamos una gran fiesta con un enorme banquete, muchos invitados, esa noche en la que bailaríamos el tan esperado vals, con nuestros padres, hermanos y familiares. Pero en mi caso no fue así, yo, esa mañana desperté con gritos, con llantos, acusaciones, y un gran sentimiento, que me llevo a decir : si fue mi culpa.

Esa mañana mis únicos 2 hermanos mayores, fueron a comprar mi torta, mis 15 rosas, mi oso, mis regalos. Pero murieron atropellados por un camión, ya que el conductor iba muy rápido y alcoholizado. Mi padre quien me odio desde el momento en que le dijeron que iba a nacer. Me despertó gritándome:

- Es tu culpa, por tu culpa murieron tu hermanos, tendrías que haber muerto tu, tú y tu maldito cumpleaños, tú y tu mierda de vida, no vales nada, por tu culpa murieron mis hijos, mis grandes logros lo mejor que me paso en la vida, perdí todo, lo único que realmente valía la pena, te odio, Emily te odio.

 En el instante que él dijo "por tu culpa murieron tus hermanos" caí en un abismo emocional, y los sentimientos de culpa me invadieron. Lo que retumbaba en mi mente era:- fue por mi culpa, por mi maldito cumpleaños, por mis mierdas de regalos, yo y mi egoísmo por mi culpa.  Mi madre no parecía estar en contra ni a favor de lo que mi padre decía, sin embargo, en su enorme silencio, daba a mi padre la razón. 

Ese mismo día, mi madre callo, en una depresión y mi padre no asumía la muerte de mis hermanos, por lo que tuve que ir yo a reconocer sus cuerpos y decir:

-si, si. Son mis hermanos, murieron por mi culpa, por mi mierda de cumpleaños, por ese maldito camionero alcoholizado. Es mi culpa, ¡¡¡mi culpa!. porque ellos y no yo.

Lo único que hice desde ese día, fue no derramar lágrimas, no lloraba, no reía, no sentía. Mi padre decía que no valía mierda, que no tenía sentimientos, que era la peor escoria del mundo.

Comencé a cortarme, solo me sentía bien si me lastimaba a mí misma, me cortaba, todos los días a cada segundo, luego bajaba mi manga y todo era un poco mejor por unos segundos, luego volvía la misma mierda, y así sucesivamente todos los días hasta que, escuche una canción de rap, de un gran cantante. La parte que quedo en mi mente fue:

-"imagina que dios existe y que te escucha, que su silencio deja de escucharse cuando por lo que más quieres luchas,  muchos son los llamados, pocos los elegidos  que jamás se ha marchado uno de tus seres queridos, lucha por lo que quieres, imagina que nadie puede robarte jamás lo que tienes pues te pertenece, cada uno tendrá lo que se merece, (aquí) conseguirás cerrar toda cicatriz se realmente feliz, un sin fin de emociones,  saborear la eterna juventud, la sensación es no tener miedo de un ataúd, la oscuridad nace al esconderse la luz, la salvación no se extinguió cuando Jesús lo clavaron en la cruz. aquí la gente no miente es sincera, decides si quieres estar en otoño, verano, invierno o primavera tu veras de que manera ocurrirá cada suceso, los golpes serán sustituidos por los besos  tu eres el dueño de tu destino"

Esta canción marco mi vida, y dio el inicio a mi mundo irreal, a mi realidad subjetiva, comencé a encerrarme en mi mundo, en el que era feliz, en el que no hacía falta , cortarme. 

Pero todo cambio el día en el que cumplí 18 años, el 19 de octubre. Mí primer regalo fue despertarme, por una discusión, mi padre había entrado en un ataque de nervios, y le gritaba a mi madre:

-¡¡ya no entiendo que haces aquí!! Tu vida siempre fue la misma porquería, eres una mierda, no vales nada, ¿hace cuanto lo haces?, ¿hace cuanto lo veías? a mi espalda, a escondidas.

Mi madre como siempre nada contestaba, algo raro pasaba, ella estaba golpeada, tenía la cara muy hinchada, si yo no bajaba a tiempo, y me metía en medio de ellos dos, la mataba. El golpe que iba dirigido a ella, lo recibí yo. No veía nada, sentía que algo caliente recorría mi cara, me mire al espejo, y tenía un enorme tajo en mi cabeza, comencé a llorar y a gritar:

- ya estoy cansada, ¿por qué?, ¡por que conmigo! no voy a aguantar ni un segundo más esto.

Mis piernas no paraban de temblar, el corte era muy profundo, pero aun así, salí corriendo, tome las llaves del auto y comencé a manejar, y en ese momento comenzó a llover, ya nada podía ver, y la sangre que caía era demasiada.