Mirando a los ojos

1K 80 7
                                    

Misaki miró enternecido al hombre que yacía dormido en el sillón, porque sí, cada vez que el gran Usami Akihiko se quedaba medio muerto en la sala, no podía evitar mirarlo con amor, después de tantos años de estar juntos no había forma posible de no verlo con ojos de ternura. Verlo plácidamente dormido, tranquilo y abrazado a su fiel oso, siempre hacía que un sentimiento cálido brotara en su pecho.

Pero ni en un millón de años podría decir algo como eso en voz alta. Era demasiado vergonzoso como para soportarlo.

El escritor estaba profundamente dormido, se notaba por su respiración, en otras ocasiones no era tan acompasada como en ese momento, era evidente que por más cosas que hiciera no iba a despertar pronto. Fue a su habitación y regresó con una manta, y la colocó sobre el cuerpo del peliplata, no hubo ninguna señal de vida de su parte. Sonrió levemente.

Sin pensarlo mucho se hincó a un lado del sillón quedando a la altura del rostro contrario. La verdad era que hacía eso en algunas ocasiones, Usami era increíblemente guapo, no iba a negarlo, por algo tenía tantas fanáticas tras de él, era todo un ejemplar. Se deleitaba viendo su rostro de esa forma; tan cerca, tan tranquilo, tan atractivo...

Sintió sus mejillas arder ante esos pensamientos de colegiala atontada, podrían pasar los años pero Usagi siempre despertaría esa parte cursi de su personalidad. Se avergonzó pero no se apartó de la posición en la que se encontraba, de hecho se acercó aún más, permitiéndose recargar uno de sus brazos en lo acolchonado del sillón, cerca del rostro del otro, y se recostó en su propio brazo, quedando completamente de frente a su dormida expresión.

Se quedó de esa forma por un rato, despreocupado y encantado por la vista que le relajaba su pareja. Normalmente no pasaba tanto tiempo haciendo eso, tenía miedo que en cualquier momento el otro pudiera despertarse, y la verdad, no quería que el otro lo encontrara en una situación tan vergonzosa como aquella.

Pero maldita sea su suerte.

— ¿Te gusta lo que ves, Misaki? — Usami no abrió los ojos, por lo que la sorpresa de Misaki fue aun mayor, no se esperaba que despertara así como así.

— ¿Q-qué...? ¿Desde hace cuánto que está despierto? — Misaki se quedó en su posición, recargado en el sillón, simplemente alejó un poco su rostro por la sorpresa.

— Unos minutos, sentí cuando te recostaste aquí. — Usami giró su rostro abriendo sus ojos oara verlo de frente. En el rostro de Misaki se formó un adorable puchero a vista del mayor.

Usami sabía que Misaki hacia eso de vez en cuando, de tantos años de estar juntos, conocía a la perfección la presencia del otro, y sabía cuando se acercaba a él, incluso cuando dormía. Y amaba que Misaki hiciera eso, había aprendido a regular su respiración para que pareciera que estaba dormido, y esperaba a que dejara de mirarlo para despertar. Pero ese día no había aguantado la tentación de encararlo.

Se siguieron mirando sin decir nada, Usami le sonreía tiernamente, Misaki seguía con su puchero por haber sido descubierto en aquella situación.

— ¿Y bien? ¿Te gusta lo que ves?

— N-no voy a responder a eso.

— Lo tomaré como un sí. — mencionó galante mirando directamente a esos orbes verdes que tenía enfrente. Misaki no contestó, no iba a armar una discusión por algo que era irremediablemente obvio. Y continuaron con su guerra de miradas, bueno, no era una guerra de miradas, mas bien eran miradas que transmitían cariño mezcladas con un poco de diversión en sus expresiones, debido a la reciente situación que acababan de atravesar. Se siguieron mirando, la expresión de Usagi cambió a una de ternura esta vez, Misaki se avergonzó ante aquello, pero seguía sin moverse de su lugar. Ante la atenta mirada del mayor, Misaki se acercó a su rostro, aún más, quedando a tan solo unos centímetros de distancia, podían sentir la respiración del otro mientras se veían fijamente a los ojos y, sin darse cuenta, deshizo el espacio que quedaba entre ambos, juntando sus labios en un corto beso de solo unos segundos, fue un beso dulce pero lleno de amor.

Misaki se sonrojó por completo al darse cuenta de lo que acaba de hacer, y escondió su cara entre sus brazos, que habían vuelto a su lugar en el sillón. Usami sonrió ante aquella reacción, movió la cabeza de Misaki un poco para que lo volviera a mirar, cuando este levantó la mirada lo jaló encima de él.

— No me provoques, Misaki. — y de esa forma, empujó la cabeza del menor hacia adelante para poder darle un profundo beso en los labios...


Mirarse a los ojos es una señal de máxima confianza y afecto, con la mirada puedes fácilmente transmitir lo mucho que lo amas.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Tardé un poquito pero por fin les traigo este capitulito que, luego de casi 4 años, es el último de esta serie de historias

Muchas gracias por leer hasta aquï  ❤️ Y si aun hay alguien -no lo creo xd- que sigue estas historias desde el principio una disculpa por tardar tanto Ó╭╮Ò

Pero al fin llegó a su final, ya era hora de darle un corte o al menos yo lo siento así u.u

En estos momentos tengo una serie de one shots de junjou por si alguien quiere seguir leyendome, pueden encontrarla en mi perfil ❤️

Otra vez muchas gracias por leer, votar y comentar esta cosita 💗

Tsubasa Hatsukoi 🌈

¿En dónde estás besando?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora