Unión [Yuliy y tú] (COMPLETA/editando)

4.-Sin Más

Narra Autora

—El resto es asunto de la policía, dejalos investigar. Si surge algo, Fallon te llamará de inmediato— El Profesor habló.

Todo el equipo, excluyendo al peli-naranja Fallon, volvían a casa de los Naoe en vehículo. En los asientos traseros, y en el mismo orden en el que serán nombrados, estaban Philip, ____ y Yuliy.

El chico de la mecha blanca no levantó o movió la cabeza en ningún momento, se mantuvo callado, pensativo, igual que la chica a su lado. Ambos se encontraban perdidos en sus pensamientos, tristes por casi las mismas razones, Yuliy, tratando de no causar ruido, de repente movió su mano, rozó la piel de la mano izquierda de _____ y entrelazó sus dedos con lentitud, ella le correspondió de inmediato, pero en ningún momento se miraron a los ojos.

Ocultaron sus manos en el espacio que había entre ellos y siguieron pensando.

(...)

Llegados a la casa de los Naoe, como era de noche, se dirigieron a sus respectivas habitaciones a dormir.

Al Día Siguiente...

Narra _____

Entré al cuarto de baño e hice de mis necesidades mientras me encontraba perdida en mis pensamientos, miles y miles de pensamientos. Tiré de la cadena luego de unos cinco minutos, subí el cierre de mi pantalón y llevé mis manos hacia el jabón, para luego abrir el grifo.

Segundos más tarde cerré este y el agua dejó de caer, sacudi mis manos y levanté mi cabeza, encontrándome frente al espejo, Entonces... Los recuerdos... Simplemente llegaron...

Mikhail...

Flashback

—¡Abuelo, mira lo que acabo de hacer!— Grité en dirección del interior de la casa.

—¡Woah!, ¡Esto es impresionante!, podremos alimentar a todos y hacer herramientas— Alguien gritó.

Voltee hacia el grito y pude ver que, no tan lejos, la tribu estaba reunida alrededor de algo. Mi abuelo salió justo en ese momento, apunté hacia la gente y él me tomó de la mano, para llevarme a la multitud con él.

—¡Tendremos un festín en casa del jefe!— Un hombre gritó.

—¿Un festín?, ¿En casa de Gustav?— Al oír su voz, llevé de inmediato mi mirada hacia el chico que hace pocos segundos me daba la espalda, Yuliy.

—Oye, oye. ¿Cuántas veces debo recordarles que mi casa no es un salón de banquetes?— Mi abuelo habló sonriente. Reí ante el comentario, todos nosotros reímos.

—Yuliy, no le digas Gustav. Dile jefe— La madre de Yuliy caminó hacia él mientras que los hombres se movían y le dejaban pasar.

—¡Mamá!— Él corrió hacia su madre y saltó a darle un fuerte abrazo.

—Que grande— Dijo ella, mirando en dirección del animal muerto —¿Quién lo atrapó?—.

—Fue Yuliy— Confesó Mikhail.

—Impresionante– Uno de los hombres del clan murmuró a un amigo suyo, entonces, otro hombre susurró en respuesta.

—Asumí que Mikhail lo había hecho.