NARRA ____
Con tantos demonios imbéciles por encima de mis talones, la primera cosa de importancia en mi lista era clave; No morir.
Acababa de lograr que alguien me abriera la puerta, lo golpee en la entrepierna y corrí. El eco producido por mis pies hizo evidente mi escapada, lo que me obligó a aumentar mi velocidad. Terminé de cruzar un pasillo, iba ahora por la mitad de una enorme habitación, lo primero que pude notar fue una ventana, me acerqué a esta y observé el exterior, era de noche, lo que no me permitía ver bien la zona, y aunque comprendía que era un bosque, no lo pude identificar. Sentí las pisadas apresuradas de un demonio y rápidamente voltee, él se detuvo a unos centímetros de mí, aunque la velocidad con la que venía le impidió frenar de inmediato. Alzando la mano con la intención de lanzar el primer golpe, me miró con molestia. Pero no le dejé. Esquivé su mano, le golpee en el rostro lo más fuerte que pude e intenté correr nuevamente, pero otro demonio ya había llegado al cuarto, busqué un objeto que poder usar como arma y mi mirada se topó nuevamente con la ventana, el fierro del que colgaban las cortinas. Corrí hacia este mientras aquel hombre venía hacia mí, logre pegar un salto y agarrarme del palo para quedar a no mucha lejanía del piso, cuando mi contrincante estaba ya a una distancia decente, use el vidrio de la ventana para darme impulso y le golpee en el rostro con el pie, era resistente, no me quedó de otra que dejarme caer entre sus hombros y con cierta maniobra tirarle al piso, llevé mi mirada nuevamente hacia el palo de metal y me encaminé a él, pero justo antes de que saltara otro tipo llegó, o tipa, no lo sé, su cuerpo estaba tan deformado que no podría decir a qué sexo pertenecía cada demonio que me atacaba. Suspiré. Corrí hacia él e hice mi torso hacia atrás para esquivar un golpe, mi reflejo me llevó a golpearle en la entrepierna, lo que me sirvió, puesto a que le utilicé como una rápida ayuda y salté sobre su espalda para acto seguido saltar y sostenerme nuevamente de aquel fierro, al cual en esta ocasión sí logré sacar. El olor a sangre impura llegó a mí un momento después, no supe en qué momento se acercaron tantos pero ya había cuatro más a mi alrededor, a lo que me agaché en el momento exacto en el que alguien intentó abalanzarse sobre mí y le hice caer. Otros dos se me acercaron, uno quiso golpearme pero salté a tiempo, sosteniéndome de una de las puntas del palo para permanecer más alto y por más tiempo en el aire, al caer incrusté el fierro en el pecho de uno de ellos y rápidamente quité este de su interior para incrustarselo a otro, uno de ellos, aún herido quiso atacarme pero le puse el pie y cayó, arrastrando al otro consigo. Faltaban dos, uno intentó abalanzarse sobre mí pero puse aquel palo entre nosotros, atiné a mover este y terminé por golpearle en la barbilla con el fierro, noqueándolo. Al momento en el que voltee hacia el último me quedé en shock, ya había lanzado el primer golpe y estaba a por tocarme, pero no lo hizo, no me golpeó, la zona en la que lo iba a hacer era el abdomen, no vi sentido a su acción, si lo que quería era no matarme pero fingir que sí, que me golpease en esa zona no me haría daño alguno. Lo observé por más o menos tres segundos, él también me quedó mirando, sin embargo, al igual que él a mí, no lo golpee y corrí fuera de la habitación, terminando así en otro pasillo.
Una de las ventanas del pasillo estaba abierta, asomé mi cuerpo y pude ver dos pequeños relieves a medio metro de distancia y había una enredadera a un costado, estaba en el tercer piso. Salí, era más simple salir por este lado que cruzar todos los pasillos y escaleras faltantes, si tenía suerte nadie me vería, en cambio, si corría por el interior del lugar, muy probablemente tendría que enfrentar a otros diez o más demonios.
Por cuestiones de seguridad, tenía el fierro aún en mi mano mientras me sostenía con la otra, moviendo mis pies hacia la derecha fui con lentitud y cuidado hacia la enredadera y a penas llegué a un costado de esta verifiqué si las ramas eran lo suficientemente fuertes. Así era. Puse ambas manos sobre estas, al despegar mis pies de los bordes de la estructura, miré a un costado, shockeada ante lo que mi mirada encontró a lo lejos; Un helicóptero.
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Unión [Yuliy y tú] (COMPLETA/editando)
Fiksi Penggemar[e n e d i c i ó n]. ❝Nací en una tribu liderada por un hombre terco y machista, hombre que también era mi abuelo. Dado a eso, viví por muchos años con una exigencia sobre mis hombros; Parir a un Sirius. Pero aquello no lo era todo, debía enamorarm...