C14 - Perla del Dragón

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❝El pequeño Lord está en realidad profundamente enamorado❞

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51

La verdad es que la marcha de Fruys tenía algunas ventajas.

Ahora podía dedicar más tiempo a preocuparme por la gente que me rodea, mi hermano pequeño, por ejemplo.

Hacía poco que me había dado cuenta de lo mucho que había crecido y, además, parecía que se parecía mucho a mí. Siempre hablaba como si estuviera haciendo poesía.

Una vez me dijo: ―Hermano, parece que vives cada día esperando el siguiente, pero el día siguiente siempre llega de forma no muy diferente al anterior, así que te quedas perpetuamente esperando.

Suena muy filosófico, ¿verdad?

Sentí que mi hermano pequeño era un talento en ciernes, y por eso le hice heredar mi preciada colección de《El poeta Haider - Recopilación de todo el mundo - Edición antológica》.

El tiempo transcurrió así, lenta y pausadamente, durante un año, mientras nuestro poder se estabilizaba aún más.

Un día, volví a la fortaleza y encontré a mi madre y a Anna en la sala de recepción.

Junto a ellas había una anciana delgada y arrugada, vestida con una bata púrpura, que mi madre presentó como una bruja. Al parecer, se había aparecido el año en que nací, me había bendecido y había sugerido a mis padres que me llamaran 'Adam'.

La bruja habló: ―Mi Lord, sé que no me queda mucho tiempo de vida, pero puedo aprovechar mis últimos momentos para responder a las tres preguntas que desee. A cambio, sólo le pido que me conceda un pequeño trozo de tierra para usarlo como tumba.

Acepté.

Mi primera pregunta se refería a lo que Fruys me había dado de comer antes de marcharse, y ella me dijo que era una Perla del Dragón: el mayor tesoro de un dragón, que nunca entregarían voluntariamente si no fuera por la muerte. Mi caso, dijo, era muy raro.

Luego, le pregunté qué cualidades otorgaban la Perla del Dragón.

La bruja admitió que no sabía mucho. Lo único que sabía era que yo obtendría la mitad de la vida de Fruys, y que obtendría una capacidad defensiva aumentada a la par de la raza de los dragones mientras viviera. Una vez que el dragón muriera, todas las habilidades concedidas por la Perla del Dragón desaparecerían.

Me apresuré a preguntar si esto tendría algún impacto en Fruys.

Ella me miró con mucha calma y respondió: ―Un dragón que haya perdido su Perla del Dragón será rechazado por su tribu. Lo que tú ganas es lo que él pierde: sólo le quedará la mitad de su vida, y su fuerza se debilitará de forma similar.

Me oí murmurar en voz baja, apenas audible: ―... ¿seré capaz de esperarlo? 

No hubo respuesta.

La vieja bruja sentada en una silla tenía los ojos tranquilamente cerrados cuando miré hacia ella.

Ya había respondido a tres preguntas, y había llegado al punto final del viaje de su vida.

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52

El malestar persistía en mi corazón mientras ordenaba a mis hombres que enterraran a la bruja.

Boca de DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora