Boca de Dragón

C19 - Un regalo de Cuentos de Hadas tardío

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❝Los Cuentos de Hadas son todo mentiras, pero yo quiero escribir uno❞ 

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 【64】

Desde que apareció Fruys, me sentí inquieto y aturdido. Permití que me manipularan a través de los movimientos de la ceremonia, pero todo lo que podía pensar era cómo podía llegar a él. ¿Cómo podía atraer su atención?

Ni siquiera podía emitir un solo sonido con mi voz.

Cuando la ceremonia terminó, observé impotente cómo Fruys se levantaba de su asiento y se despedía del jefe del clan del dragón de oro. Todos los presentes volvieron a ponerse en pie para saludar su marcha, mientras los dragones de oro se preparaban para escoltarme a la llamada 'cámara nupcial'.

Me quedé inmóvil, como si mis pies hubieran echado raíces en la tierra, y miré fijamente la ondulante capa de Fruys cuando se dio la vuelta para marcharse. Los recuerdos de todo lo que habíamos vivido juntos pasaron por delante de mis ojos, cómo un Lord empobrecido y acosado se encontró un día con un dragón tan altivo que se negó a decir una palabra junto al mar; cómo ese mismo dragón cayó abruptamente del cielo en medio de un desesperado enfrentamiento entre ejércitos; cómo se apoderó presuntuosamente de todo el botín de guerra y se refugió en su pequeña tesorería durante tres días; cómo cargó siempre al frente durante cada una de las batallas; cómo llevó tontamente al cielo al Pequeño Lord que lloraba por leer poemas; cómo se lanzó frente a la maldición de la bruja de la nieve para proteger al Pequeño Lord...

Ese Pequeño Lord se convirtió poco a poco en el más poderoso de todo el Continente de Finanse, pero entonces ese dragón batió sus alas y volvió a volar sobre el Mar de la Muerte.

Después de eso, todo en el mundo perdió su color. A pesar de poseer un territorio inmenso, seguía sintiendo que vivía cada día dentro de una jaula. Anduve a la deriva en el turbulento e interminable Mar de la Muerte en un pequeño bote después de la traición de Andy y luego dediqué toda mi energía a aprender cualquier noticia que pudiera cuando me uní al Gremio de Aventureros. Caí en el complot del Rey Andel, y actualmente estaba atrapado por el clan del dragón de oro en un lío... pero nada de eso era importante. Había soportado todo esto hasta ahora únicamente porque quería volver a encontrarme con cierto dragón algún día. Quería abrazar el cuello de ese dragón y decirle que lo extrañaba.

Verás, ser un Lord es realmente aburrido. Mi hermano ya creció, y la gente de Finanse ya vive una vida feliz ahora... Después de decir tanto, mhm, en realidad quería preguntar... Si está bien, esta vez, ¿puedo quedarme a tu lado?

En la oscuridad de la noche, había ensayado estas líneas innumerables veces. Sin embargo, nunca esperé que un día podría ser demasiado tarde para decirlo. Me había acercado tanto a él, pero no tuve la oportunidad de abrir la boca.

Sentí como si una bola de fuego me quemara por dentro, mientras una sensación de frigidez envolvía lentamente todo mi corazón. Los dragones de oro cercanos exclamaron sorprendidos: ―Este humano, ¿cómo es que no se mueve a los mandos? 

Mientras estiraban la mano para arrastrarme a la fuerza, cerré los ojos y me agarré suavemente el pecho con las manos, y luego susurré en silencio cierto nombre.

Fruu.

Después de haber pasado por tanto, no había manera de que estuviera dispuesta a rendirme ahora.

Un sentimiento frío que la gente normal no sería capaz de soportar inundó lentamente todo mi cuerpo hasta que mis dientes empezaron a castañear involuntariamente. Los miembros del clan del dragón de oro que me habían agarrado soltaron su agarre bruscamente después de sentir el agudo escalofrío helado, y yo seguí manteniendo los dientes apretados; finalmente, el frío se hizo tan intenso que un dragón de hielo perfectamente exquisito y con una armadura impresionante estalló de mi pecho, rugiendo.