-Es que nadie más puede provocar las sensaciones que me haces sentir, Mashiho.
¿Qué es aquello que podría separar a dos grandes amigos? El amor o la distancia.
"El hilo rojo se estirará pero no se romperá."
-Eres el final de mi hilo rojo, Jun Kyu.
...
Lo empujó suavemente y él cayó en la cama, entonces se acercó y lo besó dulcemente.
Sus labios se rozaron lo suficiente como para que ambos sintieran mariposas en sus estómagos, era un beso dulce donde ambos sentían sensaciones cálidas que llenaban completamente sus corazones.
No habían necesidad de palabras, en ese instante querían disfrutar de la calidez que proporcionaban los labios del otro, saboreando delicadamente sus bocas.
Jun Kyu mordió los labios de Mashiho, primero con delicadeza queriendo dejar suaves marcas que evidenciarán que fue suyo, porque lo sería; Jun Kyu sería de él y Mashiho sería suyo.
Profundizó el beso sintiendo como la excitación se apoderaba de él, en un ágil movimiento cambiaron de posiciones siendo Mashiho quien quedará debajo y Jun Kyu quien fuera arriba; sin esperar más introdujo su lengua a la boca del menor queriendo explorar su boca y Mashiho no pudo evitar colocar sus manos encima del cuello del mayor, creando un aura romántica en un ambiente cargado de pasión.
Querían disfrutar del beso, saborearse mutuamente porque no pretendían tener sexo, harían el amor por primera pero no última vez.
Mashiho mordió con fuerza los labios de Jun Kyu, definitivamente era suyo y de nadie más, eso era más que clara evidencia y para el mayor un dolor muy placentero.
Y conforme subían las ganas de ambos, los besos fueron bajando siendo ahora en el cuello del menor, primero fueron suaves y ligeros causando cierto cosquilleo.
– Te amo, Mashiho. – Le dijo el mayor, haciéndole sentir realmente querido y protegido.
– Te amo, Kim Jun Kyu. – Contestó el japonés, causando un inmenso sentimiento de felicidad en el pecho del chico en cuestión.
Succionó el cuello del menor, dejando marcas rojas que se tornarían moradas con él paso de las horas.
– Mhhh Kyu-ah. – Jadeaba el menor, empezando a sentir corrientes de placer que recorrían cada punta de su ser.
A Jun Kyu le excitaba y demasiado oír los jadeos de Mashiho porque sabía que él culpable era él. Comenzaba a sentir calentura, aunque el aire acondicionado estuviese encendido el ambiente empezó a sentirse caliente de algún modo.
Comenzó a succionar con más fuerza, acomodándose entre las piernas del japonés para rozar sus miembros entre sí, cerró los ojos queriendo sentir con más fuerza aquella sensación pero no le fue posible porque ahora eran las mismas manos del menor las que se encargaban del trabajo. De pronto empezaron a sentir que la ropa les sobraba, y la lujuria se apoderaba de ellos.
Con delicadeza Jun Kyu desabotono la camisa del bajito, para luego quitársela. Nuevamente invirtieron posiciones y ahora Mashiho repartía delicados besos por el tórax del mayor, causándole entre toques de risa y ganas.
Ahora él definitivamente se encargaría de hacerle las marcas a su chico, optando por hacerlas de una manera más salvaje que provocó los sonoros gemidos del mayor.
– Ni siquiera hemos empezado. – Susurró el menor en el oído de Jun Kyu, tornando el color blanco de su rostro en uno carmesí.
Se quitó los pantalones, porque a estas alturas no hacían falta, y la toalla desapareció de la cintura del mayor.
Nuevamente compartían besos, siendo estos más intensos y duraderos que los primeros dejándolos casi sin aire además de tornar sus mejillas en un color rosa.
– ¿Estás seguro?– Preguntó el mayor mirándolo a los ojos, y el menor asintió dándole un corto beso.
Sin esperar nada más, ambos se hallaban completamente desnudos deseando poder disfrutar del calor del otro.
– Prometo que seré cuidadoso.– Dijo Jun Kyu y Mashiho se relajó completamente.
Con delicadeza entró en él, obviamente le dolía por ser su primera vez pero estaba seguro de que se iría acostumbrando, de las experiencias sexuales de sus amigos había aprendido mucho.
Se movía lentamente asegurándose de no causarle mucho dolor al menor.
– Ugh.– Mashiho empezaba a sentir que necesitaba más.
Comenzó a embestir al japonés mientras éste empezaba a sentir sensaciones realmente placenteras, no podía ahogar sus sonoros gemidos los cuales causaban que el mayor aumentará la velocidad de las estocadas.
– ¡A-ah mh ah!– Gemía Mashiho mientras Jun Kyu jadeaba producto del placer.
– Mhh M-Mashiho sólo yo puedo tocarte así, ¿Lo sabes verdad, bebé?– Empezó a gemir, definitivamente siempre había soñado con ese momento y disfrutaba al máximo de él.
La habitación encerraba todo tipo de sonidos producto del placer que sentían ambos chicos, sus cuerpos sudorosos se unían en un momento único tal y como era su primera vez.
La mano del mayor dio a parar en el miembro de Mashiho, agitándose reiteradas veces causando que los sonidos que hacía se volvieran más fuertes.
– Ah, s-si Jun Kyu más r-rápido mh– Gemía el menor y fue cuando Jun Kyu lo penetró.
– J-joder oh s-si bebé.– Decía el mayor.– M-me voy a correr.
– ¡N-no pares a-ahhh oh si! – El menor emitía fuertes sonidos hasta que finalmente el mayor se corrió.
Cayeron en la cama, jadeando y con las respiraciones agitadas para finalmente darse un dulce beso, definitivamente había sido su fantástica primera vez.
